Hace 100 años
Señor director: Hace exactamente 100 años, se debatía en el Congreso Nacional la ley de Impuesto a la Renta, presentada en 1919 y que fue discutida entre 1921 y su promulgación en 1924.
Resulta curioso, e incluso suena contradictorio, como en dicha oportunidad el diputado del Partido Comunista Luis Emilio Recabarren, en la sesión del 22 de mayo de 1922, votó en contra de la aprobación del impuesto a la renta. En su fundamentación, consideraba que aumentar los impuestos significaría menos pan, vestuario y trabajo para los pobres y la "gente de poca fortuna".
Se opuso al aumento del ingreso de un fisco que -en su opinión- había sido mal administrador y le quitaba parte de su salario a los pobres. Se opuso a la imposición de un tributo que significaría aumentar el costo de la vida.
Cien años después, recogemos su declaración, porque el mismo quiso que quedara "constancia para salvar mi (su) responsabilidad futura", pero también para mostrar las vueltas extrañas que nos ofrece la historia.
Ángel Soto, académico Facultad Ciencias Económicas y Empresariales UANDES; Vicente Palma, egresado Historia UANDES
Construyendo comunidad
Hasta hace unos días Marlen Fuentes, Úrsula Ibáñez, Carla Hernández y Yayi Acevedo no se conocían. Viven en barrios, comunas y regiones distintas del país y, a priori, se podría pensar que no tienen nada en común. Sin embargo, basta hablar dos minutos con cualquiera de ellas para darse cuenta que sus sueños se juntan más allá de las fronteras que las separan: todas quieren construir más y mejores oportunidades para sus barrios, para su comunidad.
En la biblioteca del Colegio Eliodoro Matte Ossa, en la zona sur de Santiago, hablan de estos sueños. Marlen espera que se deje de pensar en delincuencia cuando se hable de Bajos de Mena; Úrsula quiere un San Bernardo donde las familias puedan disfrutar libremente de las plazas y parques, Carla quiere que las vecinas y vecinos de Franklin no olviden su historia, y Yayi anhela que en La Ligua haya más espacios de participación para niñas, niños y adolescentes y que puedan soñar con un futuro en el que todas y todos tengan un lugar.
Ellas son parte de Territorio Común, un programa impulsado por más de una decena de organizaciones de la sociedad civil, que busca fortalecer las capacidades y liderazgos comunitarios para potenciar redes de intercambio y colaboración, porque hay talentos y proyectos que necesitamos que no se pierdan y sean parte de las políticas públicas de nuestro país.
Sabemos que la crisis socioeconómica y sanitaria profundizó las crecientes desigualdades que experimenta cotidianamente la ciudadanía y aumentó los niveles de pobreza, pero también somos conscientes que las comunidades están en una constante búsqueda de bienestar, revalorización de su identidad local y que tienen diversas personas que están generando cambios profundos para conseguirlo, por lo que creemos que es tarea de todas y todos fortalecer ese potencial y poner a disposición las herramientas que necesitan para hacer sus sueños realidad. Queremos que ese capital social existente en las comunidades crezca y que no pase desapercibido.
Marcela Mondino, Fundación Avina; Arturo Celedón, Fundación Colunga; Isidora Larrain, Fundación Fibra; Yael Senerman, Fundación Olivo; Leonor Merin, Fundación Mustakis y Rosario Bruna Fundación YA
Ley REP
Señor director:
La Ley REP sigue avanzando en nuestro país y con bastantes desafíos. Una nota de prensa publicada recientemente alertó que los sistemas de gestión colectivos (Gransic) no tienen plazos establecidos para que el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia los autorice a operar. Otra noticia señaló que en el caso de neumáticos la infraestructura permitiría cumplir sólo las metas del 2023. Ante este escenario vale la pena reflexionar sobre cuan preparados estamos para alcanzar, en la práctica, las metas de la normativa.
La problemática de la capacidad instalada es transversal y es importante analizar las cifras. En el caso del plástico, por ejemplo, aún hay espacio: hoy sólo se usa cerca de un 20% de la infraestructura. Para cartón, en cambio, ya utilizamos cerca del 80%. Y así como el margen que queda para procesar es muy diferente dependiendo del material, también lo es según ubicación: en Chile hay capacidad, pero está centralizada. Es necesario generarla fuera de Santiago, algo que no es rápido, pues requiere de inversión y necesarias tramitaciones ante las seremis de Salud y también ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) cuando corresponda. Algo sumamente relevante es que no se puede aumentar infraestructura sin enfrentar la falta de destinatarios autorizados para todos los materiales a lo largo de Chile.
Herlen Rojas, subgerente de Innovación y Desarrollo de EcoLógica