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Los niños primero (y su salud mental también)

En medio de frases que siguen resonando a favor de los niños, bueno es saber que hay una falta de desarrollo integral en los colegios. Es grave el déficit de sicólogos en recintos del SLEP Atacama. Lo que ocurre en educación es un signo evidente del dejo que hay en torno a la salud mental a nivel país, donde se lamentan y se reprochan episodios de violencia, pero donde no se atienden las razones.
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Un grave déficit de sicólogos presentan los colegios dependientes del SLEP Atacama en las provincias de Copiapó y Chañaral, lo que ha generado una preocupación mayor en un contexto donde la violencia escolar ha crecido con la apertura de las aulas. Poco más de 100 profesionales para más de 40 mil alumnos es una cifra decidora, más en recintos donde hay un sicólogo por poco más de mil estudiantes. No hay profesional, ni siquiera el más capacitado, que pueda atender de forma adecuada cada caso y es probable que una parte los que sean atendidos no logre completar los ciclos de forma correcta.

Es el fiel reflejo de lo que pasa en los recintos educacionales, donde las peleas y el bullying no se detienen, mientras la carga y la presión escolar sube con el regreso de las notas y las metas impuestas a nivel público y privado. No olvidar la condición que sufren niños que no pueden volver a clases por distintos motivos ya sea porque sus establecimientos no estaban listos con infraestructura adecuada, o bien esa infraestructura es mala y han debido suspender el aprendizaje presencial.

Lo que ocurre en educación es un signo evidente del dejo que hay en torno a la salud mental a nivel país, donde se lamentan y se reprochan episodios de violencia, pero donde no se atienden de forma correcta las causas de lo que ocurre.

El "echarle para adelante" es deporte nacional en un país competitivo, pero cuyos ciudadanos cada cierto tiempo caen rendidos a la presión y esfuerzo, sin que se atajen las consecuencias de aquello ya sea porque no es "importante" el cuidado de la mente o porque los males sicológicos son cosa "de locos", como se menciona.

La frase "los niños primero" cobra mucha fuerza porque estamos en una situación crítica. Junto a esto debe ir acompañada de la frase "su salud mental también", porque es donde se está fallando de forma muy grave con episodios violentos y la falta de recurso humano para atenderlo.

Tiempos difíciles

Hasta ahora la aprobación de las normas por parte del pleno concitan incertidumbre por su alcance, muchas veces confuso, y por estar muy connotados por la falta de acuerdos. Rodrigo Rojas Veas, Rector Santo Tomás Copiapó
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La sociedad chilena vive tiempos convulsos. La pandemia sigue vigente, en un periodo un tanto más benigno, lo que ha llevado a tomar medidas como el no uso de mascarillas en espacios abiertos, una especie de símbolo de libertad recuperada luego de un largo tiempo de numerosas restricciones. Unido a la situación sanitaria, el país vive dificultades económicas caracterizadas por un significativo aumento de la inflación, vale decir un importante aumento de los precios de muchos productos, especialmente de los alimentos, situación que castiga a los más pobres que ven como día a día su poder adquisitivo disminuye. En este mismo plano podemos situar la discusión sobre un quinto retiro del 10% de fondos previsionales para supuestamente permitir a las familias afrontar de mejor manera las necesidades derivadas de la pandemia y ahora de la inflación, lo que no resulta tan claro pues las personas que tenían menores fondos acumulados ya no tienen o les quedan muy pocos y, por tanto, su impacto en este segmento sería nulo o muy reducido. El proyecto alternativo del gobierno de un retiro acotado para pagar deudas surgió como una fórmula para tratar de dejar algo contentos a sirios y troyanos, lo que no es muy claro que ocurra dado el debate que ha sucedido a su anuncio.

Por otra parte, la instalación del nuevo gobierno no ha estado exento de dificultades con variados episodios problemáticos. Es claro que este gobierno no gozará de la denominada "luna de miel" que se daba a los gobiernos entrantes y que implicaba un periodo de tiempo en que se le mantenía índices de aprobación que mostraban comprensión ante ciertos errores, falencias y otorgándoles mayores tiempos para este proceso. Hoy, los ciudadanos exigen respuestas más rápidas y eficientes ante problemáticas que se arrastran durante mucho tiempo y también es una consecuencia de las expectativas creadas por quienes hoy gobiernan, solo matizadas en la segunda vuelta de la campaña electoral, de tener respuestas a veces sencillas para problemas complejos y que hoy aprecian que no se pueden solucionar o cambiar en tiempos breves pues requieren consensos y apoyos que deben salir a buscar y que demandaran tiempo e inteligencia negociadora.

Todo este escenario esta cruzado por la discusión al interior de la convención constituyente, la que prepara el texto que propondrá al país para el plebiscito de salida del 4 de septiembre. Hasta ahora la aprobación de las normas por parte del pleno concitan incertidumbre por su alcance, muchas veces confuso, y por estar muy connotados por la falta de acuerdos que representen a mas sectores al interior del órgano por lo que el texto aparece hasta ahora como uno que representa una sola sensibilidad, creciendo la sensación de pérdida de adhesión y un aumento del rechazo.

Tiempos difíciles, que requieren sentido común para anteponer el bienestar de los y las ciudadanas, desprendiéndose de intereses particulares en pos del bien común lo que requiere generosidad, un bien muy escaso por esto días.

Desafíos de la segunda vuelta

Abraham Santibáñez , Periodista, Premio Nacional de Periodismo 2015
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En Francia las encuestas fueron tuvieron un acierto. El domingo 10 de abril, los resultados de las elecciones fueron muy cercanos a las predicciones. El presidente Emmanuel Macron obtuvo el 27,8 por ciento y la ultraderechista Marine Le Pen un 23,2 por ciento. Macron, candidato a la reelección, subió respecto del 24,01 por ciento logrado hace cinco años en la primera vuelta. Su adversaria de entonces y ahora, Le Pen, mejoró igualmente; en 2017 obtuvo 21,30 por ciento.

Lo más probable es que el 24 de este mes, en la segunda vuelta, Macron resulte reelecto. Pero no será fácil que repita su éxito de 2017. Entonces en el balotaje casi duplicó a la candidata Le Pen. Esta vez tiene el significativo apoyo del tercero en la llegada (21 por ciento), el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, quien fue enfático: "No hay que darle ni un solo voto a Le Pen". Coincidieron con él la conservadora Valerie Pécresse (4,8 por ciento), y la socialista alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quien tuvo una aplastante derrota con el 1,7 por ciento y cuyo partido, según Le Monde, quedó "reducido a la nada". El cuarto más votado fue Éric Zemmour, también de ultraderecha, a la cabeza del partido llamado Reconquista con 7.1.

El argumento de Pécresse fue tajante: "No soy la dueña de los sufragios recibidos, pero pido a mis electores que me han honrado con su confianza que sopesen en los próximos días las consecuencias potencialmente desastrosas para nuestro país y las generaciones futuras de cualquier decisión diferente a la mía".

Ambos candidatos se pusieron en campaña de inmediato. Marine Le Pen ha usado la invasión rusa como una señal de alerta para los nacionalistas franceses. Macron debe hacer un esfuerzo para repetir su triunfo en segunda vuelta en 2017. Ahora lo complican su reacción "europeísta" ante la invasión rusa en Ucrania, la inflación y variadas protestas, especialmente la de los "chalecos amarillos". Pese a la abundancia de postulantes (doce), la elección se caracterizó por la concentración de los votos (75 por ciento del total) en los tres candidatos principales. Es lo que se llama el "voto útil", sin románticos saludos a la bandera en un país que se ha dividido profundamente.

Los franceses ya olvidaron los ideales de la revolución de los estudiantes en 1968, cuando pedían "lo imposible". Lo demostró en esta elección la crisis de los partidos tradicionales y la influencia los movimientos "transversales".

Macron cuenta con el apoyo de La République en marche, Agir, Horizons, el Modem y el Partido Radical. Ha reconocido que su principal preocupación debe ser la reforma del sistema de pensiones. El sistema es uno de reparto, en el cual las pensiones actuales se financian con las cotizaciones de los trabajadores activos.

El lunes dijo que se abría a reajustar su reforma de las pensiones, añadiendo también que estaba dispuesto a "abrir la puerta" a subir la edad de jubilación a los 64 años en lugar de a los 65, que contempla su propuesta actual. El sistema de pensiones para el sector privado fue creado en 1945. Al régimen general está afiliado el 68 por ciento de las personas activas y es altamente insatisfactorio.

Pero, obvio, igual que en otros países, no es el único problema.