Simplemente apruebo
En la naturaleza ocurre un proceso continuo y permanente donde las especies, independientemente de su tamaño y complejidad orgánica, se van adaptando a las condiciones cambiantes del medio ambiente en que se desarrollan. Aquellos organismos que logran adaptarse exitosamente a esos cambios tienen la posibilidad de sobrevivir y dar vida a la siguiente generación. Aquellos, por el contrario, que no pueden desarrollar alguna mejora en su estrategia vital para enfrentar los cambios que impone madre Natura, simplemente desaparecen. Ese proceso complejo, azaroso y permanente se conoce como evolución, donde los buenos de Carlitos Darwin o de Alfredito Russel Wallace corrieron formalmente el velo de una ley natural, de esas que para los habitantes de este planeta es imposible que podamos zafar.
Como seres sociales y dotados de atributos neuronales particularmente complejos y desarrollados, los seres humanos poseemos una autoconciencia de nuestra existencia vital y hemos tratado permanentemente, desde que nuestros ancestros se bajaron de los árboles, de modificar nuestro entorno natural y social con el único objeto de generar condiciones tales, que nos permitan desarrollar nuestro proceso de vida de la mejor manera posible y así proyectarnos hacia la siguiente generación.
Si pienso que las antiguas constituciones fueron redactadas por pocos representantes de una elite de rancia y cuestionable alcurnia y que la actual constitución que nos rige, la del 80, posee el demérito adicional de haber sido impuesta a sangre y fuego por una de las dictaduras cívico-militares más inmisericordes del continente y maquillada superficialmente por una elite política acomodaticia en los albores de la presente centuria; el borrador de la nueva Carta Magna, en proceso de redacción por un cuerpo de representantes electos por votación popular, donde por vez primera en 200 años, su configuración representativa se parece mucho al Chile histórico y actual, merece mis respetos y confianza. Por eso, simplemente apruebo.
Como dicho borrador ya contiene que somos un Estado unitario, plurinacional e intercultural y reconoce la coexistencia de diversas naciones y pueblos, donde se asegurará una participación genuina en el ejercicio y distribución del poder; por eso, simplemente apruebo.
Porque está consagrado el derecho de todos y todas a la vida, donde el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar e impedir la impunidad de delitos de lesa humanidad y aquellos que atenten contra los derechos humanos. Por eso, simplemente apruebo.
Marcelo Saavedra
Día Mundial de la Salud ¿Y el trabajo?
Este jueves 7 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Salud. Desde el inicio de la pandemia y producto de su larga duración, la salud ha tomado protagonismo en la discusión pública y en la manera en que afecta todos los ámbitos de las personas.
Pero este concepto abarca mucho más que el cuidado ante la amenaza de un virus, y cruza transversalmente nuestras vidas. En el ámbito laboral, la salud tiene mucho que ver con las condiciones en que se realiza el trabajo y la calidad de vida asociada al mismo.
Tras dos años de pandemia e incertidumbre, el cuidado de la salud se ha convertido en un elemento cada vez más importante para el mundo del trabajo, incluyendo por supuesto la salud mental. Según nuestros sondeos, un 30% de las personas quiere más días de salud mental para evitar el agotamiento.
Adicionalmente, el paulatino envejecimiento de la población nos obliga a poner especial atención en la prevención de enfermedades profesionales, de desarrollo silencioso y que se manifiestan solo con el paso de los años. Muchas compañías hoy por hoy tienen el bienestar de su capital humano en el centro, y si todavía quedan organizaciones al debe, es momento de comenzar a actuar ya.
Andrea Gamboa
Público-privado
"Si este país quiere realmente alcanzar el desarrollo tiene que basarse en la colaboración, no en la competencia, en los proyectos colectivos" señaló el ministro de Ciencia, Flavio Salazar. Comparto esta mirada y agrego que la diversidad de tipos de institución (universidades públicas, privadas, gobierno y empresas) permite realmente lograr variedad de iniciativas, algunas convergentes, distintas, y no por ello excluyentes entre sí. ¿Cómo es actualmente la realidad en términos de investigación y desarrollo (I+D) en Chile?
Un estudio realizado por Acción Educar reveló que entre 2012 y 2020 las instituciones estatales aumentaron en 118% el número de publicaciones científicas indexadas por año, mientras que las instituciones privadas registraron un aumento de 309%, pasando de generar 1.575 en 2012 a 6.441 en 2020; las del G9, de 5.692 a 10.687; y las estatales, de 5.076 a 11.046 en los mismos respectivos años. No sólo en publicaciones han crecido las universidades privadas. Entre 2012 y 2020 tuvieron un incremento de un 202% en cantidad de JCE (jornadas completas equivalentes) con doctorados, el doble que las universidades estatales y cuatro veces el de las del G9.
Dr. Iván Suazo, vicerrector de Investigación y Doctorados, Universidad Autónoma de Chile