Es ya sabido el problema de inflación que enfrenta el país actualmente, el cual se ha visto reflejado en los precios de todos los bienes y servicios, incluso los más importantes como el precio del pan. Dado esto, la semana pasada un grupo de diputados ingresó un proyecto para aplicar un subsidio al pan y así intentar reducir su precio.
El pan en los últimos meses ha subido de precio mucho más que en meses anteriores, llegando a subir sólo un 3,2% en febrero y en lo que va del año ya ha subido un 5,1%, cuando en todo el 2020 subió un 5,3% y en 2019 un 3,4%. Este aumento en el precio del pan se ha visto fuertemente influenciado por el conflicto entre Rusia y Ucrania, ya que el primero es uno de los principales productores y exportadores de petróleo y el segundo de trigo. Esto significa, que, si bien el problema es grave, es un problema transitorio.
Intuitivamente la primera idea es fijar los precios para evitar que estos sigan subiendo, lo cual en realidad es muy ineficiente, ya que la fijación de precios genera una situación de desequilibrio entre demanda y oferta, y un desincentivo a producir pan para los panaderos, generando finalmente escasez del producto. También es posible un subsidio, el cual, en caso de existir, debiese ser un subsidio focalizado, transitorio y de bajos montos, aunque esto también genera una distorsión en la economía, en los precios, y en las cadenas de distribución. Además, se debe definir si el subsidio se dará a las personas o a las empresas. En el primer caso, el subsidio podría provocar incrementos en los precios de otros productos, y en el caso del segundo, el subsidio podría no reflejarse en una disminución y solo beneficiar a productores.
Otro problema, es que, si los políticos deciden a que producto se le da o no subsidios, o a cuáles se les fijan los precios, genera incentivos para las empresas para hacer lobby u otras prácticas para influenciar en las decisiones. Esto ya que las empresas tienen incentivos a realizar esfuerzos para que los subsidios se les apliquen a sus productos, o no se los fijen los precios, o en caso de hacerlo, que se le fijen precios altos.
Felipe Salce Díaz
M.A. in economics, académico de Departamento de Ingeniería Comercial, UDA.