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Avistamiento
La metodología que utilizan los guardaparques es la observación directa de individuos en un total de 14 transectas predefinidas, las mismas que se realizan dos veces al año al final de verano y del invierno, solo que entre 2020 y 2021 esta actividad no se pudo llevar a cabo y en su lugar se hicieron patrullajes en las rutas donde es posible acceder en vehículo.
La actividad continúa con el grupo guiado por el guardaparques Jorge Meller, y realiza su recorrido en Las Lomitas, un sector que se encuentra dividido entre las regiones de Antofagasta y Atacama. Durante gran parte del trayecto se camina por suaves lomajes cubiertos por una gravilla conocida como maicillo, su característica principal es que fueron colonizadas por líquenes, algas, hongos y cianobacterias que sobreviven en el desierto con bajos niveles de agua.
El recorrido, continua por algunas pequeñas quebradas cuando suena la radio informando que se ha visto el primer guanaco del día, uno de los grupos ha avistado a un ejemplar solitario a cierta distancia, luego aparece otro y un tercero más en el cuadrante a cubrir. Cada guardaparque va anotando en su hoja de ruta los datos de la observación.
"En esas transectas se van observando y registrando el número de guanacos avistados, la composición etárea, los grupos familiares, los defecaderos activos y no activos en el territorio. Se aprovecha de inspeccionar todo lo que tiene que ver con las amenazas a las especies, principalmente la presencia de perros, que no se avistaron en el Pan de Azúcar, pero sí se observó la presencia de huellas lo cual indica que la amenaza está latente. Lo mismo también por las comunidades costeras que están muy cercanas al parque que pueden tener perro y que usualmente andan sueltos", comenta Jorge Carabantes.
Resultados
Una vez culminada la actividad, José Luis Gutiérrez dijo acerca de los resultados que en esta oportunidad solo se pudo observar 30 individuos, "es poco, pero, uno de los días tuvimos cero visibilidad, por lo que no fue posible observar el territorio".
De acuerdo con la base de datos del censo, el conteo del 2018 que alcanzó a los 83 individuos (13 chulengos, 70 adultos), es el mayor durante la época estival desde el año 2006 (115); y el segundo después de los 123 individuos contados en el invierno del año 2012.
Los inviernos de los años 2012 (123) y 2016 (81) fueron los que tuvieron la mayor presencia de individuos en los últimos años, ambos coinciden con que el año anterior hubo fenómeno del desierto florido.
"A nosotros como institución nos pone muy contentos que volvamos a realizar este tipo de actividades tan simbólicas en el interior de los parques nacionales y que persiguen saber cuál es el estado y la salud de nuestras poblaciones de guanacos. Como corporación ya tenemos un programa financiado por el FNDR que está con recomendación técnica favorable y estamos a la espera de la priorización por parte del gobernador y del Consejo Regional para poder financiar esta iniciativa que busca transferir conocimiento y acciones para la conservación del guanaco. Cuesta $800 millones que van a ser destinados a monitoreo de la especie, acciones de control de amenaza, difusión y educación ambiental para la comunidad entre otros", finalizó Jorge Carabantes.
"Nosotros llevamos, producto de la pandemia, más de dos años sin hacer estos monitoreos al interior de los parques como deben realizarse".
Jorge Carabantes, Jefe DASP en Conaf Atacama
30 ejemplares de guanacos fueron avistado durante el censo estival de este año.
2 años durante los cuales hubo confinamiento, quedó suspendida la actividad de monitoreo con recorridos a pie.
14 transectas se recorren en el parque nacional para observar guanacos y sus costumbres.