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Temor en San Pedro: "Todos dormimos con un cuchillo, palos, o algo abajo de la cama"

REPORTAJE. Una seguidilla de robos tiene a los vecinos de la hacienda inseguros en sus casas, pues en ese contexto desconocidos mataron a un adulto mayor dentro de su casa para llevarse unas herramientas. Piden más seguridad, salud y educación, a fin de encontrar la tranquilidad por la que muchos se mudaron al campo y que no han podido encontrar.
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Hacienda San Pedro no es el sitio tranquilo que era hace unos años atrás, y el homicidio de uno de sus vecinos al interior de su casa es la gota que rebasó el vaso, coinciden los lugareños cuando les preguntan por la seguridad de vivir ahí. Jorge Pérez es uno de ellos, tiene un negocio a la entrada de la localidad y reconoce que "duermo con un cuchillo abajo de la cama, todos dormimos con cuchillos, palos, o algo abajo de la cama (...) uno no se imagina con qué fin mataron a ese caballero, para robarle dos herramientas, creo que ni en la ley de los ladrones está permitido eso... matar a una persona. Más encima de 85 años", dice ofuscado.

La inseguridad del comerciante es porque desde que llegó a la localidad las cosas no le han salido como esperaba. El comerciante se mudó al campo buscando la tranquilidad que ofrece cambiar de la urbe a la naturaleza, pero enfrentó un robo cuando partió con el negocio y solo es uno más de los afectados.

"tierra de nadie"

Llegamos a San Pedro y a simple vista parecía no haber cambiado desde la última visita (previa al estallido social y la pandemia), el clima, las casas y la feria ubicada en la entrada del sector estaban igual, pero la gente actuaba distinta. En la plaza nos esperaba el presidente de la Agrupación Comunal de los Sectores Bajos del Río Copiapó (Agriparcri), Guillermo Daviu, y la delegada de la Junta de Vecinos Valle Fértil, Delinda Vicencio.

Empezamos a hablar sobre cómo es la vida en el lugar y Delinda manifestó que "San Pedro es tierra de nadie (...) los robos son constantes en el sector, suponemos que es en relación a la droga".

De los ilícitos cometidos en el sector el último tiempo está la muerte de un adulto mayor a quien le robaron unas herramientas, y un viaje con destino a la localidad que pidió una pareja de antisociales, que luego le robó el auto a un conductor de la aplicación Indrive. Si retrocedemos un par de años está la desaparición de la joven Thiare Elgueda, sobre quien las investigaciones dicen que se le perdió la vista en ese lugar, tras haberse bajado de un bus y esperar otro transporte para llegar a Caldera.

Sin embargo, estos hechos, aunque graves, son excepciones a lo que más les preocupa a los lugareños, los robos. Respecto a lo cual Guillermo explica que "se ha estado produciendo un delito día por medio, culminó con la muerte del señor Morales, con eso hubo una reacción en cadena entre todos los habitantes porque realmente lo encontramos".

"Vivimos en una tierra de nadie, aquí la delincuencia, el alcoholismo son una cosa diaria, vivimos aterrados (...) Aquí se están produciendo situaciones realmente muy serias. Las parcelas son muy abiertas, es fácil entrar, son como casas sin rejas, los delincuentes entran, no ven perros o tal vez los aguachan, cuando desaparecen los perros es porque vendrán los robos", dijo el presidente de Agriparcri.

Y es que cuando cae la noche ni las casas son un lugar seguro, "cuando se meten a robar si uno despierta está sonado, o lo golpean, porque han golpeado a varias personas, los han maniatado y les han robado todo. Si hacemos muros, ocurrirá lo que pasó en Piedra Colgada, que llegó el aluvión, el agua choca con los muros, se acumula y pasa a una velocidad increíble, erosiona las bases de los muros por estar hechos sobre la tierra, echan abajo el muro, el agua entra con más fuerza y el daño es mucho mayor", explicó Guillermo.

Sabiendo que se trata de una seguidilla de delitos, la pregunta es por qué el problema no se visibilizó sino hasta que falleció un habitante. Sobre eso, los dirigentes aclararon que la mayoría de los crímenes no se denuncia.

"Tenemos mucho adulto mayor, los accesos para ir a Copiapó y hacer los requerimientos cuesta por la distancia, la gente no hace denuncia porque no tiene los recursos para estar, como dicen ellos, perdiendo el tiempo yendo una y otra vez a Copiapó", comentó Delinda.

Aunque la delincuencia no es lo único que dificulta la vida en el campo. "Somos vulnerables en muchas situaciones, no tenemos bomberos, no tenemos consultorio, no tenemos un centro comunitario (...) Nuestra lucha es tener una comisaría, un cuerpo de bomberos, un centro comunitario, un consultorio. La lucha ha sido desde después del aluvión del 2015 hasta ahora", agregó Delinda.

Tras lo cual Guillermo tuvieron una reunión con autoridades, que los dejó esperanzados ya que "gracias a la movilización nos prometieron un retén movil, que ya está, es un radio patrulla, en unas semanas va a venir un furgón que hará de retén móvil y en la noche habrá vigilancia nocturna con personal de ronda. Se comprometieron a que si juntábamos 25 voluntarios que quieran ser bomberos, les harán el curso que corresponde para que se disponga de ellos para que cuiden nuestro sector".