Un nuevo modo de enfrentar al covid
Los esfuerzos están puestos en proteger a los sectores más vulnerables a reforzar la vacunación y no tanto en evitar contagios, que hoy son menos agresivos. Ya no hay cuarentenas, ni aislamientos preventivos, las restricciones se circunscriben a respetar los aforos en sitios cerrados, pero sin mucha vigilancia. Incluso esto se puede verificar en lugares de afluencia masiva.
Explícitamente no se ha dicho, pero la actual estrategia para enfrentar los contagios de covid-19 que afectan al país, pasa por proteger a la población más vulnerable e intensificar la vacunación con las dosis de refuerzo. En segundo plano quedó la trazabildad, la que por la transmisibilidad de la variante ómicron se hace muy difícil de seguir, y las campañas para fomentar el autocuidado entre quienes menos respetan las medidas de prevención.
Se está optando por el ejemplo de países europeos en que confían que ómicron por su menor agresividad siga predominando en los contagios y se vaya creando una inmunidad colectiva con quienes se enferman y los vacunados.
De hecho, si observamos, las cifras actuales de infectados son muy superiores a las que conocimos el año pasado y el 2020. Sin embargo, gracias a la vacunación, los casos graves son menores. No ha habido colapso ni en las salas críticas ni en las regulares, lo que posibilita tratar estos nuevos brotes bajo otra mirada.
Ya no hay cuarentenas, ni aislamientos preventivos, las restricciones se circunscriben a respetar los aforos en sitios cerrados y abiertos, pero sin mucha vigilancia. Incluso esto se puede verificar en lugares de afluencia masiva, donde siguen las aglomeraciones y el distanciamiento físico se va acortando en la medida que va llegando más gente.
Sin decirlo, cada vez importa menos si existen contagios. Ya no es prioritario el seguimiento de los casos, ni el cumplimiento de cuarentenas para los casos positivos. No significa que no importe, sino que los esfuerzos están apuntados a otros aspectos como los mencionados de proteger a las personas inmunocomprometidas, para que no se infecten y puedan convertirse en víctimas de las enfermedad.
No obstante, estamos frente a un arma de doble filo o, por decirlo menos, ante una apuesta arriesgada. Los mismos especialistas han dicho que mientras más contagiados el porcentaje de quienes generen cuadros graves podría llegar a una cantidad preocupante. Todas las variantes tienen un porcentaje de casos graves y de mortalidad, entonces si hay más infectados más casos graves y más decesos.
Hasta el momento la red sanitaria ha resistido bien y si se comprueba que la curva tocó su peak y viene la baja, la preocupación debe ser menor, aunque este virus sigue indescifrable y cada cierto tiempo nos sorprende con algo para lo que nuestra especie no está preparada.