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Crean base de datos para predecir polinización en cultivos de todo el mundo

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Un equipo científico internacional liderado por investigadores de la Estación de Doñana en Andalucía, España, creó una base de datos global para predecir el papel de los polinizadores en cultivos comerciales en todo el mundo, con información sobre medio centenar de cultivos distribuidos por los cinco continentes.

Los investigadores españoles de la Estación Biológica de Doñana-CSIC Ignasi Bartomeus y Alfonso Allen-Perkins coordinan CropPol, un proyecto en el que trabajan un centenar de profesionales y que es la primera base de datos abierta, dinámica y global sobre polinización de cultivos.

El 75% de los cultivos alimentarios del planeta depende en alguna medida de los polinizadores y aunque varios estudios han demostrado que a nivel general los polinizadores silvestres son importantes para la producción agrícola, hasta ahora solo había datos de pocos cultivos o regiones.

Esta base de datos, con información sobre 48 cultivos comerciales dependientes de polinizadores distribuidos por más de 3.000 emplazamientos en cinco continentes y 32 países a lo largo de tres décadas, permitirá entender el papel de diferentes polinizadores dependiendo del cultivo y la región.

"Esta base de datos brinda oportunidades únicas para explorar patrones y tendencias globales y para trabajar en soluciones para la gestión sostenible y la valoración de la biodiversidad", explica la investigadora de la Universidad de Coimbra (Portugal) Silvia Castro, quien recuerda que el cambio del uso del suelo y otras acciones del ser humano han acelerado la extinción de muchos grupos de especies.

Más de 100 especialistas

CropPol pretende compilar los datos de los estudios realizados, ayudar a crear modelos predictivos y facilitar el intercambio de conocimiento ya que los datos son abiertos y se pueden consultar en línea en www.beeproject.science/croppollination.

Además, la base de datos está viva y en continuo crecimiento y su diseño permite que personal científico e instituciones que quieran colaborar en el futuro y compartir nuevos datos sobre polinización puedan agregarlos de manera sencilla y automática.

"Concebimos la idea de crear esta base de datos en 2018, pero su construcción comenzó a finales de 2019. Nos ha llevado casi dos años recopilar y limpiar la información de los más de 200 estudios recibidos", detalla el coordinador de OBServ e investigador de la Estación Biológica de Doñana-CSIC, Ignasi Bartomeus.

Los datos recolectados en CropPol servirán para predecir el nivel de polinización esperado de diferentes cultivos de todo el mundo gracias al trabajo de más de cien especialistas de otras tantas instituciones.

NASA: 2021 fue el sexto año más caluroso yen 10 años se alcanzará el techo del calentamiento global

INFORME ANUAL. Sudamérica tuvo el tercer diciembre más caluroso de la historia. Si se mantiene la tendencia, en el 2031 se podría llegar al 1,5° de aumento de temperatura que tiene como límite el Acuerdo de París.
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Agencias/Redacción

Las temperaturas siguieron subiendo en el planeta en 2021 y, de mantenerse esta tendencia, en 10 años se alcanzará el techo de calentamiento global que los Acuerdos de París fijaron en un aumento máximo de 1,5°C y que la comunidad internacional se ha propuesto frenar.

La NASA y la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional (NOAA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. revelaron en su informe anual, publicado este jueves, que el año pasado fue el sexto más caluroso desde que se iniciaron los registros en 1880 y que los últimos siete años experimentaron las mayores temperaturas.

"Estamos alrededor de 0,8 o 0,9°C (de aumento). Si se sigue el patrón que se está viendo, en 10 años, más o menos 2031 o 2032, estaríamos llegando a ese punto (1,5°C)", explicó a Efe Edil Sepúlveda, científico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.

La comunidad internacional acordó en 2015 medidas para evitar que el planeta alcance un aumento de 1,5°C de calentamiento global en los Acuerdos de París, de los que Estados Unidos se retiró durante la Presidencia de Donald Trump (2017-2021) y regresó con Joe Biden.

Sepúlveda precisó que superar ese punto "no significa que vaya a haber cataclismos" ese mismo día, pero advirtió que si no se han tomado medidas para entonces, habrá zonas del planeta donde será "muy difícil vivir".

Se mantiene tendencia

El informe de la NASA y la NOAA detalló que la temperatura de la superficie terrestre y oceánica de la Tierra durante el año pasado fue de 14,7°C, lo que significa 0,84°C por encima del promedio del siglo XX.

De esta manera, 2021 fue el sexto año más cálido desde que comenzaron los registros en 1880, levemente por encima de 2018 y superado por 2015, 2016, 2017, 2019 y 2020.

Hasta ahora, los dos años más cálidos han sido 2015 y 2020. Pero ello no significa que en 2021 se rompiera la tendencia al alza, sino al contrario, advirtieron los expertos: el año pasado uno de los más calurosos a pesar de que se registró el fenómeno de la Niña, que implica un enfriamiento de las aguas del Pacífico y una baja de las temperaturas.

"Aun con la Niña, estar entre los años más calientes nos deja ver que 2021 ha seguido el patrón de la última década en el planeta", subrayó Sepúlveda.

Según el informe, 2021 se convirtió en el 45 año consecutivo con temperaturas superiores a la media del siglo pasado.

Además, el verano de 2021 fue el más caliente en el noroeste de Estados Unidos, y diciembre pasado fue el tercero más cálido de Sudamérica desde que hay registros.

La crisis ya se nota

El calentamiento global se produce por la emisión de gases a la atmósfera como dióxido de carbono que atrapan la radiación y producen el llamado efecto invernadero en la Tierra.

"Hay un consenso muy grande de que el calentamiento global está causado por los humanos y de eso no hay duda alguna", expresó Sepúlveda.

Los efectos de este calentamiento no son a futuro, sino que ya se pueden percibir, avisó el experto, en olas de calor como las que vivió Estados Unidos en el verano pasado, incendios forestales y sequías.

Las altas temperaturas también generan más vapor en la atmósfera que deriva en lluvias e inundaciones como las que sucedieron en Alemania, o un aumento del nivel del mar por el derretimiento de los polos.

La NASA alertó en su informe que la cantidad de calor almacenado en los niveles superiores del océano alcanzó una cifra récord en 2021, batiendo la marca de 2020.

0,84° por encima del promedio del siglo XX fue la temperatura global en 2021: 14,7°C. La meta es evitar un aumento de 1,5°C.

Relacionan azúcares y grasas con dos moléculas que regulan el metabolismo

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E l consumo de glucosa y lípidos está relacionado con la regulación de varios genes responsables del metabolismo de esos nutrientes, que controlan de forma indirecta el riesgo de padecer enfermedades como la obesidad o la diabetes, según las conclusiones de un grupo de investigadores de la Universidad española de Málaga y el Instituto de Investigación Biomédica.

En el estudio, publicado en Nutrients, comprobaron cómo la ingesta de grasas y carbohidratos contribuye a la activación o represión de determinados genes que regulan el desarrollo de las citadas patologías y apuntan a una incidencia de la dieta en la genética, según un comunicado de la Fundación Descubre.

Se trata del receptor PPAR, activado por algunos ácidos grasos o sus derivados, y la proteína ChREBP, activada por la glucosa, los cuales intervienen en la transformación del azúcar y las grasas en el organismo.

Tras realizar una revisión científica de estudios previos, los expertos describieron cómo se activan y funcionan estas moléculas reguladoras desde la perspectiva de la genómica nutricional, es decir, los efectos de los nutrientes en los genes.

"Los alimentos que tomamos en la dieta regulan directamente los genes responsables del metabolismo que ocurre en nuestro cuerpo", motivo por el que "hay que mirar bien lo que comemos, porque la repercusión es directa", explicó la experta en Bioquímica de la Universidad de Málaga Inés Bravo, autora del estudio.

Dichos factores están relacionados con el aumento de grasas a raíz de la sobrealimentación y pueden modificar el riesgo de padecer determinadas enfermedades. "Desempeñan papeles complementarios y su equilibrio es complejo", por lo que "su activación está muy controlada y su desregulación se asocia con enfermedades como la diabetes, la obesidad, o el hígado graso", sostiene Bravo.

En este estudio, además, la experta plantea la aplicación farmacológica de dichas moléculas en el tratamiento de estas patologías y su prevención, pues "su papel es decisivo en la regulación metabólica.