Una concurrida marcha convocada por el Club de Rodeo de Copiapó en la que hubo demostraciones ecuestres, pies de cueca y exhibición de caballos, gallos y perros galgos, dividió las opiniones de la comunidad copiapina. Los asistentes a la marcha - que no fue un número menor - estaban por la defensa de las "tradiciones", no obstante, las reacciones en las redes sociales no fueron precisamente de apoyo, dado que las agrupaciones animalistas rápidamente repudiaron la movilización de los amantes del rodeo, las carreras de perros galgos y los criaderos de aves de riña, entre otras practicas.
Pero estas expresiones en redes sociales, poco y nada les importó a los clubes que partieron ayer desde el Parque Schneider y llegaron hasta la Plaza de Armas de la capital regional, puesto que ellos no son muy amigos de las redes sociales, de hecho, están más vinculados a la tierra y al trabajo en zonas rurales, donde muchas veces ni siquiera llega la señal de internet.
Ahí se revela no solo la discusión simplista entre "amantes de las tradiciones" y "animalistas". También existe una brecha generacional, puesto que la mayoría de los miembros pertenecientes a las agrupaciones animalistas, están más bien ligados a la vida urbana y pertenecen a un rango etáreo "sub-35". A diferencia de los "defensores de las tradiciones", que son de mayor edad y llevan un estilo de vida rural.
Ahora bien, si la discusión se rige en términos legales, resulta para los animalistas casi irónico que la misma Ley de Protección Animal, en su artículo 16, exprese claramente que "Las normas de esta ley no se aplicarán a los deportes en que participen animales, tales como el rodeo, las corridas de vaca, el movimiento a la rienda y los deportes ecuestres, los que se regirán por sus respectivos reglamentos". A esto se suma el hecho que desde el 10 de enero de 1962, "por medio del oficio n°269 del Consejo Nacional de Deportes y el Comité Olímpico de Chile, se reconoció al rodeo como disciplina deportiva en sentido estricto, es decir, con jurado, premios, recintos especiales para su desarrollo y reglamentación propia".
Para el lamento de los agrupaciones pro animal, a fines del mes de septiembre, la Cámara Baja rechazó por falta de quórum un proyecto de ley que buscaba prohibir las carreras de galgos. Pese al rechazo de la iniciativa, esto impulsó todo un movimiento entre los defensores del rodeo, pues vieron amenazadas sus tradiciones y se empezaron a organizar. Lo que quedó plasmado en las recientes movilizaciones que no solo se llevaron a cabo en Copiapó, puesto que ya hubo otras marchas en otras latitudes del país, con cartas abiertas a las autoridades incluida. Claramente, esta discusión será de largo aliento.