Las vidas que dejó pasar Pablo Simonetti
El escritor chileno regresó a librerías con "Los hombres que no fui", una historia sobre todo lo que un economista con educación tradicional cambió para convertirse en un hombre libre.
El autor de "los hombres que no fui" hace un repaso de la historia de su vida. El libro parte en una subasta real, que se efectuó en un departamento que él vendió.
En el edificio El Barco del Barrio Lastarria, ubicado en plena zona turística de Santiago y diseñado por Sergio Larraín García-Moreno, hay una subasta de antigüedades durante la tarde del 18 de octubre de 2019. "El Barco va por un mar en una ciudad crispada, y ahí dentro hay mucha gente que quiere seguir con su vida sin abrir la mirada a lo que está pasando alrededor", explica Pablo Simonetti ("La barrera del pudor") sobre su más reciente novela, "Los hombres que no fui".
Quienes dan vida a esta historia, sin embargo, "no son solo hombres, también hay mujeres que son el reflejo de los hombres que el protagonista (Guillermo Sivori) pudo haber sido respecto de ellas. Están estos hombres que se adornan, sus armas son el vestir y la decoración, los objetos. Hay otros que no son capaces de tolerarse a sí mismos, que tienen una muy mala imagen de sí mismos por el solo hecho de si opción sexual. Otros hombres que por las circunstancias de esos tiempos fueron víctimas del VIH. Hay muchas personas que en ese momento de nuestra historia fueron sometidas a abandono, menosprecio o atropellos", continúa el exdirector de Fundación Iguales.
El también autor de "Jardín" señala que en este nuevo libro "uso mármol, antigüedades, un lugar de muros gruesos, para representar esa indolencia que a veces se ejerce por miedo a la diferencia, que también es opresiva, y diría yo que socialmente injusta, irresponsable. Creo que ese pasado de indolencia vino también a reventar en los procesos sociales de la década del 10, porque no podemos pasarnos la vida esperando que se les ocurra mirar para el lado a la mayoría. Existe y requerimos respeto, dignidad y trato igualitario".
A fines del siglo XX, destaca el escritor, "una forma de protegerte, siendo gay en este caso, era rodearte de estos objetos bellos, generar admiración, sobre todo en las mujeres, o la admiración más codiciosa de los hombres. Era una forma de buscar el reconocimiento de esta sociedad bien pensante", cuenta.
El personaje del libro, llamado "Pedro", está inspirado en su marido, el pintor José Pedro Godoy, quien también es el autor de la portada de la
Por Valeria Barahona
"En los años 80 y 90 había mucho ocultamiento, hombres que se protegían de su propia homo-sexualidad"
andrés herrera