Desde los primeros albores de nuestra independencia el resguardo policial ha estado presente en nuestro país. En 1810 cuando Chile nacía a la vida independiente y se transformaba en una República, contaba ya con fuerzas responsables de la mantención de la seguridad y el orden público. A través de Alguaciles, Alcaldes de Cuartel y de Barrio y el Cuerpo de Serenos abrieron paso y dieron vida a la creación de esta noble institución.Para todos quienes integramos Carabineros de Chile rememorar nuestra historia institucional no sólo nos emociona, sino también nos enorgullece, porque llegar a vestir el verde uniforme no es nada fácil.
Se trata de adquirir conocimientos específicos y destrezas especiales que permitan desenvolverse no sólo en Chile, sino también en el extranjero. Porque el lema Orden y Patria ha traspasado fronteras, para instalarse en misiones de paz y cooperación internacional en muchos países del mundo.En 1830, en Santiago, en una época de grandes convulsiones políticas, se creó la Compañía de Carabineros de Policía, para resguardar la seguridad y el orden público de la capital. Su reglamento imponía a los oficiales la obligación de jurar obedecer sólo a sus respectivos jefes y al gobernador local y no mezclarse en movimientos populares ni pertenecer a partido político alguno.En 1850 nació la Brigada de Policía, racionalizando turnos de 6 horas, con vigilancia todo el día y dedicando espacio para la instrucción y el perfeccionamiento.
Posteriormente, el Reglamento orgánico del Cuerpo de Policía de Seguridad de Santiago, de agosto de 1889, estableció el carácter permanente del servicio al disponer que las comisarías debían permanecer abiertas día y noche para atender al público, y que el personal debía considerarse de servicio siempre.Una institución integrada a la comunidad era un propósito que ya en ésa época se consideraba. Ejemplo de ello es que no obstante el decreto que dio vida a Carabineros, establecía denominaciones militares para las nacientes unidades, en vista que la población persistía en emplear las antiguas asignaciones aplicadas a los cuarteles de policía, se determinó acoger ese uso.
Desde los inicios de nuestra historia institucional, estas cualidades que se riegan sin mezquindades por todos los rincones de Chile nos caracterizan y valoran. Atentos vigilantes en las cumbres andinas, improvisados médicos o matronas y entusiastas profesores para aquellos compatriotas lejanos. Guardianes de la soberanía, sin excusas de frío, altura o soledad, siempre está nuestra presencia anónima, que se vierte con igual profesionalismo. Es aquí donde, ante diversas consultas, requerimientos e inquietudes ciudadanas, la multiplicidad de funciones profesionales queda de manifiesto y es precisamente lo que muchos valoran.
Luis Aguilera
General de Carabineros y jefe de la III Zona de Atacama