Hoy, 10 de agosto se celebra "San Lorenzo y el Día del Minero", por lo que es meritorio rendirles un triple aplauso a todos/as los mineros de la región y del país. La minería ha incidido en el desarrollo del país desde las primeras décadas del siglo XIX. El rol que ha tenido este rubro en la economía de Chile es notable. Se observa desde los inicios republicanos con la audaz acción de cateadores. Uno de ellos, don Diego de Almeyda Aracena, quien nació un 8 de agosto de 1780 en Copiapó, hijo de portugués y de changa. Benjamín Vicuña Mackenna, lo comparó como "un Colón frente al desierto, que por carabelas tuvo sus mulas y por guía a las estrellas". Los intrépidos cateadores fueron quienes les dieron movimiento a las inmensidades del desierto habitándose, posteriormente, todo aquello que parecía vacío e improductivo, permitiendo que se desarrollara un proceso histórico y económico hasta los días actuales. El escritor, parlamentario, Ministro del Interior en 1876 y primer director de la Academia Chilena de la Lengua, José Victorino Lastarria, escribió el "Elogio del Cateador". En el último párrafo dice: "Si los campos de batallas dan héroes, el trabajo, la constancia y el sacrificio también lo dan. Y entre los héroes de la industria que domaron los desiertos y las soledades del norte, los cateadores fueron la vanguardia".
Vaya entonces mi homenaje a la pequeña minería, a los esforzados pirquineros, a los trabajadores/as que continúan la labor legada por los mineros del pasado. Entre todos los chilenos, ellos poseen el espíritu más arraigado, el que más ama a su tierra, el que vive en estado de esperanza y quienes viven soñando en encontrar un nuevo derrotero para proseguir su titánica faena con una lealtad a toda prueba con su terruño.
Por lo mismo, el desafío actual es proteger, valorar y difundir el patrimonio minero de Atacama. Tarea de las autoridades y de la comunidad en general. En este ámbito hay bastante que hacer, como por ejemplo poner en valor el mineral de Chañarcillo y el campamento de Potrerillos y otros, replicando lo que se efectuó en los campamentos de Sewell y Chuquicamata, donde hubo un trabajo conjunto y consensuado.
Omar Monroy
Director regional del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural