Cientos de aficionados del Paris Saint-Germain (PSG) se reunieron ayer en las cercanías del aeropuerto de Le Bourget para esperar la llegada de Lionel Messi, a quien se da como seguro fichaje del club parisino. Falsa alarma. Otros hinchas se congregaron en las inmediaciones del Parque de los Príncipes. De momento, en vano. El astro se hace esperar, mientras los rumores sobre su llegada crecen.

Mientras los fanáticos tricolores permanecieron horas en la calle para recibir al argentino, Leo estaba en su casa en Barcelona junto a su familia, según captaron algunas cámaras aficionadas.

Según confirmaron fuentes de la Prefectura de la Policía, "la llegada más probable" en Le Bourget será hoy, aunque las mismas fuentes no precisaron el horario. Un aterrizaje de La Pulga en la noche de ayer era muy poco probable.

A pesar de que se da por hecho su llegada a cambio de 40 millones de euros anuales por dos temporadas, el seis veces ganador del Balón de Oro aún no ha firmado el acuerdo. No obstante, los empleados del PSG ya están avisados de la llegada del crack argentino "en cualquier momento".

El vuelo privado de Messi se retrasaba y la agitación pasó entonces a los alrededores del estadio del Parque de Los Príncipes. Allí, jóvenes con las camisetas del PSG gritaban "Messi, Messi" sin descanso, con el sueño de que se sume a Neymar, Mbappé, Di María, Marquinhos, Verratti, Sergio Ramos y Gianluigi Donnarumma.

Demanda contra PSG

El supuesto fichaje de Messi no agrada a todo el mundo en Francia. Un grupo de socios Lyon presentó ayer demandas de suspensión provisional ante la justicia civil y administrativa para frenar la operación.

"En términos de derecho vamos a acabar ganando, el problema es que lleguemos demasiado tarde. Si Messi ya ha firmado cuando se pronuncie la Justicia. Entonces podrán haber sólo sanciones retroactivas", explicó el abogado Juan Branco.

Los demandantes alegan que el PSG violará las reglas del "fair-play financiero" con un eventual fichaje de Messi (equilibrio entre gastos e ingresos) y ven una "distorsión" de la competencia entre la Liga española y la francesa.

El Torneo Nacional de Primera División tuvo un cambio en la competitividad de los equipos y eso se pudo ver durante la última fecha: el liderazgo cambió cuatro veces en dos días.

Tal vez una de las mejorías más notorias es la de Universidad de Chile, que con Esteban Valencia en la banca olvidó todos los malos momentos vividos en la era Dudamel. Desde que se hizo cargo el Huevito los azules están invictos: suman cuatro triunfos y un empate y tras su victoria el sábado por 3-1 ante O'Higgins disfrutaron de la punta del torneo por algunas horas gracias a sus 25 puntos.

Más compleja ha sido la situación de Universidad Católica, que de liderar con comodidad en el inicio del torneo se desinfló y tras el receso perdió el paso y suma dos derrotas, un empate y dos triunfos, el último sobre Deportes La Serena (4-3) que desplazó del primer lugar a la U por diferencia de goles (y que además fue escenario de un cruce de insultos entre Humberto Suazo y el ayudante técnico cruzado, Cristian Paulucci).

El líder

Otro equipo que resucitó tras el regreso fue Colo Colo: con dos empates y tres victorias se metió en la pelea por el título y el domingo superó a las dos universidades con sus 27 puntos tras ganarle a Curicó (2-0).

Por sobre todos los equipos grandes del fútbol chileno se instaló el domingo en la noche Unión La Calera tras alcanzar los 28 puntos con su triunfo 1-0 sobre Everton, que también está en la pelea (23) al igual que Audax Italiano (24).