La actitud antiprensa que han tomado varios miembros de la Convención Constituyente es algo que no se debe tomar a la ligera. Son los mismos argumentos que han tomado regímenes de extrema izquierda y extrema derecha en otras épocas, no tan antiguas, para controlar la información y censurar. Argumentos como que los medios solo responden a intereses de élites -económicas o intelectuales- por lo que dejarlos actuar libremente es ayudarlos a distorsionar la realidad. Trump utilizó un discurso así durante sus campañas presidenciales.
Hoy vemos que no son pocos los constituyentes que sostienen que los medios distorsionan, trabajan para poderes económicos y por lo mismo, hay que filtrarlos. A su vez, aseguran que la única manera de asegurar que todos los chilenos accedan a las discusiones, son los medios oficiales de la convención que no los "tergiversan". Obvio que es bueno que existan medios transmitiendo todos los debates, al estilo de lo que ocurre con la Cámara de Diputados. Ayuda mucho a la transparencia. Pero argumentar eso para no dejar pasar a medios de comunicación, es una medida totalitaria (que por suerte no avanzó) que menosprecia el trabajo de los periodistas y la inteligencia de los chilenos.
La teoría que promulgan algunos de ellos, es que los medios manipulan, los periodistas trabajan para los poderes fácticos, y los ciudadanos son tan ignorantes que son fácilmente manipulables. Por eso, cuando hay notas periodísticas críticas, no es porque cometieron un error, sino que se trata de una campaña orquestada desde el poder.
Pero se olvidan de algo muy importante. Ellos ahora son un poder, elegido democráticamente, con sueldos pagados por todos los chilenos. No pueden pretender estar por sobre la fiscalización. No pueden pretender no dar cuentas. No pueden pretender que no se les pueda hacer preguntas (hay convencionales que se niegan a las entrevistas con algunos medios por razones ideológicas). Está muy bien que haya un canal que transmita todos sus discursos, pero impedir que la prensa pueda resumir, interpretar e interpelarlos, demuestra poca madurez democrática.