Reconocer la obesidad como enfermedad en Chile
Señor director:
El año 2013, a través de la Resolución exenta N°374 del Minsal se reconoce a la obesidad como una enfermedad no transmisible derivada de hábitos y estilos de vida no saludables. Pero eso ya no es suficiente frente a una realidad en la que dice que 1 de cada 3 chilenos vive con obesidad, que el 74% de la población adulta la padece y que somos el segundo país de la OCDE en liderar estas cifras, después de México (nos sigue USA).
Esta semana se vota una iniciativa de un grupo de parlamentarios que solicitará al presidente Sebastián Piñera, a través de un Proyecto de Resolución, que la obesidad sea considerada como una enfermedad crónica cuya prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento, deben recibir cobertura financiera por parte del Estado e Instituciones de salud previsional.
Esto nos da esperanzas de que por fin el foco esté bien puesto en la raíz del problema.
Somos una ONG que no está hablando de un tema estético, si no de un tema de salud pública. Esperamos que este sea el primer paso para grandes cambios en el tratamiento de esta enfermedad crónica que requiere no sólo prevención, sino que también acciones concretas para enfrentarla especialmente en un año marcado por una pandemia que incrementó el sedentarismo y el estrés que obviamente agrava el problema.
Soraya Flores Araya, presidenta de la ONG 300 Mil Mórbidos
AFP
"No existe, bestia en el mundo, más peligrosa, que un ignorante, con poder" dijo Ronald Reagan hace unos años.
En Chile, esto es evidente, se habla de pensiones y la ignorancia vocifera que está todo malo y perifonea "No más AFP". No conocen el ranking mundial Mercer de pensiones que ubica el sistema de pensiones de Chile entre los mejores del mundo.
Es obvio que se puede mejorar en varios aspectos, por ejemplo, las variables actuariales que los políticos no actualizaron al aumentar de la esperanza de vida de los chilenos, 10 años.
No dejemos que la bestia descrita por Reagan siga en el Estado de Chile.
Jorge Porter
¿Cómo se nota?
¿Cómo se nota?...
Cuando la "platita" va a tener que salir de los propios bolsillos de los partidos políticos y no, como ha sido lo habitual, del fisco para financiar la próxima primaria de la Unidad Constituyente, si hasta MEO, se está restando de participar, por falta de liquidez del PRO, los restantes partidos siguen tirando huincha y racionalizando los gastos...
¿Cómo se nota?
Luis Soler
I+D y nueva constitución
Hemos visto en las últimas semanas, cómo startups chilenas han tomado lugar en los principales medios de comunicación. Esto, ya que han logrado lo que para muchos se veía un hito aún lejano, convertirse en el primer unicornio chileno -empresas valoradas en más de mil millones de dólares en el corto plazo-. Estos embajadores del ecosistema emprendedor chileno llamados Cornershop o NotCo, seguidos por casos como Betterfly o Fintual, lideran una generación de emprendedores que da y dará que hablar, impulsando aún más la necesidad de crear políticas públicas que incentiven y aceleren el proceso de crecimiento de este tipo de empresas.
En esta línea, un reciente estudio publicado por Endeavor y la Asociación Chilena de Venture Capital, plantea la necesidad de la creación de un "fondo de fondos" de capital de riesgos en Chile, que generaría un importante impacto social y económico equivalente a US$2.000 millones.
Iniciativas como estas, impulsan la continuidad de lo que muchos llaman el "efecto domino", aparición continua y crecimiento acelerado de emprendimientos basados en ciencia y tecnología que buscan transformar la matriz productiva de Chile, donde sitúan la innovación como eje central.
De esta manera, tomando la realidad del país y el importante proceso constituyente por el que atravesamos, es bueno poner sobre la mesa casos de éxito que evidencien resultados para el desarrollo de políticas públicas. No solo se trata de ser uno más que replica los buenos resultados de un proyecto con impacto, si no de realzar la importancia de posicionar piezas claves en un país que atraviesa procesos de cambio, las cuales son las semillas de una economía con impacto social, que cuide los recursos naturales, integre y mejore la calidad de vida, e incentive el desarrollo de capacidades complementarias. Ahora bien, ¿estamos dispuestos invertir en innovación? ¿sería bien recibido aumentar una tasa impositiva para financiar políticas que impulsen la ciencia y tecnología?
Emilio Hernández Veloso Coordinador de Innovación y Emprendimiento Universidad Andrés Bello