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Las nubes de Venus no son habitables, pero las de Júpiter podrían serlo

CIENCIA. Un equipo internacional de investigadores ponderó la temperatura y la abundancia de vapor en la atmósfera de otros planetas del Sistema Solar.
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Agencias

La concentración efectiva de moléculas de agua en las nubes de Venus es demasiado pequeña para mantener en ellas vida como la que se conoce en la Tierra, pero sí podría ser suficiente en las de Júpiter, lo que no quiere decir que exista, pues hacen falta otros requisitos, como los nutrientes.

Así lo estableció un estudio publicado en la revista científica Nature Astrology sobre la actividad del agua en las nubes de Venus, donde los valores obtenidos están bastante por debajo del rango de habitabilidad de los organismos extremófilos terrestres.

El año pasado, un equipo anunció la detección en la atmósfera de Venus de gas fosfano, y lo vinculó con el potencial de albergar o haber albergado vida microbiana, conclusión que fue puesta en tela de juicio por otros científicos.

Ese tipo de análisis "suele olvidar el papel de la actividad acuosa", que es una medida de la disponibilidad relativa de agua, en los estudios de habitabilidad.

Los microorganismos necesitan la presencia de agua, en una forma disponible, para crecer y llevar a cabo sus funciones metabólicas, recordó en un comunicado el Centro de Astrobiología (CAB).

Cantidad insuficiente

Con la participación de expertos del organismo dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) de España, entre otros, la investigación calculó la actividad acuosa dentro de las nubes de Venus, y otros planetas del Sistema Solar, a partir de observaciones de temperatura y abundancia de vapor de agua.

El valor obtenido de la actividad acuosa de las gotitas de ácido sulfúrico, que constituyen la mayor parte de las nubes de Venus, es menor o igual a 0,004.

Ese valor es "100 veces menos" que el límite de 0,585 necesario para que los extremófilos conocidos de la Tierra puedan permanecer activos y seguir creciendo, señaló el investigador principal, John Hallswdorth, de la Queen's University, con sede en Belfast, Irlanda del Norte.

El trabajo científico demuestra, según otra de las autoras, María Paz Zorzano, investigadora del CAB, que "hay tanto ácido sulfúrico en las nubes que el agua se desplaza y la actividad acuosa es demasiado baja para que pueda existir vida, al menos, tal como la que conocemos. En otras palabras, las nubes de Venus no son habitables".

Curioso hallazgo

El equipo extendió el estudio a otros planeta e "inesperadamente" encontró que en algunas capas de nubes de Júpiter encontraron la temperatura correcta y la actividad acuosa como para mantener vida activa, dijo Hallsworth.

Sin embargo, el científico fue categórico al indicar que no estaba "sugiriendo que haya vida en Júpiter y, ni siquiera, que pueda haberla", pues esta necesita más que la temperatura correcta y la disponibilidad de agua, también se requiere la presencia de los nutrientes adecuados y de eso no se está seguro.

La actividad acuosa en las nubes de Júpiter es mayor de 0,585, mientras que en las de Marte, la formación de hielo de agua impone una actividad acuosa menor o igual a 0,537, "ligeramente por debajo del rango habitable", agrega este mismo estudio.

Como comparación, las condiciones presentes en la troposfera de la Tierra son, en general, biológicamente permisivas mientras que, por encima de la estratosfera media, la atmósfera se vuelve demasiado seca para la vida.

Para realizar las mediciones, el equipo no empleó ningún tipo de modelo, sino que usó datos de observaciones directas, recogidas por diversas misiones espaciales, sobre presión, temperatura y concentración de agua, destacó otro de los autores, Chris McKay, de la NASA.

El enfoque utilizado en esta investigación "tiene una gran importancia de cara al futuro, pues también se puede aplicar a la habitabilidad de los planetas extrasolares", añadió el CAB.

¿Cuánta agua es necesaria para la vida?

En ambientes extremos en la Tierra, "el agua es un factor crítico para que exista la vida y hasta los extremófilos más resistentes necesitan cierta actividad acuosa, aunque sea una salmuera, sostiene María Paz Zorzano, del CAB. Sin embargo, "no es suficiente detectar trazas y una temperatura por encima de 0 grados centígrados para que un entorno sea habitable". Es necesario, postula, que haya suficiente agua para el metabolismo y reproducción de los microorganismos.

0,585 es el valor de actividad acuosa preciso en las gotas para que los extremófilos terrestres puedan permanecer activos y crecer.

100 veces menor al mínimo necesario para vivir es la cantidad de agua observada en el ácido sulfúrico de las nubes de Venus.

Cascos equipados con un rayo láser y tecnología térmica permite a los bomberos mirar a entre el humo

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Los avances de Silicon Valley llegan hasta los mismísimos bomberos de esta zona de California, donde emplean la tecnología más puntera para luchar contra el fuego, como cascos con rayos láser para ver entre el humo.

Ese dispositivo, bautizado C-Thru, parece sacado directamente de un videojuego, con un "brazo" láser que emerge lateralmente y un visor transparente desde el que el bombero va dirigiendo la mirada.

Poder entrar en un entorno oscuro y con humo, con las manos libres y con un dispositivo que permite ver lo que hay en la habitación y a las personas que puedan estar en el suelo es algo que "cambia por completo las reglas del juego", cuenta Thomas Cuschieri, jefe de la brigada de bomberos de Woodside.

Cuschieri y tres de sus hombres acudieron a la vecina Menlo Park para una demostración invitados por Harold Schapelhouman, jefe de bomberos de la localidad, la primera en todo Estados Unidos que usa esta tecnología.

C-Thru va "imprimiendo" sobre la imagen real, de manera que el bombero pasa de verlo todo negro a poder distinguir los contornos de las paredes o el mobiliario -que aparecen en líneas verdes- y los puntos más calientes de la habitación, que se ven en rojo e incluyen, si se da el caso, los cuerpos humanos.

Actuando rápido

Esto se logra mediante una combinación de láser -un rayo verde que sale disparado del casco y que sirve para medir la profundidad- y tecnología de imagen térmica, que mide la temperatura de cada cuerpo y muestra los puntos más calientes, permitiendo así detectar rápidamente dónde está el fuego.

"Esta tecnología nos permite actuar el doble de rápido, y en una emergencia, esa es la diferencia entre poder salvar vidas", dice Schapelhouman, quien desde 2013 va en silla de ruedas tras sufrir un accidente al caer de una escalera.

Ni Schapelhouman ni Cuschieri tuvieron que buscar demasiado lejos para encontrar a la empresa creadora de C-Thru, Qwake Technologies, que tiene su sede en San Francisco, en una clara muestra sinergia entre distintos sectores que se crean en Silicon Valley.

A un precio de 5.000 dólares por dispositivo, el jefe de bomberos de Menlo Park pagó unos 200.000 dólares para equipar a sus 40 voluntarios, que también aportaron durante la etapa de desarrollo del producto.

5.000 dólares es el precio unitario de los dispositivos bautizados como C-Thru por la firma estadounidense Qwake Technologies.

2 veces más rápido pueden operar los bomberos en las emergencias al contar con los cascos ideados en Silicon Valley.