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Dos mujeres acusan que tienen problemas para caminar tras cesáreas practicadas en el Hospital Regional

COPIAPÓ. Las afectadas, que se sometieron al mismo procedimiento con casi un mes de diferencia en la capital regional, dicen que recibieron el alta teniendo molestias que debían pasar en días. Desde el recinto señalaron que no hubo dificultades desde el ámbito obstétrico.
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Rodrigo Moreno Valera

El 16 de diciembre del 2020, Zali Barrios fue al Hospital Regional para someterse a una cesárea de urgencia, procedimiento del que salió con molestias en una de sus piernas, síntoma que empeoró y hoy la tiene sin poder caminar salvo unos pocos pasos y apoyada en muletas o un andador. Caso similar al de Paz Espinoza, quien fue al mismo recinto el 11 de enero de este año y tras someterse a un aborto inducido por la pérdida de su bebé, igualmente fue dada de alta con una molestia en la pierna izquierda, la que actualmente no lejos de mejorarse ha empeorado.

Lo anterior llevó a ambas mujeres a atribuir sus dolencias a la anestesia epidural, inyección que ambas recibieron y que al aplicarse en la columna, creen que sería la causante de sus complicaciones.

Los casos

Zila vive con su madre y sus dos hijos (un niño de 5 años y su bebé de 5 meses). Sobre su segundo parto, que marcó un antes y un después en su vida, cuenta que ese día "llegué al hospital botando mucha sangre y con contracciones, con 4 de dilatación. Me vio la matrona y el médico en urgencias, me dijeron que estaba a punto de tener a mi bebé, pero mi bebé estaba podálica, de potito, entonces me tuvieron que hacer sí o sí cesárea de urgencia, tenía 34 semanas de embarazo, mi hija nació prematura, a las 11 de la mañana ya nació mi hija, hicieron todo rápido".

"Me dieron el alta al tercer día y yo cojeaba, pasó como una semana y media y no podía caminar, estuve como tres días en la casa que no podía caminar. Me llevaron en brazos al hospital y estuve dos semanas hospitalizada en enero porque no aguantaba los dolores", agregó la madre.

Consultada respecto al tratamiento que recibió en el Hospital Regional, Zila explicó que "me hicieron el examen por si era una trombosis y no es una trombosis, me mandaron a hacer una resonancia para ver mi columna para ver si tengo alguna hernia o algo que comprima y me afecte el dolor pero no tengo nada en la columna, de ahí me dieron el alta".

Además que "cuando me dieron el alta me dieron un papel, el epicrisis y ahí dice que uno después tiene que ir a pedir hora, fui a pedir hora en policirugía en el some, me dieron hora para 10 días más, me vio el neurólogo, él me dijo que me había dado una parestesia, me recetó pregabalina, muchos remedios y no se me pasa. De ahí él mismo me mandó al neurocirujano, fisioterapia, kinesiólogo, me mandó a hacerme una electromiografía, he ido a hablar, a reclamar y todavía no me llaman, cuando fui a entregar el papel de la electromiografía me dijeron que iba a tener que esperar porque están llamando pacientes del 2018".

Dado el tiempo de espera para hacerse la electromiografía, Zila intentó realizar ese examen de forma particular. "Tengo copia de la electromiografía para yo costéarmela y no me la he podido hacer porque no tolero el examen, porque son golpes de corriente, fui a hacerme ese examen pero me devolvieron el dinero porque no me pueden acostar en una camilla, es como si me quebraran por dentro la columna, es horrible el dolor", señaló.

Y en cuanto a su día a día, la mujer relató que "ha sido todo terrible, sufro yo y sufren ellos (mi familia) al verme así, yo antes era sanita, caminaba para todos lados, ahora no hago nada, me tienen que levantar porque no me puedo parar de la cama, camino con muletas, con burrito. A veces me levanto pero me tengo que volver a sentar porque me canso y me duelen las piernas, mi mamá trabajaba pero ahora está con licencia por cuidarme a mí y mis hijos, mi bebé tiene 5 meses y mi hijo tiene 5 años, la casa es de 2 pisos, tuvieron que bajar la cama porque no puedo subir escaleras, duermo en la cocina".

Puso un reclamo en el hospital y respecto a denuncias judiciales por su situación, la afectada mencionó que "no he hecho demandas porque tengo que ir yo a hacerla, no he ido porque es muy poco lo que camino, no puedo. Mi mamá como me ve a mí y está en la casa tampoco ha podido ir, pero se va a hacer un tiempo para ella ir a hacer una denuncia más formal".

Por su parte, Paz Espinoza se siente un poco más afortunada que Zali, ya que "hago mis cosas en la medida que puedo las hago igual. El tema de Zali es muy complicado porque ella no puede caminar, tiene sus dos piernas que se le atrofiaron, yo por lo menos es una sola pierna".

Y sobre el cómo fue su experiencia con la cesárea, Paz acusó que "fueron muy negligentes, los 2 días que estuve en ese hospital aparte de meterme pastillas para abortar me bajaban donde estaba el ginecólogo, me revisaron no sé cuántas veces, me bajaban y me subían. Me tuvieron para entrar a pabellón hasta como las 1 de la madrugada, me decían 'no, no la van a operar ahora', me mandaban arriba, me revisaban y me volvían a revisar, me volvían a meter cosas, fue horrible".

Sin embargo, Paz no dejó ningún reclamo o denuncia por lo que ella considera una negligencia, ya que "salí de ese hospital y no quise volver más, la experiencia que pasé fue muy fea, muy traumática".

Y en cuanto a su vida después de la cesárea, Paz dijo que "desde la pelvis hasta la rodilla de la pierna izquierda siento como dormido, soy de Santiago, llevo poco tiempo aquí, tengo una hija de 17 años, ella estudia, no le puedo dar toda la tarea a ella, hago mis cosas en la medida que puedo (...) Cuando tengo dolor ando más calmada, es molesto por ejemplo para bañarme en la tina tengo que afirmarme de la ventana, al pisar me duele la pierna y me da miedo que pueda caerme al levantar el pie, no tengo mucha fuerza en la pierna".

"Gracias a Dios no he llegado a usar un bastón, tengo que andar más lento y evitar el dolor que me da cuando tengo algún roce y sentir esa parte como extraño, ya no es normal mi pierna como antes (...) cuando me dieron el alta dije que me sentía bien pero sentía mi pierna izquierda dormida, me dijeron que podía ser efecto de la anestesia, que se me iba a quitar y me tenía que ir a la casa, que así lo hacen acá", agregó la mujer.

Además que "me empecé a tratar en el consultorio porque ellos (hospital) ahí no tenían nada más que hacer, en el consultorio descartaron que fuera una trombosis y me dieron una pastilla, dijeron que podía ser un nervio de la pierna, por el tema de la misma inyección que me pusieron en el hospital lo que podía haber afectado. Compré las pastillas y no me hicieron nada, ahora me mandaron a hacer un examen que me cuesta por no tener Fonasa $80 mil sino un poco más, es algo que le hacen a la pierna en los nervios para ver los nervios, pero el hospital no se hace responsable de nada".

Hospital regional

Consultados sobre el caso de Zila (ya que Paz no siguió atendiéndose en el recinto), desde el Hospital Regional señalaron que sus dolencias "no corresponden a un cuadro obstétrico ni post operatorio, podría tener una relación a patologías lumbares referidas en sus antecedentes clínicos preexistentes (...) La paciente fue informada de una nueva hora de consulta de especialidad para segunda atención con médico neurocirujano a realizarse la próxima semana, además en la semana subsiguiente será atendida con médico especialista en neurología".

"Ha sido todo terrible, sufro yo y sufren ellos (mi familia) al verme así, yo antes era sanita, caminaba para todos lados, ahora no hago nada (...) tuvieron que bajar la cama porque no puedo subir escaleras, duermo en la cocina"

Zila Barrios

"Gracias a Dios no he llegado a usar bastón, tengo que andar más lento y evitar el dolor que me da cuando tengo algún roce y sentir esa parte como extraño, ya no es normal mi pierna como antes"

Paz Espinoza