El Gobierno informó ayer que se aprobaron más de 1 millón 500 mil postulaciones al bono de Clase Media lo que parece una cifra potentísima, sin embargo, lejos de tener el impacto deseado, los reclamos de personas se han multiplicado ya sea porque les faltó un mínimo porcentaje, cierto porcentaje o porque no calificó por otro motivo. El símbolo de un círculo con una x al interior, más un mensaje "no cumple con los requisitos" se ha transformado en la carta de reclamo de miles de personas, más de 130 mil oficialmente entre los que apelaron y otras decenas de miles que prefieren no insistir o por otras razones.
Es quizás el gran problema del Gobierno: mucha fórmula matemática-social y mucha calificación, donde además se firma un compromiso con la "Clase Media", cuando -como se ha dicho en incansables ocasiones- es una palabra muy grande y complicada de precisar, por lo que siempre es mejor evitarla porque o sino ocurre lo que ocurre.
Pero vamos por parte. Hay que tener claro que muchas de las personas que postularon les fue rechazado porque pueden optar a otros beneficios. Tampoco se puede perder el foco de estos bonos y no pueden ser considerados "ofertones", dado que quienes tienen más o mantienen el mismo sueldo (o se le ha subido) no deberían recibir beneficios.
Pero ¿quién en Chile podría decir eso? Muy pocos y he ahí el asunto, porque estamos hablando de una pandemia donde todos de alguna u otra manera han terminado afectados y no por un día, semana o mes, sino que por más de un año y con una carga detrás como es la crisis social.
El Presidente Sebastián Piñera ayer le pidió una herramienta nueva a la ministra de Desarrollo Karla Rubilar, para incluir a los que quedaron fuera del bono de clase media, lo que parece una medida correcta. Pero es indispensable eliminar trabas hasta ciertos montos y en el caso de los sueldos "más altos" entregar dinero en modalidad de cascada. Así quienes quedaron fuera por una reducción del 19% o porque les faltaron un par de "lucas", podrían finalmente recibir una parte.
Pero el problema no parece reducirse en el hecho de "parchar" este beneficio. En el marco de la excesiva fórmula matemática-social, el Préstamo Solidario 2021 es otro instrumento mal hecho. Y es que entregará hasta $650.000 por un máximo de tres meses a quienes sufren la pérdida de un 10%, pero calcula los ingresos formales promedio de enero y febrero de 2021, respecto al mismo periodo de 2020. Es decir la cobertura será baja, a lo que se suma que es un préstamo y no un beneficio.
El Presidente Piñera anunció la extensión del IFE a 13 millones de personas, pero eso habría que verlo cómo funciona en terreno, pero lo que sí está claro es que a nivel político se mantendrá la tensión con la oposición e incluso actores del oficialismo, que impulsan otras medidas como el tercer retiro del 10% AFP. El Gobierno debe anticiparse a dar una mejor opción y el IFE por si solo no basta.