El soldado Miguel Mena
Estimado director:
A través de la presente, la Sociedad Patrimonial Pedro Pablo Muñoz Godoy (SPPMG), le saluda y le felicita por la preocupación del patrimonio del Norte Infinito.
La búsqueda reiterada del reconocimiento del soldado Miguel Segundo Mena Araya, encontrado en el cerro Zig-Zag de Perú, resulta muy necesario no solo para el patrimonio del norte, sino, por su relación con todo el patrimonio épico de la historia de Chile. También, tiene relación con la resiliencia del mundo atacameño, que siempre ha tenido que enfrentar a través de su historia tremendas adversidades. Por lo mismo, también, es importante, porque concierne con la autoestima de los hijos del norte, que, en los siglos pasados, fuera muy importante en el desarrollo de la minería y para haber sido un faro de la cultura en América Latina.
El soldado Miguel Segundo Mena Araya del 2° Batallón del regimiento Atacama -cuyo padre luchara junto Pedro León Gallo en la batalla de Los Loros-, merece que se le identifique con su nombre y lugar de origen.
El ejército ha sido reticente para reconocer la identidad del soldado, a pesar de la abundancia de la documentación, que así lo acredita. Hace poco, en El Mercurio de Santiago, el comandante Pedro Hormazábal, encargado del patrimonio del ejército, ha dicho que solo se trataba de saber si era chileno. Esto es de una soberbia de muchos lustros. Por ello, esto mismo explica el desasosiego que existe por el mundo de lo castrense y sus símbolos. Resulta muy importante que las manifestaciones y los hechos heroícos de las provincias de Chile sean reconocidas; porque no está en juego el amor por Chile, sino el crisol de las distintas entidades, que, a la larga, son las hebras de una nación más sólido.
Esta apertura de las Fuerzas Armadas, se agradece. Y puede ser un buen principio para que los civiles y militares trabajemos por una sola patria.
Alicia Mondaca Rivera, presidenta, Sociedad Patrimonial Pedro Pablo Muñoz Godoy
Acortemos la brecha desde los municipios
Apenas hace tres meses fuimos testigos del femicidio de una joven madre en Peñalolén y, hoy, nuevamente tenemos que lamentar la muerte de una mujer asesinada mientras se dirigía a su trabajo en Puente Alto ¿Hasta cuándo? El 8 de marzo, una vez más, fuimos miles las mujeres que protestamos por nuestros derechos, por el respeto que merecemos y por tanta inequidad.
Juntas hemos ido impulsando cambios que han configurado nuevos escenarios económicos, políticos y sociales, pero necesitamos más. Nuestro rol como mujeres ha sido clave en innumerables aspectos de la vida política, en las organizaciones sociales y muchos otros ámbitos donde progresivamente hemos logrado abrirnos paso. Sin embargo, nuestras demandas siguen subrepresentadas en la política.
En efecto, una investigación publicada, en 2020, por el Observatorio de Género, Mujeres y Territorios de Rimisp, constató que en Chile existe una brecha de género en desmedro de las mujeres en, prácticamente, todos los espacios políticos, con una única excepción: el ámbito comunitario. Allí somos fuertes y tenemos que explotar al máximo ese espacio. En las juntas de vecinos, la presencia femenina es mayor que la de los hombres. Pero, también es importante incluir la perspectiva de género en los municipios, donde la representación de nuestras necesidades y demandas ha sido insuficiente. En Chile, nos maltratan, nos violan y somos asesinadas a diario. Por eso, urge trabajar desde los municipios contra la violencia machista, para apoyar ahí donde el Estado no ha logrado hacerse cargo.
Sylvia Castro González
No es feminismo, es justicia
En la semana de la mujer, nuevamente han surgido diversas temáticas que se repiten año a año sin grandes cambios, terminado el mes de marzo se pone fin a la discusión pública y desaparecen los reportajes de la TV y diarios sobre las múltiples brechas que existen entre los hombres y las mujeres.
Según datos del Consejo Nacional de Educación, la participación de las mujeres en la matrícula de las universidades es de 55%, y pese a su mayor capacitación, tienen dificultad para acceder a cargos directivos ya que el 53,7% de las empresas no tiene mujeres ejerciendo roles ejecutivos, esto se significa que tienen menos acceso a mayores remuneraciones y si acceden a esos cargos, reciben menos remuneración que sus pares hombres, situación que a todas luces es tremendamente ingrata.
Frente a este panorama es importante recordar que ONU Mujeres y en específico la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, con más de 20 años desde su creación, apoya la consecución de la igualdad de género y formula una declaración explícita sobre la responsabilidad de los Estados de cumplir los compromisos asumidos. La Carta de las Naciones Unidas garantiza la igualdad de derechos de mujeres y hombres, y pese a que muchos países han revalidado la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, aún existen brechas importantes por superar.
Paulina Hernández, secretaria general Universidad de Las Américas UDLA