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Impulsar la innovación productiva regional en tiempos de crisis

Buscamos abrir espacios para la innovación en áreas de desarrollo diferentes, diversificando así la matriz económica regional y contribuyendo a ampliar la base de la economía. Silvia Zuleta, Directora regional de Corfo
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En tiempos difíciles, innovar se alza como la mejor alternativa para el crecimiento y desarrollo de las empresas. Si bien, nuestro país presenta niveles de innovación similares a países desarrollados, aún muestra grandes brechas en relación a su valor agregado, generado USD$0,4 por unidad de material utilizado, versus el promedio OCDE de USD$2,2. Además, el número de empresas que innovan ha disminuido en los últimos años y los nieles de gastos en Investigación y Desarrollo (I+D) se encuentran muy por debajo respecto de los países de la OCDE y del promedio para Latinoamérica y el Caribe.

El estado tiene un importante rol en aportar a la generación de conocimiento, innovación e I+D. Es en este contexto, que Corfo abrió esta semana las postulaciones a seis programas dirigidos a impulsar la innovación productiva.

Resolver problemas o desafíos de productividad y competitividad, desarrollando nuevos o mejorados productos, procesos y servicios al interior de una empresa, de la mano de la innovación e I+D, y apoyando su validación comercial, son algunas de las prioridades de estos instrumentos de Corfo. Súmate a la Economía Circular; Consolida y Expande; Crea y Valida Rápida Implementación; Crea y Valida I+D+i Colaborativo y Empresarial e Innova Región, son las seis líneas abiertas, cuyas bases están disponibles en www.corfo.cl.

Quisiera profundizar en el programa Innova Región, que busca apoyar el desarrollo de nuevos o mejorados productos, procesos y/o servicios desde la fase de prototipo hasta su validación comercial. En este caso, se entregará un cofinanciamiento de hasta $30 millones de pesos distribuidos en dos etapas: la primera para la construcción del prototipo, y la segunda para la validación de dicho prototipo.

Buscamos abrir espacios para la innovación en áreas de desarrollo diferentes, diversificando así la matriz económica regional y contribuyendo a ampliar la base de la economía. Invitamos a las empresas de la Región de Atacama, que tengan proyectos innovadores a postular, especialmente, al concurso Innova Región y así agregar valor con sus productos y/o servicios, tanto para Atacama como para Chile y el mundo.

A ser paciente y no relajarse

Más de 5 mil casos en un día han provocado cierta desesperación. De este tema hay que ocuparse y no preocuparse; la pandemia nos enseñó que en el peor y mejor momento se debe ser paciente. Hoy es un mal momento, pero mañana será mejor y así sucesivamente. No es tiempo de relajarse, pero tampoco de desesperarse, lo importante es saber que estamos hablando de un camino largo.
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Sin duda que un registro de más de 5 mil casos diarios es muy llamativo dado que son cifras que vimos en el peor momento de la pandemia. Sin embargo, la historia en torno a esta crisis nos ha enseñado que en los peores no se debe entrar en desesperación ni tampoco en los mejores en el exitismo, sino que más bien ser paciente porque estamos hablando de una verdadera "maratón".

No es un asunto que, digamos, sea propio de Chile, sino que afecta a la gran mayoría de los países. Marzo sería complicado, a pesar de que el proceso de vacunación sigue corriendo de buena forma y es probable que incluso los casos más graves sigan marcando la tónica, dado que recién en unos meses se verían los efectos de la inoculación.

Las cifras nos demuestran que debemos seguir en alerta y no decaer en las medidas sanitarias, dado que las hospitalizaciones siguen creciendo y el Ministerio de Salud ya decretó que hospitales y clínicas tengan el máximo de camas UCI, al nivel de hace unos meses en el peor momento de la pandemia.

En Atacama, Copiapó parece ser la más complicada y este virus no le está dando tregua. La capital regional ya bordea los 300 casos activos y habrá que ver cómo se visualiza el panorama en unas semanas, dado que al comienzo de la primera cuarentena habían poco más de 400 casos activos.

Hoy es un mal momento, pero mañana será mejor y así sucesivamente. No podemos aferrarnos a una vacuna o una solución mágica, sino que ir mirando cifras como las de más de 5 mil, como parte de un camino que era esperado y que se debe ser paciente, lo que implica mantener una precaución diaria, evitar reuniones sociales con muchas personas, comprar lo que es necesario y no relajarse, porque el contagiarse puede darse de un día para otro y, lo peor, terminar en estado grave o incluso fallecer.

Importante es en este contexto, el tema de las clases presenciales. Si hay un desborde de cifras y se siguen cerrando colegios por precaución o por contagios, parece sensato ir potenciando otras medidas como la búsqueda de casos activos que ya se realiza en Atacama o bien, derechamente evaluar la suspensión de clases.

Compartir la carga mental

No se trata de promesas, de juramentos, de normas de bien convivir, sino de actos, de actuaciones. Raúl Caamaño Matamala, Profesor Universidad Católica de Temuco
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No es necesario decirlo, ni atribuirlo a modernidades. El hombre, el de hoy, el de ayer, es, ni más ni menos, el mismo en sus atributos físicos; sin embargo, sí ha cambiado en sus atributos sociales, emocionales, afectivos; es otro, o está en tránsito hacia ello.

Hoy, y más significativamente en los últimos cuarenta años, por ajustes de la sociedad en occidente, la relación entre el hombre y la mujer ha experimentado acomodos en los ámbitos societarios, familiares, interpersonales, constituyéndose cada vez más en entes sinérgicos de la familia, por ejemplo.

Empero, no se trata de un ajuste de roles desde la palabra. No se trata de promesas, de juramentos, de normas de bien convivir, sino de actos, de actuaciones. Para ejemplificar, nos valemos de un microdiálogo muy común, demasiado común: La mujer dice, "- ¿No lavaste los platos?" El hombre responde, "- ¡Nunca me lo pediste!"

Hábito o respuesta casi regulada, casi normada. Roles de práctica consuetudinaria, ella y él. Ella pregunta, él responde. Bien, pero mal.

"'Ayudar en casa´ no es suficiente, hay que compartir la carga mental", afirma Alberto Soler. Es claro, está claro, no basta con ayudar en los quehaceres de la casa o en la crianza de los niños. Hombre y mujer se deben corresponsabilizar en esos afanes, qué digo, no son afanes, son deberes. Son responsabilidades, de ambos. Los niños y los quehaceres del hogar no son patrimonio de nadie en particular. A ambos asiste igual responsabilidad, igual deber.

Ayudar, según el diccionario de la lengua española, es "hacer algo de manera desinteresada para otra persona por aliviarle el trabajo, para que consiga un determinado fin, para paliar o evitar una situación de aprieto o riesgo que le pueda afectar, etc."

Bien, nada mal. Pero hay que ir más allá, no se trata de ayudar, sino de hacerse cargo de la planeación, ejecución, de los mil y un detalles que requiere la marcha de una familia, de un hogar. ¿Qué? ¡Sí!, hay que pasar de la sola ejecución al esfuerzo mental intencionado para lograr resultados concretos. Hay que procesar información y tomar decisiones. Se trata ni más ni menos que de la carga mental, casi siempre previa a la carga física, anterior a la acción, a la ejecución.

Bien por el hombre que barre, que pasa la aspiradora, que hace las camas, que limpia, ordena, pone la mesa, compra las provisiones, lava la loza, y algo más.

Pero está claro que en estos tiempos y en los que vienen, todos los hombres hemos de hacernos cargo, de manera dialogada, y por consenso también, de parte de la carga mental con que los deberes domésticos han gravado tradicionalmente a la mujer. Capisci?