Alza de muertes por exceso de velocidad
A nivel nacional surgió una estadística que se basa en las calles vacías generadas por la cuarentena o medidas de movilidad reducida. Lamentablemente, fiscalizar es cada vez más complicado y todo queda en la responsabilidad de las personas. A pesar de que las pruebas teóricas son más complicadas que hace años, eso no ha detenido la conducción imprudente. El asunto, entonces, pasa por otros aspectos.
Las muertes por exceso de velocidad en zonas urbanas crecieron un 39% durante el año pasado a nivel nacional en un fenómeno que se explicaría por las calles vacías generadas por las cuarentenas o medidas de movilidad más restrictivas en una nueva demostración que el manejo está lejos de tener los estándares propios de un país responsable.
En paralelo en Atacama, una persona dio positivo al narcotest en la Ruta 5 Norte, entre Copiapó y Caldera, siendo sorprendido por personal de Carabineros que ha puesto más énfasis en los controles a partir de las estadísticas de mortalidad y accidentabilidad.
Muy a pesar de todos, las conductas a bordo de los vehículos dejan mucho que desear, mientras las campañas siguen sin surtir efecto. Ahora surgió una denominada "Yo respeto los 50 km/hr. ¿Y tú?", que seguramente no tendrá mucho eco, dado que desde el día 1 que comenzó a imperar ese nuevo límite de velocidad, no se comenzó a respetar.
Se pide más fiscalización, pero es imposible. No se puede tener un carabinero en cada esquina o todos los días controlando en la Ruta 5 Norte, por lo que el asunto queda a criterio del conductor.
Pero, volvamos al punto donde comenzó todo como es la entrega de la licencia de conducir. Pareciera que una vez entregado este documento, se olvida o se omite lo que dicen los manuales de conducción que de forma muy clara advierten los riesgos de una conducción imprudente, como también que el manejo no es un privilegio, sino que una responsabilidad.
A pesar de que las pruebas teóricas son más complicadas que hace años, eso no ha detenido la conducción imprudente y por ende parece preciso mirar las pruebas de manejo, que más bien pueden terminar siendo un trámite más. Sacar la licencia en la comuna que no es de origen ya se presta para vicios, dado que hay sitios en que es más fácil obtener la licencia.
A esto se suma los negocios irregulares de venta de licencias de conducir, algo que no parece tener control justamente por la poca fiscalización en las ciudades y rutas.
Lamentablemente, estamos ante un fenómeno que no se detendrá con una simple campaña, sino que con un cambio de cultura y eso está lejísimos de suceder.