Juez Juan Guzmán: "Brinde por el Golpe"
No dejó de sorprenderme el juez Juan Guzmán Tapia (1939-2021) cuando en la entrevista que le practicamos el 28 de octubre del 2008 para Radio Universidad de Atacama de Copiapó, confesó que había brindado por el golpe militar en la mañana del 11 de septiembre de 1973, pero que se había retractado cuando se difundió la muerte del presidente Salvador Allende.
La familia conservadora que lideraba su padre, el escritor Juan Guzmán Cruchaga, también diplomático, había derivado hacía una posición contraria al gobierno de la Unidad Popular que presidía Salvador Allende.
El rechazó del juez al gobierno de facto fue progresivo hasta instalarse como perseverante detentador de 99 causas, 250 querellas e interrogatorios a más de 400 testigos por los crímenes perpetrados por los integrantes de las Fuerzas Armadas en la Caravana de la Muerte, fundamentalmente en el norte de la nación: La Serena, Copiapó y Antofagasta. Juan Guzmán, asumió además los casos denominados Operación Cóndor, Colombo y Calle Conferencia.
Tuvo detractores: "Personas me dicen que porqué no dejo tranquilos a los chilenos y dejar de escarbar en las muertes. Otros me señalan que los muertos se lo tenían merecido. Sin duda que he sufrido mucho con las violaciones a los derechos humanos".
Aclara en la entrevista de hace 12 años que las Fuerzas Armadas colaboraron en todos los requerimientos que exigió sobre el desarrollo de los procesos, entre cuyo consignados estuvo Augusto Pinochet.
La primera vez que estuvimos con Juan Guzmán fue en una atmósfera de tragedia en el cementerio de Copiapó a mediados de 1990, caminando por los pasillos mientras operarios practicaban excavaciones buscando vestigios de los asesinados el 16 de octubre de 1973 por los integrantes de la Caravana de la Muerte
Trabajaba el 2008 en sus memorias que serían publicadas en francés por una editorial gala. Las memorias las escribió un denominado "Escritor Fantasma", pero revisada con detención por el magistrado.
"Mi padre era una persona de mucho conocimiento, con un genio fuerte, pero de una gran ternura. Me conformaría con ser la mitad de lo que él era", confesó con emoción.
Las contradicciones estuvieron presentes en la vida del juez. Nació en San Salvador, del país centro americano El Salvador, por encontrarse su padre ejerciendo labores diplomáticas en esa nación. Su padrino fue el dictador Maximiliano Hernández.
Hasta el 2008 no se había concretado el interrogatorio al integrante de la Caravana de la Muerte, el militar Armando Fernández Larios, al encontrarse éste como testigo protegido en Estados Unidos.
"He enviado a integrantes del Grupo Quinto de Investigaciones a interrogarlo, pero no ha sido posible. El testigo protegido es una figura que no existe en Chile, pero insistiré", recalcó.
Al finalizar la entrevista radial del 2008, nos sorprende nuevamente: "Sabrá usted que nunca me habían entrevistado en una radio. Le pediría que me enviara una copia para tenerla".
Emocionado Juan Guzmán, nos saluda y nos dice: "Debo decir que, no obstante todo, creo que he cumplido como juez".
Osman Cortés Argandoña, periodista
¿Y quién salva a la Onemi?
Chile al ser un país, que como se repite hasta el cansancio, un escenario propenso de tener emergencias por manifestaciones de la naturaleza, grandes incendios, terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, lluvias intensas seguidas de aludes, desbordes de ríos, etc., no puede tener una institución como ONEMI, en que existe un enorme abismo entre lo que predica su presentación formal y lo que practica...
Por lo tanto, el mensaje de la ciudadanía en pleno a las autoridades, al gobierno, al ministro del interior y director de Onemi, debe ser, que estos errores, horrores, o como quieran llamarlos, no pueden seguir ocurriendo más, no podemos llegar al punto, en que el día de mañana, cada chilena, cada chileno, tome las banderas por su cuenta y salga gritando "Sálvese quien pueda", lo que podría traer más pérdidas de vidas, incluso que la que el mismo sismo y tsunami posterior pudieran lamentablemente provocar...
Sería muy bueno que en la Onemi, releyeran a coro el cuento del pastor que muchas veces avisaba que venía el lobo y asustaba a los habitantes de su pueblo, y después se deshacía en explicaciones para explicar, del porque no venía, pero un día ocurrió que..., pero es mejor que lo lean para que entiendan la moraleja, y así las chilenas y los chilenos, no lleguemos a tener que preguntarnos, en una próxima alerta con bocinas incluidas que emitan y en medio del caos... ¿Y qué hacemos, y si ahora la alarma es de verdad?, pero más grave aún es que no avisen nada, y se desencadene la tragedia, por esa razón la ONEMI debe ser la mezcla perfecta de profesionalismo y precisión, ni más, ni menos...
Luis Enrique Soler Milla