Secciones

  • Portada
  • Actualidad general
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Servicios
  • Espectáculos

¿Cómo debieran fluir las aguas en el proceso constituyente?

Raúl Céspedes Valenzuela , Museólogo, Dra. Tatiana Celume, Académica de la Facultad de Derecho y Gobierno U. San Sebastián
E-mail Compartir

Hoy, más que nunca, la pregunta sobre de quién son las aguas cobra más fuerza ante la inminencia de una nueva Constitución Política. Sin embargo, una propiedad estatal del recurso no necesariamente solucionaría todas las omisiones que la actual regulación contiene. Además, estatizar las aguas, inevitablemente, nos conduciría a discutir la necesidad o no de indemnizar a los actuales titulares de los derechos de aprovechamiento.

Creo que la nueva Constitución debiera contribuir a sentar las bases para intensificar el carácter de bien nacional de uso público de las aguas, por medio de incorporar la función social de la propiedad en los derechos de aprovechamiento y establecer una base de nuevos principios constitucionales que guíen al legislador en su configuración.

Dichos principios debieran referirse al reconocimiento y a la protección de la diversidad de usos de las aguas, tales como, los usos ecológicos y los ancestrales; a las limitaciones a los derechos de aprovechamiento, tales como su caducidad, su extinción y su tarificación; a la priorización del uso de las aguas para el consumo humano y el saneamiento, declarando el derecho humano al agua; a la protección de las áreas de importancia ambiental y a la creación de derechos no extractivos y a las reservas.

Asimismo, debiera consagrarse el fortalecimiento de las atribuciones de la Dirección General de Aguas, especialmente en lo relativo a la sustentabilidad de los acuíferos y a la preservación de las aguas.

Las aguas han sido consideradas bienes nacionales de uso público en Chile desde mediados del siglo XIX con la entrada en vigor del Código Civil. Ello implica que el recurso hídrico no se encuentra en las manos de los ciudadanos ni en las manos del Estado, siendo que este último sólo puede supervigilar su administración.

Ahora bien, pareciera que esta configuración no satisface los intereses generales de la nación puesto que desde la dictación del actual Código de Aguas la connotación pública del recurso se ha traducido en entregar la reasignación de los derechos de aprovechamiento a los usos de mayor valor, según las fuerzas de la oferta y de la demanda.

De este modo, se ha excluido cualquier tipo de intervención estatal en la gestión del recurso, especialmente, en lo que atañe a la protección y a la conservación de las aguas. Lo anterior, se ha traducido en que no hemos contado con herramientas eficaces para hacer frente a la sequía, para prevenir el agotamiento de los acuíferos ni para evitar que los sectores más vulnerables tengan un acceso adecuado a las aguas.

Frente al temor de que el mercado invada la esfera de lo que se estima corresponde al Estado, la ciudadanía reclama la nacionalización de las aguas, como una medida de prevención frente a la mano invisible del mercado que no otorga o que no alcanza a cubrir aquellos espacios sociales -como los servicios medioambientales de las aguas- o los más sensibles como el consumo humano y el saneamiento de la población.

Sólo con un nuevo marco constitucional acorde a las exigencias del siglo XXI, el legislador podrá llenar de contenido las implicancias del bien nacional de uso público aguas y permitir que la Administración ejerza una adecuada intervención para un uso más racional y beneficioso para toda la comunidad.


Orígenes del Museo Regional, segunda parte

Para complementar la historia de los inicios del Museo, no podía dejar pasar un hecho que lideró el Señor René Peri Fagerstrom quien siendo Prefecto de Carabineros invitó a una reunión para constituir una comisión para fundar el Museo Regional de Atacama, donde asistieron el R.P. Oscar Cosseman Director del Liceo Católico, el Sr. Luis Cabello Vega Secretario General de la Universidad Técnica del Estado de Copiapó, la poetisa y artesana Sra. Lucía Román de Prato, el profesor e historiador Eduardo Naveas Echivurú, el Arquitecto Renato Parada, el Rector del Liceo Nocturno Felix Díaz, el Sr. Jorge de la Hoz, director de la Escuela Normal de Atacama, el profesor de historia del Liceo Znomir Martinica, además del Historiador don Oriel Alvarez Gómez.

Un tiempo más tarde y una vez constituida esta Comisión se sumaron a la tarea Vicente Carrera, Jefe de Orplan, Alberto Bichara, Rector del Liceo José Antonio Carvajal, los profesores Hugo Garrido, Daniel Cuadra, Mario Ubillo, Guillermo Arias G., Nelson Sills A., Gabriel Erazo, Isabel Arce, y Patricio Cepeda S.; también de otros voluntarios. No podríamos olvidar la colaboración de la Familia Vergara de Punta Negra, Enrique Rissi y otros connotados vecinos. Fue importante para la motivación de la comunidad y difusión de la espontánea colaboración y cobertura de los medios de Comunicación de la Región, como los Periodistas Carlos Sepúlveda J., Director del Diario Atacama; Hugo Latorre Director de Emisoras Juan Godoy; los corresponsales Ismael Nuñez M. del El Mercurio y Julio Ferghman de la Tercera.

Con entusiasmo, celebridad y entusiasmo se implementaron las futuras Salas: "Ignacio Domeyko" dedicada a la Mineralogía y Paleontología; Sala "Chañarcillo" dedicada a la minería argentífera de la Región; Sala "Luis Sierra Vega" dedicada a la Arqueología; "Sala Batallón Atacama" para conservar piezas, Documentos y Estandartes de la Guerra del Pacífico; Sala "Copayapu" preparada por el Obispado y Liceo de Hombre dedicados a variado material de exhibición, Sala "Jotabeche" donde se exhibían parte de la obra del insigne escritor y padre del costumbrismo, Sala "José Joaquín Vallejo donde se exhibían diarios y documentos de su época, Sala "Candelaria" estaba dedicada al Folklor de esta tradicional Fiesta Religiosa, Salón de Actos donde se realizaban actividades culturales y se realizaron Conferencias, Charlas y Exposiciones.

En el patio posterior del Edificio se ubicaron maray, trapiches y carruajes mineros, a este lugar se le llamó " Guillermo Wheelwright". También objetos que aportaron valiosas piezas museográficas; como también como antiguas familias: Familia Martínez Araya, Vergara, Vallejo-Choyoeng, Calcagni y otras.

El Regimiento facilitó los Estandartes de los Batallones Atacama N° 1 y 2 de la Guerra del Pacífico. Al cumplir Copiapó 229 años, el 08 de Diciembre de 1973, se inaugura el Museo, quedando como primer administrador don Oriel Álvarez Gómez.