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Algunas claves para este 2021

Las sucesivas elecciones, lo sanitario y la transformación de una sociedad notoriamente intermediada por internet, serán algunos factores a considerar. Prepararnos para ello no será fácil, no es una cuestión que dependa de Constitución alguna, sino de la voluntad de la gente para adaptarse y de los liderazgos para encauzar estos proyectos.
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¿Qué hechos marcarán el ejercicio 2021 que ya comienza? Por lo pronto sabemos de al menos dos ámbitos bien evidentes y una serie de otros, menos visibles, pero cuyo impacto será incluso mayor en el transcurrir de los años. De los primeros, es obvio que hablamos de lo político y lo sanitario. Este 2021 será determinado por los procesos eleccionarios que se iniciarán en abril con las elecciones de gobernador, alcaldes y concejales y constituyentes (155 en todo el país), quienes serán los encargados de elaborar la futura Constitución Política de la República. El año concluirá con la elección de Presidente, senadores y diputados el 21 de noviembre.

Será un año atípico, seguramente de bastante movilización, con el contexto del estallido social y una enorme expectativa que, esperemos, sea bien conducida por la actual clase política, que, hasta ahora, no ha estado a la altura del desafío.

Lo segundo es lo sanitario. Está la esperanza de vacunar a gran parte de la población, lo que abriría el camino del fin de una pandemia dolorosa para el planeta. Con aquello resuelto, los espacios de normalidad serán retomados, pero bajo la advertencia de que muchas prácticas, avances y transformaciones adquiridas en este período serán definitivas.

La consolidación de internet, como gran intermediador, es una de éstas y a partir de la cual se desprenden otras tantas, como el valor de la big data, el trabajo remoto o teletrabajo, junto con la desaparición de empleos y la aparición de otros nuevos.

La irrupción de la inteligencia artificial es cada vez más concreta, lo mismo que robots que harán la labor de muchos humanos. Eso amplía los desafíos, no solo para el mundo del empleo y la economía, también para universidades y centros educativos, que deben educar a las personas para este mundo.

Prepararnos para ello no será fácil, no es una cuestión que dependa de constitución alguna, sino de la voluntad de la gente para adaptarse y de los liderazgos para encauzar. No será sencillo, pero no es imposible en este complejo 2021.

El comunitarismo como respuesta a la pandemia

Gonzalo Pacheco Villagra , Académico de gestión en salud y políticas públicas Kinesiología de la U. San Sebastián, Catalina Rozas Facuse, Fundación Fútbol Más
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Se cumplen nueve meses desde que la pandemia del coronavirus se asentó en nuestro país. Este virus no solo generó una crisis sanitaria de magnitudes, sino que también reveló el lado más vulnerable de un país acostumbrado a gastar en bienes materiales antes que en seguridad social. A esto, se suma que nuestra economía y el modelo ya habían sido azotados por el descontento social atribuible a una desigualdad que nos ubica dentro de los países con peores índices según la OCDE.

Chile tiene una sociedad fragmentada y con un débil tejido social, en el que el individualismo y el mercado trascienden a cualquier intervención que incluso atenta frente a la concepción de ser humano. Esta transgresión biológica mostró, en las primeras etapas de la emergencia sanitaria, un duro panorama sobre todo para las comunas más vulnerables.

Pero la pandemia nos hizo humanos nuevamente, haciendo posible la reconfiguración de nuestro ser social. La comunidad se volvió fuerte y organizada, como el soporte clave para hacer frente a la crisis sociosanitaria. Para la pérdida innumerable de empleos y de ingresos, un centenar de ollas comunes se organizaron en todas las comunas. Las personas mayores fueron ayudadas por las Juntas de Vecinos, al igual que las personas contagiadas, otorgándoles elementos de sanitización y víveres. Nos cuidamos entonces entre todos, o no existirá un futuro donde nos veamos nuevamente.

A pesar de las desigualdades sociales y económicas existentes en el país, las administraciones venideras deberán considerar a la salud como un fenómeno multidimensional dinámico. Por esto no hay que dejar de innovar, ya que tal vez no sea la última amenaza hacia la vida, y la mejor forma de hacer frente a cualquier crisis es desde el territorio, con las entidades públicas, privadas y académicas, lo cual también es un espacio participativo exitoso, considerando que el sistema económico es un medio en la sociedad y no un mecanismo impersonal carente de rumbo.


El balón no tiene género

Que las mujeres tengan mayor visibilidad en el fútbol, en gran parte es gracias a su empuje y tenacidad. Por años nos identificamos con las historias de esfuerzo en el fútbol masculino, nos encariñamos con ellos y su entorno, fuimos sus hinchas también. Hoy al ver mujeres ahí podemos sentirlo propio, y aunque falte tanto por hacer, que sean ellas en la cancha ayuda a romper con las creencias limitantes con las que crecimos y abre un camino posible para las niñas.

Hoy nuestros referentes también son mujeres y tenemos que ser quienes aprovechen esta fuerza que nos regala el fútbol femenino, para potenciar todo lo que el deporte puede otorgarle a la infancia y a la sociedad; para derribar los mitos que algún día nos marginaron; para alentar con energía certera a las niñas; para que el fútbol no les sea ajeno nunca más y, que a través de esto, puedan explotar todas las habilidades disponibles para ellas.

En Fundación Fútbol Más esto que ocurre nos ilusiona y anima, pues nuestras sesiones sociodeportivas siempre incluyeron a niñas y niños, mamás, papás, vecinas y vecinos. La idea que toda persona pueda ser parte del fútbol nos acompaña desde los cimientos en nuestra organización: el fútbol como herramienta y catalizador social no puede ni debe discriminar. Así empezó hace 13 años esta revolución y hoy es parte de nuestra responsabilidad nombrar estas causas para pelearles de frente. "El balón no tiene género" es una de ellas, que al reconocerla y verbalizarla no sólo hace visible un problema, sino que ayuda a resolverlo, disminuye las injusticias y nos permite trabajar a partir de ello.

En el mundo vamos caminando en la búsqueda de mayor igualdad, porque entendemos que las diferencias las ha hecho la sociedad, que niñas, niños y niñes tienen capacidades iguales y en este sentido, al mismo tiempo que buscamos empoderar a las niñas, debemos ser capaces de otorgarles oportunidades, porque ellas tienen derecho a disfrutar y estar en cualquier espacio sin miedo, sin discriminación ni violencia, y para eso se necesitan lugares protegidos que consideren la perspectiva de género, donde puedan desenvolverse para tener la libertad de descubrir y decidir quienes son y quienes quieren ser.