Prueba de Transición
Señor director:
A pocos y escasos días de rendir la nueva prueba de transición vuelven a brotar dentro de la contingencia nacional las cenizas que quedaron del año pasado con la antigua PSU, cenizas que día a día-avaladas por la ACES- cobran mayor fuerza, llamados a boicotear esta nueva prueba de admisión universitaria. Estos hechos que generan inquietud, angustia y desesperación entre toda la comunidad secundaria a la cual les corresponde rendir dicha prueba.
Los actuales movimientos violentistas que hablan de boicotear esta prueba para derrumbar los "privilegios" de algunos pocos solo demuestran su radicalización, poca empatía y ceguera social. El principal motor de este deseo de boicot es la ACES, misma organización que año a año ha ido perdiendo credibilidad y aprobación, esta organización -nefasta por su parte- no se da cuenta de lo perjudicial de este boicot para al alumnado, dejándonos entre la espada y la pared. Me explico, el año pasado miles de alumnos se vieron desfavorecidos por la anulación de la prueba de historia y ciencias sociales, estos alumnos vieron en rojo sus puntajes y postulaciones, viendo a su vez un futuro negro para ellos y sus familias. Este año buscan lo mismo, estos movimientos no entienden que mucha gente no tiene el privilegio- y me incluyo en ello- de tomarse un año sabático por el mero hecho que unos tres violentistas se creen revolucionarios.
Ahora, deseando dirigirme al gobierno, espero que se tomen medidas drásticas para la buena realización de la prueba. Mayor seguridad y control de acceso a los establecimientos habilitados, ya vimos de que son capaces los violentistas y van por más, espero que este gobierno sea capaz de demostrar que tiene pantalones.
Pavel Beltrán, equipo de trabajo Juntos por Chile
El futuro del trabajo inclusivo
Señor director:
En los próximos años, se espera que las tecnologías digitales y el procesamiento de datos automaticen diferentes funciones que hoy son realizadas por personas. Esta situación seguramente aumente considerablemente la productividad, pero también puede traducirse en la pérdida de un elevado número de puestos de trabajo, sobre todo aquellos basados en tareas repetitivas o manuales.
Frente a este panorama, es clave que los grupos que presentan mayores brechas de participación y desarrollo en el mercado laboral puedan contar con las herramientas necesarias para adaptarse a estos cambios. Esta afirmación cobra especial importancia para las personas con discapacidad ya que, de acuerdo con los datos de la Dirección del Trabajo de septiembre de 2020, gran parte de las funciones que están cumpliendo los trabajadores contratados bajo la Ley de Inclusión Laboral poseen un alto de riesgo de ser automatizadas en los próximos años (aseo, cocina, maestro, operario, obrero, entre otras).
La concentración de este colectivo en estas actividades responde, en parte, a la falta de acceso a oportunidades educativas que les permitiría potenciar su empleabilidad. Según el II Estudio Nacional de la Discapacidad, en nuestro país sólo el 9,2% de las personas con discapacidad cuenta con educación superior completa, mientras que esta cifra asciende al 20% para personas sin discapacidad. Por otro lado, se ha llegado al consenso de que el actual sistema de capacitación y formación nacional no posee las herramientas para abordar los desafíos que impone la cuarta revolución industrial.
Tomando en cuenta estos elementos, hacemos un llamado a los diferentes actores involucrados en la inclusión laboral de personas con discapacidad (sector público, sector privado, instituciones educativas y organizaciones de la sociedad civil) para desarrollar una estrategia de capacitación y formación inclusiva, que esté orientada a desarrollar las habilidades que serán cada vez más demandadas, como las competencias digitales, la adaptabilidad, la creatividad y la innovación. De esta forma, podremos asegurarnos de que nadie quede atrás de los cambios que nos aproximan en términos laborales.
Carola Rubia, directora ejecutiva Fundación Descúbreme
Mejorar la política
Debemos mejorar la política, por lo que propongo lo siguiente:
1) Implementar un sistema de gestión de calidad de la política en todo el sector estatal chileno, similar al Informe Nolan del Reino Unido. Para que actúen con excelencia, probidad y logrando resultados oportunos.
2) Terminar las colusiones de partidos políticos.
3) Elegidos los parlamentarios, si renuncian al partido político deben dejar su puesto de parlamentario.
4) Exijamos resultados del presupuesto del gobierno, actualmente es una caja negra de favores políticos.
Jorge Porter Taschkewitz