Televisión de la mediocridad
La televisión del cable internacional nos ha servido para percatarnos de la mediocridad de la televisión chilena, situación que se mantiene desde mediados de los años 70, adormeciendo la mente de los ciudadanos con alternativas que debieran llamar la atención sobre quiénes son los que planifican contenidos que deben ir más allá de la entretención.
Para el observador no es difícil darse cuenta que todos los programas de todos los canales nacionales son copias inestables de espacios de la televisión española, italiana, francesa, inglesa y…argentina.
Incluso pagan por emplear similares nombres, es decir, compran el formato total de esquemas que responden a otras idiosincrasias, costumbres, culturas y forma de vida de naciones que emergen de historias que poca relación tienen con lo nuestro.
Tan importante medio de comunicación debe cumplir con premisas de entretenciones válidas, adecuadas a las necesidades de una ciudadanía que debe mantener vigentes sus intereses de ejercitar sus sentidos con vertientes que despierten habilidades sensoriales profundas para todos y no solamente para las ocurrencias de "los ideólogos" del sistema imperante.
La preocupación constante de la sintonía de los canales transforma todo en una contienda económica la que trastoca los valores esenciales de una televisión de contenido como era la que imperaba cuando ese medio dependía efectivamente de las universidades de Chile y Católica, donde sus academias planificaban con seriedad y conocimiento, además de variedad de mensajes en programas que no dejaban indiferente a la familia.
El sistema cultural nacional necesita de control de quienes tienen la responsabilidad de hacer renacer una televisión que nació en las universidades. La primera de ellas en la Universidad Católica de Valparaíso, seguida del Canal 3 de la Universidad del Norte de Antofagasta y más adelante el Canal 9 de la U. de Chile de Santiago y el 13 de la U. Católica.
No nos vengan con la cantinela que "Chile es libre y puede hacer lo que quiera con los contenidos de la televisión", porque si ese esquema prosigue se estará atentando contra el patrimonio mental ciudadano en una nación que ya planteó los cambios para una sociedad más digna.
Osman Cortés Argandoña
Restricción a Multifondos
Señor director: Cuando se crearon los multifondos en el año 2002, el objetivo fue darle un horizonte de inversión de largo plazo a los ahorros previsionales, en donde las personas jóvenes pudieran elegir un fondo de mayor riesgo -en busca de mayor retorno-, y la opción de fondos más conservadores para quienes estuvieran próximos a la pensión.
La rentabilidad promedio anual, en términos reales, para los fondos A, B, C, D y E, han sido de 6,42%, 5,58%, 5,28%, 4,7% y 4,03% respectivamente, por lo que han cumplido a cabalidad a lo largo de 18 años, desde su inicio.
Lamentablemente hoy, un grupo importante de afiliados realiza cambios masivos, lo cual según estudios de la Superintendencia de Pensiones perjudica a 3 de cada 4 personas que los realiza, y a la vez perjudica a todos los afiliados que no realizan los cambios, afectando la rentabilidad y las futuras pensiones.
Restringir los cambios de fondos que pretende el Gobierno van en la línea correcta, avalados por las buenas rentabilidades, y por los perjuicios que generan los cambios masivos de fondos.
Eduardo Jerez
Segundo retiro del 10% de la AFP, ¿una política pública?
Qué duda cabe que el retiro de nominativo del 10% los fondos de los trabajadores , ha venido a aminorar en algo las terribles dificultades económicas que viven las familias chilena, por cierto no hablamos de las familias Sutil, Lavín, Del Ano, Luksic, Errázuriz o Larraín Matte, Hites o nuestros propios mini oligarcas locales. Este dinero, a diferencia de los dicho por la ignorancia y arrogancia de una blonda senadora por Concepción, ese dinero no es de ello, ni del estado, es del pueblo trabajador, aunque si decir los dueños de AFP, han abusado burdamente de los beneficios de nuestra dinero.
Ahora bien coincido con que esta fue una mala política, porque debimos afrontar solos con nuestros menguados ahorros lo peor de la crisis, ya que las supuestas y miserable ayudas hechas desde el estado, con su manía rayana en la tontera de la focalización, dejaban a medio Chile fuera y el retiro tampoco era para todos , por lo tanto como política era y es injusta, inequitativa y por tanto una mala política, era un sector de Chile luchando con sus propios medios y con la insensibilidad y desidia de quienes tienen la obligación de velar por el bien común. Debemos obligarlos a que nos devuelvan la plata, que les entreguen dinero a los adultos mayores, sáquenle ahora plata al presupuesto de Defensa, basta de gastar en carros blindados, pongan un impuesto de 3 o 4 % a los super ricos que tanto han profitado de Chile. Y por sobre todo pongamos fin a las AFP.
Guillermo Cortés Lutz, doctor en Historia Grupo de Estudios de Atacama GEA