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La cueca está de luto: a los 89 años falleció el eterno Pepe Fuentes

MÚSICA. Es considerado una leyenda, inspiró a Los Tres, compuso "Ende que te vi" y cantó por todo el mundo.
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Amelia Carvallo

La Casa de la Cueca informó ayer en la mañana sobre el "tranquilo" deceso a los 89 años de José Concepción Fuentes Pacheco, Pepe Fuentes, eximio cuequero, exponente de la vertiente brava y citadina del ritmo nacional.

La muerte del músico ocurrió tras complicaciones en su salud que lo llevaron al Hospital Clínico de la Universidad Católica en Santiago.

En el canal de YouTube de Los Tres, banda con la que tocó, lo despedían con videos de sus presentaciones y ensayos en los años 90 con tamboreo y huifa. "Adiós, Pepe Fuentes, amigo y mentor de la vida con quien compartimos tantos escenarios. Con él se va una parte fundamental de la música chilena", añadieron en sus redes sociales, junto a una foto en blanco y negro que captó a Fuentes detrás del escenario de la Yein Fonda. Sumaron condolencias desde músicos como Horacio Salinas hasta la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés, quien lo recordó como "un hombre que viajaba entre el canto, la guitarra y el pandero".

A la pinta mía

En enero próximo, Fuentes cumplía 90 años. El folclorista, nacido dentro de una familia de raigambre musical de Cautín, obtuvo el Premio Nacional de Música en 2014, año en el que además publicó sus memorias "A la pinta mía: versos, viajes y memorias de la música chilena" (Editorial SCD).

Su compañera en la vida y en el escenario, la cantante María Esther Zamora, le sobrevive y mantiene su legado en el hogar de ambos, La Casa de la Cueca, un enclave chinganero del santiaguino Barrio Matta camino a cumplir las cuatro décadas en perpetuo dieciocho. Cantaron hace tres años en la noche inaugural del Festival del Huaso de Olmué.

Fuentes trazaba su ingreso en la música a los cinco años, cuando percutía tarros y ollas en el patio de su casa en la ciudad de Nueva Imperial. Componiendo, haciendo arreglos musicales, o pulsando el contrabajo, la guitarra o el pandero, en el principio Pepe Fuentes aplicó su voz a lo urbano, con el canto de cuecas y tangos que alentaban el festejo nacional desde los años cincuenta en el puerto de Valparaíso.

En la Perla del Pacífico se allegó al conjunto "Los Troveros Porteños" junto al niño acordeonista Hernán Bahamonde y su padrino guitarrista René Colina. En esa misma década, a los 23 años, integró su primera agrupación folclórica, Fiesta Linda, junto a Carmencita Ruiz, el eximio guitarrista Ricardo Acevedo y Luis Bahamonde, donde se aplicaban con tonadas y cuecas, como la famosa "Ende que te vi", que grabaron para el sello RCA.

Los años 60 lo tuvieron acompañando en boleros y mambos a orquestas como Los Chamacos y la Wawancó. Su primera composición la lució la voz clara de Silvia Infantas que entonó "La pena de mi canto" junto a Los Baqueanos. En esa misma década el músico recorrió el mundo en extensas giras por Argentina, España, Portugal e incluso Emiratos Árabes y Egipto, que cayeron rendidos antes los ritmos latinoamericanos.

Los pulentos de la cueca

En 1982, Fuentes vuelve a establecerse en Chile y es en esa década cuando condensa todo su inconfundible estilo con la agrupación Los Pulentos de la Cueca, un conjunto que además sirvió de puente entre la generación de la bohemia de los 50 y los cultores de la cueca brava que sobrevivieron al toque de queda.

Además de Fuentes, sus primeros integrantes fueron el cantante Jorge Montiel, el acordeonista Rafael Berríos (Rabanito) y el guitarrista Alejandro Espínola. Su música queda expuesta en una antología de sus mejores canciones, recogidas en el disco de 1988 "Cuecas chimbirocas y cuecas cahuineras", que ha sido reeditado en 2000. El grupo grabó temas como "La carta", "Mándame quitar la vida" y "Adiós, Santiago querido", entre otras. También formó en esos días un sexteto de guitarras al que llamaron Jacarandá, y donde el "Pipirituique", como le decían sus amigos, probó su experticia con las cuerdas.

Actualizándose a los tiempos, Pepe Fuentes forjó en 1996 unión musical con Los Tres y pasó a ser parte de las memorables presentaciones que hicieron para Fiestas Patrias en la extinta Yein Fonda junto a Lalo Parra y el cuarteto penquista.

Hasta hace poco Fuentes seguía presentándose en lugares como La Casa de la Cueca, El Caballo de Palo y la Picá de la Yasna, acompañado por Los Tellibles, Miguel Molina y Claudio Constanza, un dueto de veinteañeros al arpa y la guitarra con quienes interpretaba "Marisquitos ricos" y "El aguja", además de la canción de su suegro, el folcorista Segundo Zamora, "Mándame quitar la vida". Su labor como letrista también fue notable y se le puede leer en las décimas que hizo para cuecas y tangos, memorias de un Chile profundo que permanece.

Rosalía y The Weeknd lanzan un remix de "Blinding lights"

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Rosalía y The Weeknd, dos de los artistas más relevantes del panorama internacional, desvelaron ayer la colaboración que se traían entre manos: un remix de "Blinding Lights", la canción más escuchada de este 2020 en Spotify, con más de 1.500 millones de reproducciones.

En sus perfiles de Twitter, tanto Rosalía como The Weeknd compartieron un enlace con la nueva versión de "Blinding lights", tema que el cantante canadiense lanzó hace un año y que ha arrasado en todo el mundo.

Ayer, los dos artistas dieron pistas en sus redes sociales de lo que podría ser una colaboración. Primero fue The Weeknd quien publicó en su Twitter una fotografía de ambos cantantes agarrados frente a una playa, la misma que la barcelonesa subió a su perfil de Instagram sin más mensaje que el nombre del acompañante, con el que ya se rumoreaba que podrían haber trabajado juntos.

Aunque ninguno de los dos cantantes, ni sus correspondientes equipos, habían detallado de qué se trataba esa pista, en los foros de fans se llevaba un tiempo comentando que Rosalía podría participar en un nuevo remix de "Blinding lights".

Incluso algunos medios de comunicación se hicieron eco de los rumores antes de que los dos artistas confirmaran

"Gambito de Dama", inesperado regalo de la televisión al ajedrez

SERIE. En cinco semanas, el éxito de Netflix sumó 62 millones de hogares y elevó en 600% la venta de libros de este deporte.
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El mundo del ajedrez vive una inesperada efervescencia mundial, con un aliado de excepción: Netflix, la plataforma televisiva, ha dado un impulso a la afición por los tableros con la serie "Gambito de Dama", que algunos sectores del ajedrez valoran como "un regalo".

Las peripecias de Beth Harmon, el personaje de ficción interpretado por la actriz estadounidense Anya Taylor-Joy, se ha convertido en un récord para la plataforma, vista por más de 62 millones de hogares en el primer mes tras su estreno el 23 de octubre, la más seguida de su catálogo en 63 países y entre las diez más vistas en 92.

E éxito va más allá de las pantallas: la novela en que se basa la serie, obra del estadounidense Walter Tevis, está en la lista de libros más leídos del periódico "New York Times" 37 años después de ser publicada, las búsquedas en Google sobre cómo jugar al ajedrez están en su punto más alto en nueve años, y la venta de libros de estrategia ajedrecística ha subido 600% en Estados Unidos, según la consultora NPD.

La capacidad de las series para poner un tema en la conversación no es nueva, acelerada en un tiempo de mayor consumo de ocio en casa como ocurrió con la serie sobre Michael Jordan "El último baile", que multiplicó 5.000% las ventas en la web eBay de productos de los Chicago Bulls de la NBA en el día de su estreno -821 peticiones por minuto-, pero para el ajedrez era totalmente inesperada.

"Nadie se esperaba esto, cuando ves que sale la serie en octubre y empieza a gustar, nadie lo imaginaba. Para el mundo del ajedrez es un regalo", asegura a Efe David Martínez, director de la web "Chess24" en español.

Bajo su punto de vista la serie está "muy bien lograda" en cuanto a que consigue capturar "la intensidad y emoción de un torneo" y lo que rodea a la competición más allá del tablero, así como la preparación de las partidas. "Todos los ajedrecistas nos vemos reflejados y a la gente le entran ganas de jugar", afirma.

La serie tiene una protagonista femenina, algo que ni en el ajedrez de los 60 era común, ni lamentablemente lo es en esta época, aunque la situación haya mejorado.

"Que sea una mujer la protagonista es un acierto, es un personaje atractivo, que incita a querer que le vaya bien. Ojalá se note a la larga a que se acerquen más mujeres. Se está trabajando en ello, animando a que haya más niñas empezando a jugar, pero aún así el porcentaje es muy bajo", valora Martínez.