¿Cómo es que el Estado empeora tu vida?
Sr. director:
Quiero acercar a las personas un punto de vista muy diferente al que estamos acostumbrados normalmente, una forma de ver al Estado como un aparato represor y poco funcional, al cual equivocadamente nuestra sociedad atribuye que si tiene más capacidad de acción nuestras vidas podrán mejorar, pero que, contrariamente a lo que se espera, la hacen empeorar. Aquello lo haré aproximándome lo más posible a un punto de vista liberal.
Yo entiendo que el estado es el medio por el cual los políticos utilizan para robarnos legalmente nuestro dinero a través de los impuestos, y como bien dice Lysander Spooner "Si los impuestos sin consentimiento no son un robo, entonces, cualquier banda de ladrones sólo tiene que declararse un gobierno y todos sus robos serían legalizados". Y dado que la misma palabra "Impuesto", es un acto que no considera elección, y por lo cual, es obligatorio, quisiera ejemplificarlo, recordando lo que hacemos normalmente con nuestro dinero ganado con tanto esfuerzo y sacrificio, al observar que tras un hecho tan simple como comprar pan, ya estamos pagando las consecuencias de esto, teniendo que pagar un valor más alto gracias a que el estado impone mediante el IVA, como bien se demostró en un reportaje de T13 el 21/08/2019, donde sin esa imposición una familia podría ahorrarse 94.800$ al año.
Otro caso que se hace evidente el perjuicio que nos trae el estado, es el 7% de Fonasa, donde, al menos lo que me sucede, es que, como el sector público es siempre tan ineficiente, me tengo que atender en el sector privado, donde si no fuera porque pago obligatoriamente ese 7%, podría financiarme la salud privada sin pagar de más, pues, si uno gana 400.000$ brutos, serian 28.000$ al mes, llegando a 336.000$ perdidos al año para alguien que se enferma poco o no utiliza Fonasa. Por eso, y por otras múltiples acciones que nos hacen la vida peor, quiero dejar la siguiente pregunta, ¿hay que seguir dándole más dinero al Estado?
Francisco Villarruel Morales
Hipotecando el futuro
El presupuesto de Ciencia, Tecnología e Innovación registra este año la caída más grande de la última década. En términos porcentuales un 9,2% con respecto a 2020. Los recursos para la innovación, si bien muestran un leve aumento para 2021, han tenido una disminución de un 43% entre el 2018 y 2021, 38% menos en transferencia tecnológica y 21% en emprendimiento. El costo de desinvertir no impactará hoy, sino mañana, cuando no tengamos el desarrollo que necesitemos para enfrentar la próxima crisis mundial.
¿Qué hubiera pasado sin la transformación de laboratorios universitarios como centros de diagnósticos de PCR? Este año, más que en ningún otro, Chile comprobó la importancia de tener una estructura científico-tecnológica apta para responder a la contingencia. Nuestra capacidad de enfrentar diversos tipos de crisis requiere de potenciar el conocimiento por medio de la investigación y transferencia. La respuesta del gobierno va en el camino incorrecto.
Históricamente se ha enfatizado en la baja inversión que hace Chile en el área, se pensó que con la creación del Ministerio esto cambiaría, pero no. El debate sobre el futuro del país exige entender la ciencia más allá de una política industrial.
Dr. Iván Suazo, vicerrector de Investigación y Doctorados, Universidad Autónoma de Chile
Salud Mental sin interés de autoridades en presupuesto nación
Señor director:
Los efectos devastadores de la pandemia en la salud mental no han sido suficientes para que nuestras autoridades le tomen el peso a la discusión presupuestaria en curso en el Congreso. Hoy estamos viendo -con máxima preocupación- el rechazo en la Cámara de la partida para reforzar la atención en salud mental en Atención Primaria.
Los trastornos de salud mental están afectando alrededor de 1/3 de la población, pero el presupuesto destinado en Chile es solo del 2% del total de salud. Muy por debajo del 6% recomendado por la OMS o el 8% destinado en Uruguay y Costa Rica.
Desde la perspectiva económica, hay consenso de que por US$1 invertido en salud mental, el retorno es de US$5. Por lo que destinar recursos en esta línea es un beneficio directo para las personas que sufren estas patalogías, para el sistema de salud en su conjunto y para el sano funcionamiento de nuestra economía.
El 75% de los problemas de salud mental se reciben en la Atención Primaria, siendo un eslabón clave para abordarlos a tiempo y acotar su efecto sobre el sistema de salud general, pero en Chile no parecemos darnos cuenta.
Parece insólito que nuestras autoridades no tengan conciencia de que no invertir en salud mental ahora, es pan para hoy y hambre para mañana.
Carlos Ibáñez Piña y Vania Martínez, coordinadores Red Salud Mental Es Salud