Cuatro de Atacama en aquel mundial de 1962
No solamente estuvo el tierramarillano Eladio Rojas Díaz (1934-1991) en el Campeonato Mundial de Fútbol de 1962, con sus vitales goles frente a Lev Yashin, ( "Araña Negra" ), de Rusia y Milutin Soskic, de Yugoslavia, consiguiendo para Chille el tercer lugar, después de Brasil y Checoslovaquia.
No fue solamente Eladio Rojas, con quien dialogamos en 1984 en el programa Primera Dimensión de Radio U. de Atacama, tratando de vencer su timidez natural para que nos narrara las sensaciones de vencer a dos de los mejores arqueros del mundo. Lo conseguimos a medias con Domingo Espejo Pastene (+).
También en ese histórico mundial estuvo el copiapino Misael Escuti Rovira (1926-2005), arquero titular de la selección que preparaba Fernando Riera. El Gato comenzó en las divisiones inferiores del Washington Barner en la Plaza Brasil de la capital, pasando por Santiago National y Badminton (después Ferrobadminton).
Escuti, cuñado del guatón Román, compañero de curso en los 60 del Liceo de Hombres de Copiapó, ingresó a Colo-Colo en 1946 jugando 18 temporadas con los albos, siendo en 14 de ellas capitán, hasta 1964. El Román no hablaba de otra cosa en el curso. Siempre traía entre sus cuadernos una revista Estadio con su cuñado en portada. (Capítulo de crónica narrativa sobre el Copiapó contemporáneo que se publicará el 2021). Cuando el Gato visitaba Copiapó se alojaba en el Hotel Carrera, en calle Los Carrera a metros de Maipú. La arteria era invadida por los admiradores del mejor arquero de Chile en ese momento.
En el Mundial de 1962, Escuti fue reemplazado en el arco por Adán Godoy Rubina (1936), nacido en Los Loros, zona de Tierra Amarilla (actualmente vive en Vallenar).En ese último partido con la ex Yugoslavia, Godoy atajó todo a los delanteros comandados por el legendario Sekularac. Venció Chile 1 a 0, gol del vecino de Godoy, Eladio Rojas. Al final de la contienda en el Nacional, el arquero Soskic, observaba con sorpresa al lorino Godoy y al tierramarillano, Eladio.
En la Escuela Normal de Copiapó estudió Luis Alamos Luque (1923-1983). Desde Chañaral el mediocampista viajó a Santiago e ingresó al primer equipo de Universidad de Chile donde jugó desde 1941 a 1955. Siendo observado por el entrenador nacional Luis Tirado (normalista de Copiapó) y el renombrado Alejandro Scopelli, el Conejo.
El "Zorro" Alamos, dirigió como entrenador, los mejores años de la U. de Chile, 1956 a 1966, de donde surgió la emblemática época del Ballet Azul ("Jugaban como bailando ballet por la precisión"). En 1961 fue llamado por Fernando Riera, que llegaba de Europa, para que se integrara a la formación de la selección nacional de fútbol como su ayudante técnico. Influyendo en la presencia de Rojas y Godoy en el posteriormente histórico equipo.
Luis Alamos fue hermano del último alcalde electo hasta el 11 de septiembre de 1973, en Chañaral: Eugenio Alamos Luque del Partido Comunista que vivió los rigores de la dictadura militar.
Esos cuatro hombres de Atacama, Rojas, Escuti, Godoy y Alamos, vivieron los momentos más importantes de una selección nacional en toda la historia del fútbol chileno. Integrantes de la verdadera Generación Dorada.
Osman Cortés Argandoña
El derecho al libre desarrollo de la personalidad
La Carta Fundamental de 1980, cómo se ha afirmado en más de alguna oportunidad, configura lo que se ha dado en llamar un "Liberalismo Conservador": lo primero en cuanto a lo económico y lo segundo en lo valórico.
No resulta difícil identificar que las libertades contenidas en el texto vigente se encuentran dispersas y atomizadas, como fragmentos insuficientes de un rompecabezas; truncas y limitadas.
Existen en el texto vigente numerosas alusiones a la libertad, pero todas ellas acotadas a esferas específicas. Pero no existe en el sistema chileno de Derechos Fundamentales ningún dispositivo normativo que permita a las personas adoptar decisiones vitales relevantes que surtan efectos únicamente en su propia persona, pudiendo exigir del resto el respeto por tales decisiones en tanto no atenten en contra de bienes objetivos - derechos de terceros, no meros intereses - o el ordenamiento constitucional.
Tal ausencia es lo que ha permitido que de diversas maneras se restrinjan cotidianamente decisiones vitales cuyos efectos empecen únicamente al titular de ellas, permitiendo que opciones morales de terceros predominen sobre voluntad de las personas. Me refiero a las diversas trabas jurídicas o de mera costumbre que hoy se imponen sobre opciones en torno a la solicitud de eutanasia o suicidios asistidos, las negativas a recibir trasfusiones de sangre por parte de Testigos de Jehová, la realización de huelgas de hambre o el reconocimiento de la identidad de género, entre otros casos.
Este derecho se encuentra expresamente reconocido en diversas constituciones del mundo, tales como Alemania, Colombia, Grecia o Portugal. Y, en la conversación acerca de los contenidos de la nueva Constitución que Chile se dará soberanamente, no nos vendría nada mal discutir acerca de su incorporación en la Carta Fundamental.
José Ignacio Núñez, abogado