Correo
Abusos que pueden evitarse
Gran dolor genera saber que se confirmó el abuso sexual cometido por un sacerdote de la comunidad de Copiapó contra un hombre mayor de edad. No solo por el daño enorme que ese delito causó en su víctima, sino por los numerosos hitos posteriores que muestran una gran negligencia en el actuar de los involucrados y que confirman que como sociedad poco hemos aprendido en materia de prevención.
La denuncia se realizó en julio de 2019, e investigado y confirmado el delito, los responsables aconsejan que el sacerdote regrese a su país de origen, España, lo que inexplicablemente, no ocurre. Seis meses después, otro perito canónico confirma el abuso y nuevamente indica que el sacerdote debe salir de Chile, pero él sigue en funciones, sin interrupciones. Más todavía, en un hecho insólito, en marzo de 2020 asume como párroco de la Catedral de Copiapó.
¿Por qué no se protegió a la víctima? ¿Por qué no fue apartado de sus labores de manera inmediata al conocerse el caso? ¿Quién tomó estas decisiones? ¿Dónde quedaron la preocupación y el cuidado prioritario por la víctima?
Podemos escribir miles de hojas con protocolos, estándares y procedimientos, pero todo será letra muerta si ello no va inserto en una "cultura de seguridad" que se viva de manera cotidiana en las organizaciones, que busque capacitar permanentemente en estos temas y que implemente sistemas de apoyo y rendición de cuentas que identifiquen cada caso de abuso, teniendo siempre como prioridad, a la víctima.
Prevenir el abuso sexual no puede ser un tema frente al cual solo cruzamos los dedos para que ojalá nunca suceda en nuestra organización, el abuso puede prevenirse. Para erradicarlo es necesario el desarrollo de estrategias sistémicas, aplicables, concretas, sencillas, medibles y posibles de fiscalizar en todo tipo de organización.
Ximena Schencke R. Directora ejecutiva Praesidium Chile
Uso de productos no reutilizables
EEn la industria gastronómica estamos preocupados ante la posible aprobación del Proyecto de Ley que limita la generación de productos desechables y regula los plásticos, inquietudes que como gremio hemos expuestos ante la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados.
Estamos de acuerdo con el espíritu que plantea la ley de disminuir la mayor cantidad de generación de basura con el fin de cuidar el medioambiente. Sin embargo, consideramos que los artículos 3° y 4° de esta no son oportunos para una industria que está totalmente disminuida, cerrada por orden de autoridad en gran parte del país o con una operación reducida.
El articulo 3º establece la prohibición de servir en cualquier producto que no sea reutilizable tales como vasos, tazas, tazones, cubiertos, palillos, pocillos, platos, copas, sachets e individuales entre otros para consumo dentro de un establecimiento (independiente del material del que esté compuesto), y es un obstáculo que va en desmedro directo de nuestro sector, el cual atraviesa desde hace un año la peor crisis de su historia.
Además, en un contexto de pandemia y seguridad sanitaria, cada vez más locales se ven en la necesidad de incorporar elementos no reutilizables. No obstante, de aprobarse la ley como hoy está planteada, diversos negocios pequeños tendrían que cerrar sus puertas.
Esta normativa deja fuera el uso de lo reciclable o compostable, que es una alternativa indispensable y real para la industria, que necesita reemplazar algunos elementos para poder operar, según el tipo de establecimiento gastronómico. Al prohibir el uso de esos elementos, se perjudica a muchos restaurantes y fuentes de soda, especialmente los de menor tamaño, ya que varios basan su atención en comida al paso o para llevar.
La gastronomía sustentable está presente en nuestros objetivos. Hemos impulsado y apoyado iniciativas. El año pasado avanzamos en un proyecto y colaboramos en capacitar a restaurantes en estas materias. No obstante, creemos que no ha sido analizada en su total alcance, y esperamos que en el debate legislativo del proyecto se consideren los argumentos que exponemos como industria.
Máximo Picallo, Presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía