Aprender a vivir con covid
Es muy fácil pensar que ya nadie se enfermará e incluso morirá, pero es un sueño imposible, por lo mismo no dejemos de cuidarnos con responsabilidad extrema.
El sonido del celular despertó aquella mañana a Pascal, al contestar, al otro lado de la línea escuchó la voz de su amada hija que le contaba como había encontrado el médico a Matilda, su nietecita. De inmediato supo debería viajar junto a su marido a la capital para acompañarla en el complicado proceso, ya que operarían a la pequeña.
Armaron maletas y viaje con la preocupación del COVID, que tenía al mundo asustado, angustiado y limitado. En el instante de encontrarse fue imposible no abrazarse con la emoción propia de no haber compartido juntos, alrededor de ocho meses difíciles e interminables. Todos estaban con mascarillas, utilizando permanentemente alcohol gel y lavando las manos con frecuencia, evitando conscientemente contagiarse y contagiar a otros.
Llegó el día en que Matilda regresó a casa operada y pronto estuvo muy recuperada, con la energía inigualable que poseen los niños aun estando enfermos. Durante una semana, abuelos, hijos y nieta compartieron un amor irrepetible, con las mayores precauciones que no se descuidaban en ningún minuto.
Todo tiene comienzo, todo tiene fin, el martes siguiente comenzó el regreso de los abuelos a su hogar, un sentimiento de enorme nostalgia ya los invadía por completo. Tomaron sus mascarillas, el alcohol que los acompañaba a todas partes y envuelta el alma de gratitud, agradecieron a Dios estar bien.
Queridos amigos lectores, este es el tiempo de aprender a vivir con COVID, siguiendo con mayor precaución las reglas, escuchando con apertura las indicaciones de las autoridades sanitarias, teniendo presente en todo instante la distancia social necesaria, el uso de mascarillas adecuadas y el lavado de manos constante, solo así podremos avanzar y esperar sin angustia que llegue pronto la vacuna sanadora. Es muy fácil pensar que ya nadie se enfermará e incluso morirá, pero es un sueño imposible, por lo mismo no dejemos de cuidarnos con responsabilidad extrema.
La vida nos ha dado una tremenda lección, los invito a que nos preguntemos si aprendimos algo con ella, o seguiremos encerrados en nosotros mismos viendo el mundo blanco y negro, sin matices, no como un arcoíris de oportunidades para crecer y ser siempre mejores seres humanos diariamente.
Mily Soler Grez
Comunicadora social