"Hay asuntos que hoy no están previstos en la Constitución que de solo establecerse podrían significar cambios relevantes"
Abogada constitucionalista y copiapina Miriam Henríquez, ha protagonizado en el último tiempo el debate sobre una nueva Constitución a nivel nacional. Profesora de Derecho Constitucional de la Universidad Alberto Hurtado, autora y coordinadora de 13 libros (manuales, monografías, obras colectivas) sobre Derecho Constitucional y Derechos Humanos, 23 capítulos de libros en editoriales prestigiosas y decenas de artículos en revistas indexadas y actas, columnista de los diarios El Mercurio y La Tercera, además de miembro de Consejo para el Equidad de Género de la Subsecretaría de Ciencia y Consejera de Comunidad Mujer, entre otros, cuenta con una experiencia que la hacen una voz autorizada para comentar un proceso que podría ser histórico. En esta entrevista,aborda diversos tópicos de importancia para una eventual Carta Magna.La redacción de una nueva Constitución mantiene altas expectativas en la ciudadanía en torno a una Carta Magna más justa e inclusiva. ¿Cuál es la clave para lograrla?
-Creo que el nuevo pacto político y social que supondría tener una nueva Constitución dictada en democracia requiere que se renueven los actores e intereses y que esto se plasme en los contenidos constitucionales. La Constitución actual y todas las constituciones anteriores de Chile y probablemente del mundo, no han considerado la perspectiva de género (…) entonces esta es una oportunidad única para que estos intereses y demandas de las mujeres en su diversidad queden comprendidas en esta nueva Constitución (…) es probable que las mujeres que integren la convención sean bien diversas y distintas, pero probablemente la mayoría va a priorizar los temas de género.
Por convención mixta o convención constituyente, los partidos políticos tradicionales serían los principales protagonistas y la entrada de independientes parece compleja por ciertas reglas de constitución de partidos. ¿Puede provocar un efecto negativo que los partidos tradicionales tomen la mayor cantidad de cupos, independiente que tengan rostros nuevos?
-El dictar una nueva Constitución es un proceso extraordinario en muchos sentidos porque primero no se da habitualmente, al menos en Chile no se ha dado en regímenes necesariamente democráticos, también es extraordinario por la participación que van a tener de manera inédita las mujeres en el órgano, también se posibilitó y facilitó la participación de los independientes que pudieran conformar listas de independientes, esto no había ocurrido antes (…) todo indica que la gente quiere que los independientes sean los convencionales constituyentes (…) recordemos que el 95% de los chilenos son independientes y no militan en un partido político.
La ciudadanía espera que sus demandas estén en la Constitución, pero eso pareciera difícil dado que son múltiples los requerimientos. ¿Cómo encauzar esto para evitar decepción?
-Yo creo que las expectativas tienen que ser moderadas a lo que supone un cambio constitucional, esto es el cambio de la principal norma de nuestro ordenamiento jurídico, va a permitir por ejemplo que el legislador y las políticas públicas se conformen y se ajusten a la Constitución y por lo tanto yo creo que sí, que efectivamente el cambio constitucional puede producir a su vez cambios importantes en la vida de las personas (…) por ejemplo, en materia de igualdad ante la ley de hombre y mujeres (…) el reconocimiento de los pueblos indígenas y sus derechos, incluso hay asuntos que hoy no están previstos en la Constitución que de solo establecerse podrían significar cambios relevantes, por ejemplo tener una constitución con perspectiva ecológica (…) pero no será un cambio automático, si no que será un cambio progresivo, porque esto supone luego un ordenamiento, una reestructuración de todo el sistema a esa nueva Constitución.
Se habla que la redacción de una nueva Carta Magna dura dos años, periodo que podría crear incertidumbre en el país ¿Es tan así?
-No es una tarea sencilla el dictar una nueva Constitución, pero hay varias aristas que deberían dar tranquilidad, lo primero es que mientras la nueva Constitución se está pensando, debatiendo, redactando o el proceso que requiera, estaría vigente la Constitución actual, no se suspende ni cesa de su vigencia, sino que se mantiene (…) todo está pensado para que el tránsito entre una Constitución y otra no sea dramático ni traumático, muy por el contrario está todo bien definido.
¿Qué le parece que sectores digan que Chile se pueda convertir en Venezuela?
-Lamentablemente la propaganda electoral no ha contribuido a lo que tiene que ser, que es informar para que las personas participen del proceso informadas, sino que en algunos casos han intentado instalarse ciertos temores para que la gente se disuada de votar y lo haga en base a esos miedos que se han intentado infundir (…) la Constitución actual también establece que hay ciertos asuntos que la nueva no podría atentar, como por ejemplo al régimen republicano del gobierno y el régimen democrático, la nueva Constitución no podría ir contra esas dos formas de organizarnos que son muy relevantes (…) claramente nos distanciarían mucho de pensar en tener ese recorrido vinculado con un país como Venezuela.
¿Cree que efectivamente en la ciudadanía se ha instalado la idea que una Constitución puede solucionar los diversos problemas como pensiones, educación, etcétera?
-La ciudadanía si vota motivada y orientada por la expectativa de que una nueva Constitución como nuevo pacto social y político pueda resolver esos problemas, está bien, porque en definitiva la Constitución tiene un apartado vinculado a los derechos donde estos se pueden garantizar, precisar, detallar mejor y hacerlos exigibles. También es posible modificar el régimen político para que este sea más eficiente en la garantía de esos derechos, entonces creo que las expectativas tienen que ser razonables.
¿Cómo se contemplaría la perspectiva de género dentro de la nueva Constitución?
-El lenguaje en que la constitución está redactada crea realidades, en definitiva el lenguaje jurídico sobre todo, por lo tanto desde el lenguaje en adelante se puede incorporar la perspectiva de género, luego se podría establecer un principio rector del estado, que asegure la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres y que se oriente a una democracia de género o paritaria (…) se podrían consagrar una serie de derechos que tuvieran que ver con la igualdad, con la prohibición de la discriminación por motivos de género, establecer la igualdad salarial, derechos como vivir una vida libre de violencia.
¿Cuáles son las metas para que esto llegue a la nueva Constitución?
-Para que exista una posibilidad de que hayan nuevos contenidos en una nueva Constitución, el primer paso es participar de manera decidida este 25 de octubre, votar apruebo, porque si no, no hay ninguna posibilidad de cambio y por su puesto votar convención constitucional (CC) porque la CC es la convención paritaria, luego escoger muy bien a los convencionales constituyentes, pensando que no todas las personas necesariamente van a representar los intereses ni las demandas de género y luego participar en la etapa final que es el plebiscito de salida.
¿De qué forma beneficiaría esto a las mujeres de la región de Atacama?
-Esto va a ser un beneficio general, creo que claramente estamos pensando en las mujeres en su diversidad y cuando decimos esto, nos referimos a las mujeres migrantes, indígenas, niñas, adolescentes, adultas y mujeres que son parte de la diversidad sexual, esto es perspectiva de género, que piensa en las mujeres en su diversidad, que por cierto es probable que la desigualdad este más acentuada en las regiones, por el solo hecho de estar allí, porque la forma del Estado centralizado de Chile a veces genera lamentablemente menos oportunidades para ciertos grupos.
¿Por qué es necesario tener esta nueva visión? ¿Qué es lo que se permitirá construir con respecto a la incorporación de paridad de género?
-Es una demanda histórica que cada día se ha hecho más fuerte, patente y necesaria, creo que la Constitución haría una sociedad más justa e igualitaria y al mismo tiempo al Estado lo haría más sostenible, el desarrollo también depende en la igualdad entre hombres y mujeres.