Participación, un elemento clave para construir sociedad
Baldo Prokurica Prokurica , Ministro de Minería, Jonnatan Hermosilla Riquelme, Director Regional de Fundación Superación de la Pobreza
No es extraño leer o escuchar que los niveles de participación en nuestro país son bajos. Y los indicadores de participación en los últimos procesos de elecciones así lo han reflejado. Podemos encontrar distintas razones para explicar ese fenómeno, pero uno de los principales es la desconfianza de la ciudadanía en cuanto a una participación efectiva y que tenga efectos concretos para ella.
En este sentido, es complejo para las distintas estructuras del Estado vincularse con una ciudadanía que no se siente representada o a la que le cuesta sentirse parte de algo en lo que no han participado.
Es por esto que la participación en la actualidad es un elemento clave para construir sociedad, con ella podemos representar la opinión de la ciudadanía, con ella se puede avanzar en legitimar a los distintos actores que componen y habitan un país como el nuestro. La visión que tienen las propias comunidades debe ser la guía para planificar su propio territorio, son ellas quienes conocen su entorno más directo.
Desde las organizaciones de la Mesa de la Sociedad Civil, EPA, consideramos que la búsqueda de mayores niveles de participación debe estar acompañada de formas efectivas, pues así se podría aportar a que más personas puedan ser parte de las decisiones. Una de las grandes tareas que se plantea hoy es cómo lo logramos, y que la mirada y necesidades que se presentan en sus propios territorios sean representadas de buena forma.
Es por ello entonces que uno de los principales desafíos en la actualidad es buscar y propiciar mayores niveles de participación en la ciudadanía, pero no podemos esperar que esto se logre por si solo, pues es un trabajo que se debe hacer desde los distintos sectores de la sociedad, considerando las distintas necesidades desde las propias comunidades y sus territorios.
Minería: La Locomotora de la reactivación
El escenario que vive nuestro país a consecuencia de la pandemia ha generado mucha incertidumbre y angustia a las familias chilenas en los planos sanitario, social y económico.
Pese a esta realidad, pocas veces se ha podido mostrar de mejor manera que la minería no le falla a Chile.
Esta industria es una de las pocas que ha logrado mantener la continuidad operacional de sus faenas producto del esfuerzo de la pequeña, mediana, gran minería y el Gobierno.
Lo anterior ha llevado a que el Imacec minero promedio de este año (enero-agosto) sea de 2,4% mientras que el Imacec no minero haya caído 9%.
En tanto, para el corto y mediano plazo, nuestro sector seguirá teniendo un rol preponderante en el periodo post pandemia y se transformará en una locomotora de la reactivación, lo que se refleja en su auspicioso plan de inversiones para el período 2020 - 2029, que suma 49 proyectos por US$ 74.047 millones.
De esta cartera, el 25% de dicha inversión - por US$ 18.338 millones-, se materializará en nuestra Región de Atacama con iniciativas como Desarrollo de Mantos Verde por US$ 710 millones; Salares Norte por US$ 1.000 millones; Santo Domingo por US$ 2.178 millones; Rajo Inca con US$ 1.400 millones y Diego de Almagro por US$597 millones.
Esto implicará que a 2023 se generarán 11.378 nuevos empleos en la región, gracias a siete proyectos mineros que se encuentran en fase de ejecución y factibilidad, cinco de los cuales son nuevos, uno de expansión y otro de reposición, para explotar cobre, hierro y oro.
Sin embargo, para que esta locomotora pueda avanzar y podamos subirnos a ella, debemos respaldar más a este sector ya que, por ejemplo, si en Atacama no hubiéramos tenido tanta oposición a los proyectos mineros que cumplían con la normativa ambiental vigente, no tendríamos los niveles de cesantía de hoy.
En esta línea, quisiera recordar una frase del Presidente de Perú, Martín Vizcarra quien ha señalado que "los países subdesarrollados con problemas de pobreza, no podemos tener la riqueza bajo tierra y la pobreza sobre ella".
En resumen, no debemos olvidar que donde existe minería hay mejores trabajos, mejores sueldos, mayores oportunidades y menores índices de pobreza.