Secciones

  • Portada
  • Actualidad general
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Servicios
  • Espectáculos

"El Máquina", recordado personaje copiapino

E-mail Compartir

Enviada por : Jorge Luis Malebrán

Don Enrique Ariaga Lobos más conocido como "El Máquina", nació en Tierra Amarilla, pero copiapino por adopción y es el personaje folclórico más querido de nuestra ciudad. Entre las décadas del 50 al 70 llamó la atención por su original forma de hacer publicidad callejera.

El Máquina se disfrazaba de futbolista, jefe indio piel roja, en otras oportunidades era el jinete fantasma, en ocasiones especiales el señor del frac y sombrero de copa, y de las visitas a Copiapó del cuadro verde, el Máquina era carabinero, apareciendo por las calles de Copiapó voceando ese gran espectáculo montado en un hermoso caballo.

Además de usar diferentes disfraces, quedó en la retina de los copiapinos por su infaltable corneta, regalo que recibió en el regimiento al terminar su servicio militar y de parte de un nortino llamado el negro Arcos, obtuvo como donación su característica bocina negra que amplificaba su voz grave, siendo el mismo "Negro" Arcos la persona que le enseñó a realizar la propaganda callejera.

Este recordado personaje recorría el centro de nuestra cuidad a pie o en coche de su amigo Atilio acompañado por su sobrino "El Chopi", que tocaba el bombo y por su fiel perro llamado Chuico, anunciando a viva voz películas o espectáculos que se presentarían en los cines de la cuidad a los circos, liquidaciones de tiendas y partidos de fútbol de la selección de Copiapó, provocando la atención y admiración de los transeúntes.

El día 28 de septiembre de 1981 el querido personaje el "Máquina" sufrió un tercer infarto que lo llevó directo al cielo para seguir haciendo sus propagandas callejeras. Lo imaginamos con nuevos disfraces voceando espectáculos y liquidaciones como a él le gustaba.

La magia de Copiapó

E-mail Compartir

Enviada por : Yubitza Bastías Cuadra

Adónde me vine a meter, me preguntaba mientras íbamos entrando a la desconocido ciudad de San Francisco de la Selva de Copiapó. Con mi pequeña hija de solo cuatro meses en mis brazos, la vida nos cambiaba para siempre a nuestra familia. Mi esposo, un loco testarudo, aceptó un trabajo acá hace siete meses. Yo embarazada, solo tuve que decir que sí cuando me dijo que nos veníamos.

Copayapu nos abría los brazos a un mundo desconocido. La vida nos cambió de golpe, pero los atardeceres mágicos del valle me enamoraron. La dinámica de vida en la ciudad nos hacía sentir en casa.

La primera noche, paradójicamente, hubo dos incendios grandes en la ciudad, y la sirena de bomberos nos alertó, algo que no se ha vuelto a repetir en casi tres años.

De a poco nos fuimos adaptando al mágico mundo copiapino. El Kaukari se transformó en la zona de juegos de mi hija, mientras la Alameda cautiva las horas de pololeo con mi esposo. Su gente nos genera alegría. Los helados del Oriente dan sabor al día a día, mientras ir al comprar al "Bienvenidos" siempre se transforma en una entretenida conversación de vida con la "Señorita Eli".

Copiapó, un mundo de sorpresas, una ciudad que encanta. Un lugar sorprendente en donde es agradable vivir, y más aún, es el lugar donde encontré más que una casa, es donde encontré un hogar.