Política de las adecuaciones
No es preciso confundir los cambios que permite la acción política con la natural dialéctica de los procesos en el tiempo en que se plantea el desarrollo de la sociedad.
No es tan simple y que permita a los incautos creer que entienden lo que se manifiesta en determinados períodos con asomos de planteamientos coherentes que se diluyen por lo superfluo que son.
Los estudiosos de la política de principios del siglo XX demostraban que ésta debía adecuarse a los tiempos con esa natural dialéctica que es el arte de estudiar y razonar la realidad para que la acción política cumpla con resolver los problemas que empantanan el crecimiento del ser humano en la sociedad.
Aquello y no otra es la relevancia de la política que precisa de convicción, coherencia, estudio, autenticidad, solidaridad y consecuencia. Como se entenderá, son aspectos de la naturaleza humana que necesitan de ejecución permanente de quienes tienen la responsabilidad de estar al frente de conglomerados que estiman que tienen la madurez efectiva para plantearse ante la toma de razón que exigen las circunstancias
Todo esto tratando de justificar las adecuaciones y acomodos socialdemócratas que ha dejado traslucir el mediático y televisivo alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín.
No sólo él, otros señuelos de la derecha nacional, Longeira y Matthei, han formulado recientemente esquemas de posiciones que intentan resolver lo que se viene para tratar de no perder la vigencia que han conseguido de los poderes fácticos unido a lo mal que lo han hecho los adversarios, mientras que el elector observa asombrado lineamientos contradictorios que intentan, sus detentadores, llamar dialéctica al maquillaje ideológico.
Intentan apoderarse de posiciones y empoderarse con esos maquillajes como aquel del Partido Socialista que planteó un híbrido homenaje a Salvador Allende el 11 de septiembre con un Elizalde y un Muñoz que poco tienen del carácter y consecuencia del presidente muerto en La Moneda.
El poder tradicional trata de manipular dos vertientes que surgieron en las calles de Chile con más de un millón de independientes exigiendo sus dineros en las AFP y el término de la Constitución de 1980.
Lo que vendrá ha descompuesto a los oficialistas y opositores del parlamento tratando de cogerse de la dialéctica de los cambios para tratar de captar preferencias que se ven cada vez más lejanas para ellos.
Osman Cortés Argandoña
¡Por favor, no compliquen más las cosas!
Con frecuencia, tenemos en los medios escritos y hablados a personas expertas, comentando, respondiendo y instruyendo de diversos temas que les interesan a todos los chilenos, en especial hoy, relacionados con la crisis sanitaria, ahora bien, sin poner en duda sus vastos conocimientos, pero, da la impresión que eligen las expresiones, palabras e incluso en otros idiomas, más engorrosas, que solo consiguen enredar más que aclarar y que en definitiva, muestra que no pueden ó adolecen de la gracia de colocarse en plena sintonía con la diversidad de personas que los escuchan...
Como una manera de ejemplo, que cuando un talentoso, quiere y puede conseguir la sintonía plena de su interlocutor, mostraré como respondió el gran Albert Einstein a un hombre común, cuando le preguntó qué era La Teoría de la Relatividad, el genio del siglo XX le dijo:
"Una hora con una chica bonita le parecerá un minuto y un minuto sentado sobre una estufa caliente le parecerá una hora".-
En una palabra, brillante, un llamado a los profesionales, charlistas, autoridades, columnistas, panelistas, etcétera, y en especial hoy, a los expertos en crisis sanitarias, para que cuando ocupen expresiones muy especializadas, se den el tiempo para explicarlas detalladamente, es hora de que entiendan, que hablar ó escribir en "fácil", aunque sean muy complejos sus temas, en absoluto, es señal de pérdida de status, ni debilidad en conocimientos específicos, por el contrario demuestra la grandeza del instruido, en compartir abiertamente sus conocimientos con la gente en general, y por qué no, imitar al gran Albert Einstein.
Luis Soler