Establecimientos de Larga Estadía
Con mucha congoja recibimos las cifras entregadas por el Ministerio de Salud, que hablan de 1.114 fallecimientos en hogares de ancianos producto de la pandemia del Covid-19.
Lamentablemente, la población mayor de nuestro país se clasifica dentro de los grupos de más riesgo, siendo aquellos con dependencia severa y que tienen patologías de base, a los que más se les podría complicar su estado de salud.
Si nos comparamos con lo que pasa a nivel mundial, en Chile se ha manejado de gran manera el contagio en los Establecimientos de Larga Estadía (ELEAM). Y en esto, el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) ha cumplido una gran labor, apoyando la gestión de traslado de residentes contagiados a residencias transitorias o espejo y con el apoyo en la entrega de elementos de protección personal para hacer frente a la pandemia.
Pero esta gran ayuda, no cubre toda la necesidad, debido a que se han tenido que habilitar nuevos espacios para zonas de aislamiento al interior de cada residencia, siendo preponderante el compromiso de nuestros colaboradores para hacer frente a este desafío para el cual no estábamos preparados.
Creemos que es relevante destacar que el mayor foco de contagio proviene desde el exterior, no teniendo casos de contagio que hayan sido desde los propios residentes, por lo que se debe hacer un fuerte llamado a la población a mantener a las normas de autocuidado.
Sergio Parra Bustamante, director ejecutivo Consejo Nacional de Protección a la Ancianidad CONAPRAN
Portabilidad financiera
Señor director: Se dio inicio a la denominada "portabilidad financiera", una figura creada por la ley 21.236 la cual se encuentra publicada en el Diario Oficial. Esta nueva ley, pretende mejorar la experiencia financiera de manera tal de facilitar la portabilidad de los productos financieros que tenga una persona con una determinada institución.
La portabilidad, sin lugar a dudas, llega en un momento económico crítico dentro del escenario mundial a propósito de COVID-19, sin embargo y aunque muchos no lo perciban de esta manera, la portabilidad financiera hoy más que nunca se presenta como una oportunidad para muchos consumidores que actualmente se encuentran ahogados con deudas sujetas a tasas de interés altísimas.
En efecto, una vez que esté disponible, es muy importante que el público se fije en tres elementos fundamentales para el posible refinanciamiento de deudas. El primero de ellos es la tasa de interés, la cual, para que sea beneficiosa, debe ser inferior a la que actualmente posea con su institución financiera. Tenga presente que una tasa de un 1.2 hacia abajo es aceptable, superior a ese dígito es cuestionable. En segundo lugar, hay que prevenir que los seguros asociados a la nueva refinanciación se ajusten a sus necesidades, toda vez que no es obligatorio que una persona contrate seguros asociados a nuevos créditos, salvo en el caso de los créditos hipotecarios en donde por ley, se debe asociar el seguro de desgravamen. En tercer lugar, es fundamental verificar el valor cuota y el plazo. Lo ideal es que el plazo de refinanciación sea en el menor tiempo posible, con el objeto de que la carga financiera pueda bajar en un tiempo prudente.
En conclusión, la portabilidad financiera es una válvula de escape para los consumidores financieros, pero también es una oportunidad para el mercado, para que exista una sana competencia.
Y como es tradicional, ¡al final del día todos somos consumidores!
César Eugenio Vargas Rojas, abogado, académico UCEN
Portabilidad financiera II
Señor director: A buena hora comienza a funcionar la Nueva ley de Portabilidad Financiera.
Según la Superintendencia de Banco e Instituciones financieras (Sbif) el 97% de la población adulta en Chile tiene algún producto financiero, y el 97,1% de las pequeñas empresas tienen algún instrumento financiero.
Con la nueva ley, se permitirá que las personas puedan cambiarse de manera más fácil, con menos trámites y a un menor costo, de una institución financiera a otra que le ofrezca mejores condiciones. Por ejemplo, se espera que se reduzca a la mitad el costo monetario y el tiempo que demora cambiar un crédito hipotecario, además de reducir los altos costo que se incurre para mejorar la opción actual.
Y si bien, las personas no dejarán de endeudarse, con esta ley al menos les permitirá cotizar, reducir sus gastos y en una visión optimista permitirá saldar las deudas con mayor rapidez, otorgando ofertas más convenientes, pero sobre todo entregando más competencia a un mercado que se caracteriza por no entregar opciones flexibles y a la medida del bolsillo de los chilenos.
Francisca Matamala Tocornal