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No más turismo laboral

Lamentablemente, algunos parlamentarios de oposición ingresaron una indicación que quiere todo lo contrario. Ellos creen en una migración sin restricciones, sin control y sin orden. No queremos más turismo laboral. Patricio Urquieta, Intendente de Atacama
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Todos fuimos testigos de la política migratoria del gobierno anterior. Llegó más de un millón de migrantes en tres años, y la gran mayoría con una visa de turista. ¿Eran turistas? Ellos llegaron a Chile - dada su imagen de crecimiento y empleo construida durante la primera administración del Presidente Piñera - en la búsqueda de una oportunidad de progresar que no les dio su país de origen. Ese arribo descontrolado de migrantes provocó un desorden evidente, y reveló la necesidad urgente de modernizar nuestra legislación migratoria.

Queremos que Chile siga siendo un país que valora y mantiene una actitud de apertura e integración hacia los migrantes. Pero para eso, es fundamental contar con una Ley de Migración moderna, que asegure una migración ordenada, segura y regular, y en ese sentido va el proyecto de ley de nuestro gobierno.

Lamentablemente, algunos parlamentarios de oposición ingresaron una indicación que quiere todo lo contrario. Ellos creen en una migración sin restricciones, sin control y sin orden. No queremos más turismo laboral, donde las personas se embarcan como turistas y llegan a Chile pidiendo trabajo. Esta situación ya la vivimos y fue un caos migratorio. Para impedirlo, lo fundamental es que las visas de trabajo se otorguen en los consulados de los países de origen. Solo así podremos evitar una masiva migración irregular. Nosotros creemos en un sistema que potencie a los buenos migrantes, a los que vienen a aportar, viniendo con una situación ya regularizada y con una visa desde su país de origen.

Siempre serán bienvenidos a nuestro país los que vienen a iniciar una nueva vida, a trabajar en forma honesta, a aportar al desarrollo, a nuestra diversidad cultural. Pero no los que no vienen a cumplir nuestras leyes, ni los que vienen a delinquir o causar daño a nuestra gente. Esperamos que en el Senado, los parlamentarios de oposición puedan votar en ese sentido.

Posible postergación de elección de gobernadores regionales

El Ejecutivo planteó trasladar proceso y que se haga en conjunto con las presidenciales y las legislativas. ¿Realmente se harán los cambios que se requieren con 7 meses de diferencia?
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Lo que se había especulado por varias semanas finalmente se concretó: el Ejecutivo planteó aplazar la elección de los gobernadores regionales para noviembre de 2021 y que se hagan en conjunto con las presidenciales y las legislativas y no en abril con las municipales.

El planteamiento es atendible dada la falta de certezas y desorden en torno al proceso, pero pareciera que ese no parece ser el tema principal, sino que más bien tiene relación con una pregunta: ¿qué hará el Gobierno para que esta elección "enganche" en lo político y con la comunidad en siete meses?

A pesar que el Presidente Sebastián Piñera ha sido proclive a avanzar en la descentralización y firmó decretos para transferir 15 competencia a los Gobiernos Regionales, entre otras acciones, el proceso es de tal envergadura que requiere de esfuerzos concertados entre oficialismo, oposición y ciertamente la comunidad, lo que no ha pasado hasta la fecha.

Esto de los gobernadores regionales se viene hablando desde el gobierno de Michelle Bachelet, pero aún por ejemplo queda saber con certeza el rol del delegado presidencial, quien junto al gobernador son vistos -si lo llevamos al género de la literatura fantástica- a un monstruo de dos cabezas.

Si bien se ha dicho que corren por carriles distintos, lo cierto es que eso debe ser visto en la práctica y mientras haya un mínimo de nebulosa, estaremos ante una constante lucha de poder propias de la política.

Pese a los decretos firmados por Piñera, se mantienen las dudas en las competencias especialmente por el carácter centralizador del país y en situaciones como una pandemia, donde hay un estado de excepción constitucional en que prima una verticalización en la mayoría de las decisiones. La transferencia de recursos, muy ligada a las atribuciones, también es un mar de dudas.

Por otra parte, la elección sigue sin enganchar con la comunidad. Poco y nada de promoción se ha hablado de este proceso y la comunidad mantiene las dudas en qué votar o a quién votar, siendo este último aspecto otro de importancia dado que la "carrera" por el sillón del gobernador aún no está desatada, a diferencia de la de alcaldes. En Copiapó al menos eso está claro.

Por tanto, una postergación puede ser atendible, pero haciendo un check en la lista de lo que falta y plantear medidas que resuelvan estos y otros temas.

De otra forma, en los próximos meses volveremos a escuchar una nueva postergación, lo que a esa altura sería una burla para un instancia tan importante para el país, pero especialmente para las regiones.

Victorias pírricas

Estas victorias son aquellas que se consiguen con muchas pérdidas de modo que esa victoria puede terminar siendo incluso desfavorable por su alto costo o por las consecuencias negativas que tendrán a futuro. Rodrigo Rojas Veas, Rector Santo Tomás Copiapó
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Entramos a septiembre. Nuestro tradicional mes de celebración de Fiestas patrias nos recibe en un marco de incertidumbre y de convulsión por la evolución sanitaria de la pandemia, por las consecuencias sociales y económicas producidas por el confinamiento obligado en el que nos encontramos y por la irrupción definitiva del proceso plebiscitario de octubre en clave de campaña. Un escenario totalmente distinto para unas festividades tan esperadas y tan arraigadas en nuestra identidad nacional. A este marco de alta complejidad, para más inri, se suman hechos como el paro de los camioneros que puso en vilo a todo el país y, en nuestra región, un enjambre sísmico con fuertes temblores y replicas que vino a crear otro foco de preocupación a las ya muchas que todos enfrentan.

Si observamos el curso del debate, campean los maximalismos y las descalificaciones en muchas intervenciones. La beligerancia y la polarización encuentran su mayor caja de resonancia en las redes sociales, campo fértil para dar rienda suelta a múltiples deslices y a la promoción de información falsa o tendenciosa, un sino de estos tiempos y que se ha convertido en un negocio a nivel internacional para verdaderos equipos de expertos dedicados a este tipo de campañas apócrifas. Asistimos al fenómeno que Savater denomina "la Opinión publicada" que sustituye a la verdadera "opinión pública" y que parece cooptar y conducir el debate en el país.

Pero más allá de las declaraciones altisonantes, lo que más preocupa son las malas decisiones que se toman tanto en el ámbito de lo privado como de algunas políticas públicas, ya sea por apresuramiento, por la falta de estudio, la falta de rigurosidad o por ganar el aplauso fácil. Variadas demostraciones de este tipo hemos tenido en el último tiempo y nos muestran un panorama que no es precisamente halagüeño de cara al futuro.

Vista la dinámica de los procesos que vivimos y los resultados que estamos exhibiendo como sociedad, podríamos concluir que algunos celebran lo que conocemos como las "victorias pírricas": victorias que se consiguen con muchas pérdidas de modo que esa victoria puede terminar siendo incluso desfavorable por su alto costo o por las consecuencias negativas que tendrán a futuro. El propio Pirro, Rey de Epiro, y a quien se debe el termino, luego de una de las victorias militares que obtuvo con grandes pérdidas en vidas y recursos para su propio ejército, exclamó viendo lo sucedido en el campo: "Si vencemos a los romanos en otra batalla como esta, moriremos sin remedio".

Por el bien de Chile, ojalá que dejemos de buscar y celebrar este tipo de victorias.