Cruzar la puerta de casa y enfrentar a la antigua vida cotidiana
Nos enfrentamos a un momento jamás vivido, no comparable a ninguna otra situación en la historia de la humanidad. En nuestro caso millones de chilenos, sin distinción de género, credo, sexo, estatus social, edad o ideología, sin mediar diferenciación social alguna, nos encontramos al interior de nuestras casas y según el caso, en un constante hacinamiento producto del Coronavirus.
El confinamiento adoptado como medida de autocuidado, impacta en nuestros cotidianos en ámbitos como: la salubridad, lo relacional, estados emocionales, hábitos y en nuestra forma de vivir, dando paso a meses donde la adaptación y transformación de espacios para el desempeño de todo tipo de actividades que realizábamos fuera del hogar fue inminente, conjugando labores telemáticas con cuidar y cuidarnos, diversificación de roles, descubrir talentos y ponerlos en práctica o, simplemente, re aprender a convivir y remirarnos.
Esta "situación de crisis", nos ha demostrado que el tiempo se puede distribuir distinto, pero el costo fue el hecho de adaptarnos a estar unidos, congregados; las primeras semanas y meses añorábamos el estar fuera de casa. Luego de meses de estar en confinamiento, se aproxima lo que se anheló desde el inicio, salir de nuestras casas.
Pero, ¿qué pasará al momento de cruzar la puerta? Inexorablemente, la realidad es distinta, por un lado, miles de personas han muerto, familiares revivirán el duelo del que no fueron parte, nuestra economía personal empobrecida, nuestros enfermos con meses de ausencias de consultas médicas, la expresión de conflictos familiares no resueltos, violencias, estrés y, por otra parte, la oportunidad de reunirnos con quienes no hemos visto hace meses, comentaremos, reiremos y lloraremos al volver a vernos.
Este retorno no pasará desapercibido, en todo ámbito las personas independientemente a la forma, hemos sido impactados por la crisis. Necesitamos volver, pero no de la forma en la que entramos, debemos prepararnos física y emocionalmente.
Retomar o reconstruir una nueva rutina será ajuste que generará nuevamente que vivamos estrés, conflictos, ansiedades y tal vez, será más complejo que el mismo confinamiento. Sin duda hemos pasado meses en los que la vida simplemente cambió nuestro mundo social, económico, político, cultural, ambiental y nuestras múltiples dimensiones.
Samuel Erices Riquelme Académico Trabajo Social UCEN
Messi y sus renuncias con elástico... "Excelente jugador de fútbol, pero muy mal perdedor"
Leo Messi, después de perder la final con Alemania en el Mundial de Brasil 2014 y luego consecutivamente las dos finales de Copa América con Chile en el 2015 y 2016, renunciaba definitivamente a la selección Argentina con la frase "Se terminó para mí la selección", pero no paso nada, no renunció, al final fue tanto el barullo que se armó, por su elásticas renuncias, que le bajó absolutamente el perfil a las victorias de los alemanes y luego las dos chilenas respectivamente, porque toda la prensa mundial terminaron hablando de su mentadas renuncias y no de los merecidos campeones...
Ahora, coincidencia ó no, pero hace unos días el Barcelona con Messi en cancha, pierde en cuartos de finales de la Champions League por ocho goles con el poderoso Bayern Múnich, palabras más, palabras menos, revuelo mundial, Messi renuncia al Barcelona, y como era de esperarse, la noticia no fue el gran triunfo por goleada de los teutones, sino que la nueva renuncia de Leo Messi...
Si se va definitivamente del Barcelona, por lo impensado que sea, es algo que podría ocurrir, toda rutina agota y es comprensible su partida, pero si no se va, y sigue en Barcelona, después de decir a los cuatro vientos, que renunciaba, esa es otra cosa, unos dirán, son sucesivas renuncias con elástico cuando pierde, llevando a concluir que Leo Messi es un excelente jugador de fútbol, para muchos el mejor del mundo en la actualidad, pero es también un muy mal perdedor, y al estirar el elástico con sus renuncias, borra de una plumada todos los méritos de quienes lo han vencido merecidamente en la cancha de fútbol, como es de suponer, es una (nueva) renuncia en desarrollo...
Luis Soler