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Muere Monseñor Fernando Ariztía

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"Atacama está de duelo: falleció Monseñor Ariztía", así titulaba el Diario Atacama en su edición del 26 de noviembre de 2003, tras la muerte de uno de sus hombres más queridos y respetado a causa de un cáncer hepático, al cual le dio una gran lucha, siendo un ejemplo para los copiapinos. Tenía 78 años y fue uno de los fundadores del Comité Pro Paz, que luego daría origen a la católica Vicaría de la Solidaridad, que hizo la defensa jurídica y presentó más de un millar de recursos de protección por los detenidos bajo el régimen de Augusto Pinochet.

Muchos exiliados reconocen que le deben la vida a este hombre que no dudó en romper las rigurosas leyes del Estado de Sitio y del toque de queda para trasladar en su vehículo a perseguidos políticos y ayudarlos a asilarse tras el golpe militar de 1973.

Destacado teólogo, adhirió a fines de los años 60 al Movimiento de los Cristianos por el Socialismo aunque no formó parte de él.

En esa mismo edición del 26 de noviembre, se resaltó que sus resto serían velados en la iglesia Candelaria, además de destacar que hace un tiempo en conocimiento de su enfermedad, manifestó su deseo de volver a Atacama y ser sepultado en Copiapó, donde fue obispo por 26 años, además de ganarse el cariño de toda la comunidad.

En ese tiempo "colaboró en la creación de una iglesia más solidaria, con mayor preocupación por los pobres", destacó este medio.

Su acción pastoral suscitó muchas vocaciones sacerdotales como de laicos comprometidos.

"Durante los años del régimen, jamás calló su opinión en favor de quienes eran perseguidos y desarrolló enorme obras solidarias", agregó el Atacama, mientras el por entonces diputado, Antonio Leal lo calificó como "la persona más importante, más amada de nuestra región".

El jueves 27 de noviembre se publicó en este medio de comunicación que se decretaron tres días de Duelo en Atacama y que el viernes 28 serán los funerales, en donde estaba confirmada la participación del Presidente de la República, Ricardo Lagos.

La comunidad se volcó hacia la capilla de la Virgen de la Candelaria. Antes de morir, Ariztía pidió que no le llevaran flores, sino que alimentos para los más pobres.

Diario Atacama informó de la multitudinaria caravana que siguió al féretro desde su traslado de la Candelaria a la Catedral, donde bailes religiosos y la comunidad le rindieron honores.

En su funeral, con el Presidente Lagos y algunos ministros, la despedida fue con varios miles de personas en la Plaza de Armas. En su despedida, Lagos dijo "gracias en nombre de todo Chile, don Fernando".