Dice el arquitecto Jakob Brandtberg Knudsen, profesor de la escuela de arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de Dinamarca, que en los últimos 150 años la expectativa de vida ha crecido notablemente no solo por la medicina, sino que por la arquitectura y la ingeniería. A su juicio un 50% de mérito es para galenos y el resto para los otros profesionales. Su razonamiento se basa en los cambios realizados en la infraestructura de las ciudades y los hogares, especialmente para contrarrestar los efectos de las pandemias. Acueductos por las bacterias en ríos que recibían hasta cadáveres, cambios en casas para evitar la entrada de ratas en tiempos de la peste negra y el derribar muros para mejorar la calidad de aire, han sido parte de las ideas concretadas.
Bajo esa premisa, es bueno saber cómo construir las ciudades del futuro en Atacama tanto en sus espacios públicos, de trabajo, de vivienda y otros, tan importantes para evitar los contagios y en la lógica que pueden haber otras enfermedades que obliguen a modificar nuestras formas de existencia.
Este tema fue abordado ayer en un Webinar organizado por Diario Atacama y la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Copiapó, donde participaron destacados expositores que mostraron su visión respecto al tema.
La opción de tener ciudades de "15 minutos" donde los servicios básicos y trabajos estén a ese tiempo del hogar, la importancia de las ciclovías y el acercamiento de los servicios, fueron parte de la dinámica de conversación.
El seminario de ayer se da justo a días que fue lanzado el plan Paso a Paso. En Copiapó habrá calles con aceras ensanchadas para ampliar espacios para los transeúntes como O'Higgins que sería de una sola pista para vehículos y junto a esto hay un programa para aumentar las ciclovías y fomentar el uso de la bicicleta.
Pero por más que hayan políticas y sueños de ciudad, es indispensable el rol de la ciudadanía y los privados. Copiapó podrá ser la "capital de las ciclovías", pero terminará siendo una inversión poco eficaz al menos en el presente si persiste la "cultura del automóvil" y las calles siguen teniendo una alta aglomeración.
También es indispensable evitar la centralización regional. Con la pandemia algunas sucursales de empresas han cerrado y llaman a ir a la capital regional, mientras que una cuarentena no solo afecta a los copiapinos sino que a ciudades aledañas como Tierra Amarilla, donde sus habitantes realizan muchos trámites y ahora tienen solo un permiso a la semana para entrar a la ciudad. Parece urgente potenciar la integración barrial con un mayor acceso de servicios y dejar de pensar que la centralización es un tema que tiene que ver con Santiago, sino que está ocurriendo en nuestro territorio lo que se potencia con una crisis como la actual.