In Memoriam de Enrique Lillo Antúnez
Es ahora cuando tenemos que determinar si queremos ser un destino seguro y responsable o si nos quedaremos atrás cuando todos estén listos para reactivar la industria del turismo. Alejandro Martin, Director de Sernatur Atacama, Edgardo Sánchez Mansilla, Ex académico de la UDA y director de TEUTCO
Corren tiempos de soledad.Nuestros espacios se han congelado y estamos viviendo confinados en los rincones domésticos. No podemos compartir ni las miradas ni los abrazo, ni el pan ni el vino. Es así que se nos va don Enrique Lillo Antunez sin ceremonias ni discursos: sin velas y sin flores. La soledad es también una pandemia de nuestra época y la tecnología comunicacional no es una vacuna de piel: no tiene alma.
En estas circunstancias de insociabilidad, siento el deber de escribir -con la motivación de sentimientos profundos de pena, afecto, reconocimiento y gratitud- una semblanza de este ser ligado a la institucionalidad universitaria copiapina y sobre todo al currículum existencial de amigos, profesores, estudiantes.
Eran tiempos de dolor y de terror en nuestra patria. Llegué entonces a esta tierra desde mi lejano y desmembrado Chiloé. Don Enrique me abrió una puerta en la Universidad y más aún la ventana de una personalidad que traslucían los valores de la amistad, de la fraternidad y de la docencia. El transcurrir del tiempo me permitió conocer un Enrique Lillo en varias dimensiones. Un destacado autor chileno escribió sobre "Los Hombres del Hombre". Así me pareció don Enrique, pero no por un trauma sicológico, sino por la riqueza de su condición humana.
Primero, un ser común y corriente, hombre que compartía las bondades de la mesa y los frutos de la tierra; que compartía con bondad sin límites su visión experimentada de la vida; que buscaba cómo resolver los problemas de colegas y alumnos; que, con socarrona tolerancia, aludía tanto a las campanadas de la iglesia como a los "cantos de sirena" de posiciones políticas ajenas a su pensamiento. En resumen, establecía - como dice Humberto Maturana- espacios de convivencia para " lenguajear", para conversar, para cumplir con el sentido humano de aceptar y querer al otro como un igual.
El otro hombre Enrique Lillo es el de un convencido defensor de los valores del humanismo laico, condición que hizo de él, una personalidad responsable de acciones fraternas y libertarias .Tal vez, en la información genética de su ADN, estaban la firmeza de convicciones provenientes de su bisabuelo Eusebio Lillo que en la Sociedad de la Igualdad proclamaba "la soberanía de la razón como autoridad" y "el amor y la fraternidad como principios de la moral".
Y una tercera " versión" de esta personalidad es la del educador. Sería uy extenso resumir su actividad. Centraré esta semblanza de Don Enrique en el período en que llegué por estos lados. Como he dicho anteriormente, tiempos difíciles, de temor y terror. Con la audacia propia de su ancestro convocó a los profesores de la Escuela de Minas para señalarles que la formación técnica que se impartía era deshumanizada y, por tanto, era necesario que los alumnos recrearan el espíritu y los valores de la sociabilidad. Así fue como se organizan el conjunto Folclórico y el Teatro de la Universidad Técnica de Copiapó , TEUTCO, y con ello los Tolomiros.
Desde esta condición obligada de encierro físico, me cuestiono: Usted, don Enrique, que compartió el cáliz de la amistad hoy no los acompañan los amigos; usted que comulgó los valores de la fraternidad no hay un ritual de la Hermandad; usted que impulsó objetivos éticos de la enseñanza se va sin la oración fúnebre de colegas y alumnos.Pero tendrá la compañía de un cortejo inmaterial pero más duradero, la paradoja de un funeral de la vida: la huella que ha dejado de sus valores -la de Ud., don Enrique - de hombre que fue amigo, hermano, maestro. El tiempo es una dimensión limitante cuando la manejamos; pero es ilimitada y trágica en la agonía de la vida: se va con todo lo que queremos, pero se queda con lo que necesitamos para sobrevivir en la condición que nos hace más humanos .Gracias, don Enrique. Es tiempo de soledad…
Turismo responsable y seguro
Para algunos parece una locura pensar en el turismo en medio de una pandemia mundial. Pero, para nosotros es nuestro deber y el aliciente que nos mueve cada día.
Hacer realidad ese sueño de convertir a la Región de Atacama en un destino turístico destacado, es nuestro anhelo más grande y también nuestra misión. Pero para que eso se pueda dar, en este contexto, se deben cumplir una serie de condiciones, en las que todos debemos colaborar y actuar de manera responsable.
Cuando el turismo pueda reactivarse, a medida que las condiciones sanitarias lo permitan, necesitaremos que quienes viajen y quienes reciban a los futuros turistas implementen y cumplan con gran rigurosidad los protocolos para brindar seguridad y confianza, tanto a los visitantes como a las comunidades locales y sus territorios.
Esto porque el turismo post Covid-19 nos presentará un turista con evidentes y entendibles temores, por lo que demandará normas estrictas de higiene, prevención y sanitización de espacios, que es hacia donde apuntan los protocolos para alojamientos turísticos y restaurantes que ha entregado la Subsecretaria de Turismo junto a Sernatur, a los cuales se sumarán otros tipos de servicios en el corto plazo, inspirados en los países que ya han comenzado la apertura de sus destinos y atractivos turísticos.
Ante esta nueva cultura del viaje en todas las regiones se han implementado las Hojas de Ruta de Reactivación Turística, tal como en la nuestra, donde hemos sumado a las autoridades gubernamentales, municipales, al sector gremial, a los prestadores de servicios, a la comunidad y a todos los actores que debemos asumir el compromiso por un turismo responsable, de camino a la eventual reactivación del sector.
La caída y estancamiento económico del sector a sido brutal. Con una baja del 70% en las llegadas internacionales y 35% en las locales, esperada para este 2020.
Entonces es ahora cuando tenemos que determinar si queremos ser un destino seguro y responsable o si nos quedaremos atrás cuando todos estén listos para reactivar la industria del turismo. Es este el momento exacto en el que debemos plantearnos como nos vamos a presentar a nuestros visitantes y como nos vamos a diferenciar.
La decisión está en nuestras manos y no la podemos dejar a la suerte. De ella dependerá nuestro éxito o nuestro indeseado fracaso. La invitación es clara y es para todos y todas. No perdamos la oportunidad.