Caso Antonia I
El caso de Antonia Barra deja al descubierto el desamparo que sufren las víctimas en el proceso penal. Si bien en Chile la protección de las víctimas está a cargo del Ministerio Público y del Poder Judicial, a menudo las víctimas sufren consecuencias indeseadas por su intervención en el proceso penal.
En efecto, las víctimas no sólo sufren el daño físico o material por la comisión del delito (victimización primaria), sino que también sufren daños psicológicos, como impotencia frente al mal sufrido o temor a que el hecho se repita, ansiedad, angustia, depresión y otros procesos traumáticos, a lo que se agrega, muchas veces, la atribución de responsabilidad o la autoculpabilidad. Además, la sociedad estigmatiza a la víctima tratándola con compasión, desconfianza y recelo.
Por su parte, la victimización secundaria es el daño que sufren las víctimas por las acciones u omisiones del proceso investigativo o del sistema judicial. Esta victimización es aún más preocupante que la primaria, por cuanto el mismo sistema al cual recurre la víctima solicitando justicia y protección le provoca daño, frustrando sus expectativas y afectando el prestigio del propio sistema.
Si bien todas las personas pueden sufrir victimización secundaria, hay ciertas víctimas que son más vulnerables, como quienes han sufrido delitos sexuales, ya que se trata de delitos que son especialmente estigmatizadores. El padecimiento de este tipo de delitos provoca vergüenza en las víctimas y reticencia a denunciar estos hechos. En promedio, se estima que las víctimas pueden tardar entre 7 u 8 años en revelar el ataque sufrido, sin perjuicio de la elevada cifra negra en este tipo delitos, es decir, personas que siendo víctimas de delitos sexuales no los denuncian.
En el caso de Antonia, se advierte el temor a la estigmatización que sufren las víctimas de este tipo de delitos, por lo que no es extraño que no haya realizado la denuncia cuando ocurrieron los hechos. Y a pesar de que Antonia ya no está, el sistema de justicia debe investigar los hechos denunciados, brindar protección a su familia y evitar que este tipo de delitos queden impunes.
María Lorena Rossel Castagneto, directora Carrera Derecho UDLA
Caso Antonia II
Cuando sufres una agresión sexual como una violación, tu vida y la de tus cercanos cambia, porque se ha transgredido lo más íntimo: la libertad y el derecho de compartir tu sexualidad en el momento que quieras y con quien desees. Quedas reducido(a) a la categoría de un objeto que ha sido usado por otro que no te ha mirado como una persona. Las secuelas pueden ser diversas y de distinta magnitud. Si éstas no son tratadas correctamente, se convierten en un problema que se agudiza y que tiene graves consecuencias que van desde el aislamiento al suicidio, como sucedió con Antonia.
La sensación de sufrimiento para su familia y cercanos resultan inimaginables. En este contexto, el apoyo de distintos actores sociales y un proceder justo por parte del poder judicial es primordial, principalmente para no victimizar a quienes ya han sufrido una pérdida violenta e injusta, y para contribuir en algo al proceso de validación y reparación de la experiencia vivida. Sin embargo, en Chile hay mucho camino que recorrer hacia una justicia digna. Además, debemos educar urgentemente a nuestros niños, niñas y jóvenes respecto del consentimiento en la sexualidad, el cual debe ser libre y explícito.
Ana María Salinas M. Facultad de Psicología Universidad del Desarrollo
Sobre seguridad laboral, aseo y COVID19
La necesidad de habilitar áreas de trabajo seguras en medio de esta pandemia, presenta un desafío para las empresas, en el cual se deben unir las secciones de prevención de riesgos con las de aseo y limpieza. Mientras por años nos preocupamos de los accidentes laborales, hoy es un virus invisible al ojo humano el principal creador de riesgo en los entornos de trabajo. Sabemos que la prevención es la mejor herramienta, y en este caso, la mejor protección es la constante limpieza de espacios de alto tráfico, realizada por profesionales del área que cuenten con la protección y capacitación necesaria para reducir al mínimo los riesgos. Conocer los productos desinfectantes, las formas de uso, y también la correcta utilización de herramientas de uso repetitivo para no movilizar el virus entre espacios, es parte vital que nos permitirá convivir dentro de esta emergencia sanitaria, hasta que la ciencia logre darnos una respuesta, a través de una vacuna. Mientras, debemos aprovechar la oportunidad para capacitar a los equipos que seguirán siendo nuestra primera línea frente al virus: aquellos encargados de aseo y limpieza.
Sergio Ponce, director nacional de Facility Services Grupo EULEN Chile