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¿Especulación o protección para nuestros fondos de pensiones?

Alejandro Díaz RamosAcadémico Universidad de Atacama , Bernardita Fuentes Palma, Cirujano Dentista
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En febrero del año 2002 se promulga la Ley 19.795 que instaura en Chile el Sistema de Multifondos en el marco de las iniciativas que apuntaban a reformar y modernizar el mercado de capitales del País. Este cambio permitió que los afiliados al sistema de pensiones pudiésemos elegir libremente el fondo para depositar nuestros ahorros previsionales, salvo las restricciones de edad establecidas para que los cotizantes que se acerquen a la edad de jubilación no se expongan innecesariamente a los multifondos de mayor riesgo.

A 18 años de implementado el sistema de multifondos el Gobierno del Presidente Piñera busca echar pie atrás con la libertad de elección motivado por dos elementos centrales: el primero dice que los cambios entre multifondos no contribuyen a mejorar las rentabilidades de los fondos de pensiones y por ende las jubilaciones, y el segundo elemento se relaciona con las distorsiones que introducen al mercado financiero los cambios masivos de multifondos.

La teoría financiera nos dice que el market timing, explicado como las decisiones de inversión realizadas intentando adelantarse a los movimientos del mercado, resulta ser un juego de suma cero. Es decir, las ganancias obtenidas por las decisiones acertadas se anularán con las pérdidas generadas por los desaciertos. En línea con esto, si los cotizantes mostramos un alto dinamismo en cuanto a cambios de multifondos efectivamente nos aproximamos a este timing, sin embargo cabe preguntarse: ¿el cotizante busca especular y ganarle al mercado? En mi opinión los cotizantes no buscamos realizar timing de mercado, sino más bien buscamos refugiar nuestros fondos de pensiones cuando los mercados de capitales evidencian volatilidad, incertidumbre y posibles pérdidas.

El cotizante promedio está alejado del mundo de las finanzas, por tanto no le será fácil cuestionar una recomendación de cambio de multifondos. Todo sería más fácil si las entidades a quienes le hemos confiado la administración de nuestros fondos de pensiones (AFP) cumplieran con el rol de obtener altas rentabilidades cuando el escenario económico lo permite y también proteger nuestros ahorros trasladándolos hacia instrumentos de menor riesgo cuando los mercados de capitales se vuelven turbulentos. No cumplir con este rol nos dice que el sistema de pensiones busca resguardar los equilibrios del sistema financiero por sobre el propósito de optimizar la rentabilidad de nuestros ahorros previsionales y por tanto entregar mejores pensiones a quienes jubilaremos algún día.


Estrés y lesiones orales

HLa condición presente ha desencadenado una serie de cambios en nuestro estilo de vida. La sobrecarga a la que estábamos acostumbrados, se ha potenciado con el teletrabajo, con el enseñar en casa, con estar pendiente de múltiples frentes o con el simple hecho de sentirse privado de libertad. Cada nuevo condicionante genera una respuesta defensiva de nuestro organismo, un desequilibrio del funcionamiento que se traduce en una alteración de la relación cuerpo- mente, que puede afectar a un alto porcentaje de individuos.

La cavidad oral es una zona de reflejo de este tipo de alteraciones. En la actualidad se reporta un sinnúmero de lesiones y enfermedades asociadas a trastornos psicógenos, que se manifiestan no solo con dolor, sino también, con otros signos y síntomas que alteran la calidad de vida de quien las padece. Ardor, úlceras (heridas) o ampollas son algunas de las expresiones que se pueden evidenciar producto de la desregulación inmunológica que inducen los cambios psíquicos en nosotros.

Los trastornos psicológicos que conforman la conocida triada ansiedad, estrés y depresión han sido fuertemente estudiados en asociación a otras entidades, entre ellas las lesiones orales como las úlceras recurrentes (aftas), el liquen plano, el pénfigo o el cada vez más común Síndrome de Boca Urente (SBU). Las anteriores patologías orales ya venían manifestándose cada vez más frecuentemente en la sociedad y el número de consultas al especialista aumentaba paulatinamente de forma considerable, debido al ritmo acelerado al que estábamos acostumbrados.

Resulta fundamental, entonces, entregar directrices de cómo actuar o qué hacer frente a esto. El dolor, de diferente intensidad, que acompaña en mayor o menor grado a las lesiones mencionadas, es en la actualidad un motivo de consulta que debe ser considerado, ya que se establece dentro de los protocolos de urgencias odontológicas actuales.

No existe una receta tipo para disminuir los niveles de estrés ó modificar los aspectos psicológicos y/o emocionales en cada uno de nosotros, pero sí contamos con herramientas para mitigarlos. Además del tratamiento farmacológico, una práctica y de bajo costo, que debería masificarse, es escucharnos unos a otros y desarrollar nuestra empatía.