Manejo del Gobierno
Más allá de las altas cifras existentes de fallecidos y contagiados y los de miles de casos no contabilizados. En Chile hoy más que una crisis sanitaria, existe una crisis humanitaria, ya que este gobierno no ha sido efectivo en sobrellevar una adecuada estrategia de control, no entiende que la salud pública tiene su pilar básico en la atención primaria de salud.
Este gobierno no se hace responsable políticamente, menos éticamente; continuamos siendo un número para los tecnócratas, el gobierno no tiene como prioridad el amparo solidario de la población, la cual esta desprotegida, no posee un sustento básico, ya son millones las familias que hoy sufren y están en condiciones precarias, ya no es necesidad, hoy pasan hambre. Todas las medidas efectuadas han sido cuestionables, son mínimas e intangibles. Para este gobierno todo gasto público o subsidio es un costo sin reembolso, para La Moneda es preferible evaluar una opción de salvaguardar Latam, porque "generaría rentabilidad a mediano plazo, los pobres no son una buena una inversión".
La clase política de derecha, mayoritariamente se hicieron ricos a costa del pueblo, favorecidos por la dictadura que privatizó 725 empresas estatales que eran el sustento de Chile y sus trabajadores, hoy estos hijos de Pinochet, habitan en un Chile, con un entorno de lujo, no conocen la realidad de cómo sobreviven hombres y mujeres el día a día, no saben de campamentos, no desean ver los ojos de un niño hambriento; viven en la burbuja del primer mundo, pendientes de abrir sus comercios y mall, son beligerantes con la sociedad, condicionan todo su actuar. La pandemia, les favorece, no desean un cambio de constitución, temen perder sus privilegios, nos inculcan miedos mediáticos, no se permite pensar, solo reaccionar. Están maquinando su revancha a un 18 de octubre, día en que germinó un estallido social.
Directiva del Partido Socialista Comunal Copiapó
Sequía
Chile atraviesa el momento más difícil desde que la pandemia del COVID-19 llegó a nuestro país en marzo, sin embargo, otra crisis avanza en silencio y parece no tener freno: la megasequía que afecta a gran parte del territorio, pero con mayor fuerza en la zona central y que se ha transformado en la peor desde 1915. Si bien, en un clima mediterráneo como el de nuestro país, la sequía es algo común, ya cumplimos 10 años de escasez extrema de lluvias, lo que bajo ningún parámetro es un escenario normal y ha terminado afectando no solo el consumo para las personas, también a los caudales de los ríos, las cuencas y distintos sectores industriales como la agricultura, vitivinícola, forestal y la minería, a esto se suman los efectos adversos del cambio climático, como el aumento de las temperaturas. En concreto, se ha generado la mezcla perfecta para que la situación se vuelva un "terremoto silencioso". Por eso cada 17 de junio se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, fecha con la cual Naciones Unidas busca concientizar acerca de las iniciativas internacionales para combatir estos fenómenos. Para el 2025 dos tercios del mundo vivirán en condiciones de "estrés hídrico" y 1.800 millones de personas experimentarán una escasez absoluta de agua, según cifras de la ONU. Frenar la degradación de nuestros suelos mediante la rehabilitación de tierras, la expansión de terrenos gestionados sosteniblemente y el incremento de iniciativas de reparación, es una de las principales vías hacia una mayor capacidad de adaptación y un mejor equilibrio ecológico. De igual importancia es enfrentar la sequía que afecta a nuestro país y que afecta a más del 72% de la población, equivalente a más de 55 millones de hectáreas. La sequía corre de forma paralela a la crisis sanitaria y no podemos desentendernos, por eso en la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático estamos trabajamos continuamente en Acuerdos de Producción Limpia (APL) que incorporen la eficiencia y seguridad hídrica.cEn este contexto se enmarca también el compromiso del gobierno a través de las NDC (Contribución Determinada a Nivel Nacional) de manejar y recuperar 200 mil hectáreas de bosque nativo y forestar otras 200 mil hectáreas.
Giovanni Calderón Bassi, director Ejecutivo de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático
Crecimiento sostenible
En la coyuntura actual, no solo existe una oportunidad única de mejorar la forma de hacer las cosas en términos económicos, sino que también existe la obligación de pensar en aquellas generaciones futuras, al plantearse cuáles son los mecanismos que permitirán afrontar la emergencia.
El Estado es el organismo encargado de generar las condiciones para salir de la crisis y debe hacerlo fomentando un crecimiento sostenible de corto y largo plazo, el cual priorice la integración de factores ambientales y sociales en su estructura. El sistema económico no puede desentenderse del impacto que generan las inversiones en la sociedad, el medioambiente y el cambio climático, tanto a nivel local como global.
La salida de la crisis ciertamente requiere recursos fiscales, pero no bastarán para ponernos de pie. El gobierno también debe dar espacio y prioridad en su tramitación a aquellos proyectos, que aporten al desarrollo sostenible.
Harold López, académico de la Universidad de Chile