El Primer Tribunal Ambiental acogió el reclamo de los municipios de Caldera y Copiapó en contra de la calificación favorable del proyecto Andes LNG y anuló las resoluciones del Servicio de Evaluación Ambiental que no admitieron estas reclamaciones, lo que fue celebrado en las comunas. Los jueces que votaron dijeron que las casas consistoriales tienen un interés "legítimo" en esta materia, mientras que el sufragio disidente planteó que son organismos que ya participaron en el proceso de evaluación ambiental.
Es un capítulo más que podría sumarse al creciente poder que están teniendo los municipios de Atacama y el país. Estos históricamente han estado en la "primera línea" de la gente a la hora de pedir ayuda y en la pandemia han tomado un rol protagónico, incluso tomándose atribuciones que no les corresponden, pero que lo hicieron por el bien de la población, según dicen.
Junto a esto miraron con atención la repartición de las 30 mil cajas de alimentos que debe repartir el Gobierno Regional y terminaron siendo parte del proceso, pese a que las intenciones gubernamentales era tomar el proceso por vías propias.
Estos antecedentes entregan un interesante puntos a abordar. Uno de ellos es lo positivo que puede ser para alcaldes y funcionarios municipales ser los primeros a los que acude la gente y lograr buenas evaluaciones, lo que se demuestra en encuestas que los tienen dentro de los mejores calificados por la ciudadanía en la pandemia.
Pero también hay aristas negativas. Una es el exceso de demanda que están teniendo y van a tener, lo que puede perjudicar el funcionamiento en sus distintas áreas.
Otra es una excesiva influencia, puede invisibilizar la gestión de gobiernos y otras entidades, lo que puede ser negativo dado que una entidad concentre mayormente el poder y siempre es bueno mantener los equilibrios.
La influencia, poder e incluso fama deben ser tomadas con sabiduría y buen manejo, lo que ya es difícil en la vida diaria dados los permanentes vicios que estas facultades pueden generar en las personas y lo es más en política, donde los cuoteos, negociaciones y tomar acciones para subir en encuestas y sumar votos, son pan de cada día.
Por ello hay que tomar recaudos partiendo de los propios alcaldes y autoridades, que deben actuar de buena fe, mientras que la ciudadanía debe mostrar su poderío. Aunque se piensa que a la gente no le interesa la política, hay esperanza: alcaldes han perdido elecciones por su evidente mal actuar.