Revolución de Little Richard
No podíamos creerlo cuando en ese filme "Bamboleo Frenético", Little Richard, Ricardito, pulsando las teclas del piano levantó el pie derecho y con el lustroso taco reemplazó su mano y arremetió contra las teclas blancas del piano Stenway para terminar de cantar "Good Molly, Mis Molly", traducida por "Los Teen Tops" de México como "La Plaga".
La mitad del Cine Alhambra de Copiapó se puso de pié para concluir con el violento baile del rock entre muchachos del Liceo de Hombres y Liceo de Niñas. Bastó con ese movimiento de taco de Ricardito sobre el piano para que la expresión juvenil fluyera desbordante en esos primeros meses de 1960 en una ciudad que llevaba varios años asumiendo el enloquecedor ritmo norteamericano cuyos sones se escuchaban en la radio "Atacama", CA 121; en el Wurlitzer de "El Crillón", de León Navarro en calle Chacabuco y en el cine Alhambra, del empresario Carlos Toledo, cuando exhibía los filmes musicales yanquis que conducía el dick jokey de USA, Allan Free.
En esos filmes otros revolucionarios del ritmo entusiasmaban a los jóvenes de un Copiapó bullente por el buen precio del hierro, que recibían formación educacional de primera clase en los dos liceos fiscales, Escuela Normal, Escuela de Minas e Instituto Comercial. Futuros médicos, abogados, ingenieros, señeros profesores, periodistas y administradores públicos surgían a raudales de esos colegios inigualables.
Chuck Berry, Jerry Lee Lewis, Elvis Presley, Bill Halley y sus Cometas, Buddy Holly, Gene Vincent, Richie Valens, Fats Domino y tantos otros, eran de presencia obligada en el programa "Luminarias de Estrellas" que conducía Tanis Kocsina en Radio Atacama, a las 13. 10 horas.
Las exclusividades las ostentaba el conductor Julio Gutiérrez de Radio Cooperativa de Santiago en el programa "El Tocadisco" con discos 33 un tercio y 45 RPM que le enviaban de Estados Unidos. Eran Little Richards y Elvis Presley quienes apuntaban directamente a los sentidos de los jóvenes copiapinos.
Indudable que fue la primera revolución que vimos los estudiantes de esos tiempos que ya habíamos apreciado con entusiasmo aquella del año nuevo de 1959 encabezada por Fidel Castro, Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos, ingresando a La Habana, derrocando con el pueblo en armas al dictador Fulgencio Batista.
El rock fue revolucionario. Hizo que los jóvenes yanquis miraran de frente y cuestionaran el mundo que habían construido los adultos en el desastre sangriento de la Segunda Guerra Mundial cuyos adolescentes sin padres avivaban a Ricardito, ese mismo que falleció hace pocos días en un Estados Unidos plagado de coronavirus.
Osman Cortés
Síndrome "Quinteros"
Hace un par de días el Senador PS Rabindranath Quinteros sentenciaba: "Llegó el momento que el ministro Mañalich diga claramente si perdió el control de la pandemia". Luego, el congresista viajó desde Santiago a Puerto Montt antes de que le entregaran los resultados de un test de Covid-19 que se había realizado. Finalmente, el examen dio positivo, noticia que el legislador recibió este viernes en la Región de Los Lagos.
Lo anterior es una buena fotografía del síndrome que padece nuestro país, y no nos referimos al COVID-19, sino a los dobles discursos. Le decimos a la población que se puede tomar una café, pero en seguida cerramos todos los restoranes. Pregonamos hacer donaciones con nuestro sueldo, pero no a la caridad, sino a una cuenta para mi proyecto político. Llamamos a marchar el 8M (marcha feminista), porque no hay riesgo alguno, pero luego, 10 días después, exigimos al gobierno cuarentena total.
Esta incoherencia ha sido otro de los grandes males que ha afectado a nuestro país en los meses de crisis (las dos), y hoy, no es momento de cálculos políticos, crítica mezquina o de buscar fama virtual a través de fake news. Hoy, más que nunca, se necesita un solo relato: unidad, respeto por la autoridad y autodisciplina. No es momento de erigir a candidatos o candidatas presidenciales, pues, a diferencia de lo que ocurría en la crisis social, el fracaso del gobierno no solo afecta a una coalición política, sino que el fracaso el gobierno sería el fracaso de todos.
Javier A. Labrín Jofré, drector Ejecutivo Fundación Libertad Región Valparaíso
Sulantay y Bielsa
Es una gran verdad lo que dice don José Sulantay, Marcelo Bielsa no ha ganado nada en el extranjero, también es cierto que en Chile muchos le besaron los pies, pero también es verdad que algunos de sus colegas le hicieron la "camilla", pero Don José, palabras más, palabras menos, debería estar muy de acuerdo que la llegada de Marcelo Bielsa a la roja, a Chile, marcó definitivamente un antes y un después al fútbol chileno y en especial a nuestra querida roja. Eso es lo que realmente importa, un gran saludo para don José Sulantay, que sí de algo sabe y bastante, es de fútbol.
Luis Soler