Los temores de los inmigrantes ante la crisis sanitaria
COVID-19. La mayoría de ellos llegó buscando mejores expectativas laborales, pero están cesantes.
Llegaron a la región buscando nueva oportunidades para vivir, muchos de ellos solo con una mochila llena de sueños y esperanzas que se enfrentan a una realidad distinta por el covid-19.
Ha transcurrido más de un mes desde el primer caso en el país y con el paso de los días la incertidumbre, la mayoría de ellos no tienen trabajo estable y por ello el temor de contagiarse se acrecienta.
Andrea de nacionalidad venezolana, llegó hace más de un mes a Atacama, junto a su pareja y sus dos hijos pequeños, ingresaron a Chile antes del cierre de la frontera.
"Entramos de manera ilegal, ha sido complicado y fuerte estar aquí por la pandemia no hay trabajo. Para legalizar los papeles eso está pausado", comentó.
Otro de los temores es respecto a qué ocurrirá si se contagia ella o sus hijos. "Tenemos miedo a contagiarnos, no tenemos un lugar estable para vivir y estamos en la calle. Si nos enfermamos iríamos al hospital, aunque igual usamos las precauciones como el tapabocas (mascarillas). Se nos escapa de las manos la situación porque no podemos hacer nuestros papeles. Es demasiado fuerte estar en la calle pidiendo apoyo. Hay gente que nos colabora, pero no es algo bueno para nosotros", explicó la mujer.
Reinventarse
Carmen, vive hace años en Chile. Llegó desde Perú y se desempeñaba en los trabajos de temporada, pero hoy su sitúación es diferente y se reinventó. "Estaba trabajando en las uvas, como todo paró por el coronavirus, estoy realizando un emprendimiento con una amiga. Ella es costurera, ella hace las mascarillas y yo las vendo. Da miedo contagiarse, pero hay que trabajar para sustentarse, somos trabajadores independiente y no podemos quedarnos mucho en la casa.Si me enfermo igual iría al Hospital, aunque no tengo seguro médico", concluyó.
Reny Herrera también arribó a Chile desde Venezuela junto a otras 12 personas, todas familiares, su situación no es tan diferente a la de muchos de sus compatriotas. En este escenario complejo para él y los suyos, está en las calles pidiendo, en sus manos porta un cartel que explica que necesita ayuda de los transeúntes o de los choferes de vehículo. Carga un mochila donde lleva su ropa y lo que logra recaudar es para poder alimentarse y si es que le alcanza para dormir en algún lugar, o bien se las arregla para pernoctar en la calle. "Si tuviera síntomas iría al hospital igual, aunque no tenemos trabajo y estamos en una situación crítica. Andamos pidiendo para poder comer y no dormir en la calle, eso es lo que nos toca".
Ramses, también llegó de Venezuela como ilegal hace menos de un mes, junto a su familia y debido a que no tiene donde dormir duerme en la calle en carpa, esto ocurre cuando no alcanza a reunir dinero donde quedarse. Usa mascarilla, pero no tiene tanto temor a contagiarse de covid-19, pero sí a la incertidumbre, al futuro económico. "No conseguimos trabajo gracias al covid-19, no le tengo miedo, pero nos ha costado mucho".