El primer liceo para mujeres del país
Enviada por : Patricia Sasso Orellana.
En el año 1855, en la comuna de Freirina nace Mercedes Fritis Mackenney, hija de don Rosamel Fritis y doña Celina Mackenney.
Considerada una pionera en la educación femenina de Chile, logrando la inauguración del primer liceo para mujeres del país, en la ciudad de Copiapó el 18 de marzo de 1877. Se convirtió en la primera directora del liceo de niñas, cuyo talento y vocación se recuerdan con admiración, reconocimiento que se ha preservado por generaciones. En sus inicios, el liceo tuvo una matrícula de 18 alumnas.
El establecimiento educacional se fue consolidando a través de los años, aumentando de manera importante la cantidad de jovencitas que buscaban una mejor educación.
En un gesto de reconocimiento y gratitud a su primera directora, en el año 1927 se le asignó el nombre de "Liceo de Niñas Mercedes Fritis Mackenney". A partir de 1994, comienza la modalidad de enseñanza polivalente, integrando la Educación Técnico Profesional, fue seleccionado como Liceo Bicentenario del país, convirtiéndose en un liceo de excelencia en al área Científico-Humanista, recuperando su historia. Hoy, con más de 142 años de ininterrumpida labor educacional, continúa entregando valores a las alumnas y alumnos en la capital regional de Atacama.
Con mucho orgullo puedo decir que mi hija estudió en el Liceo de Niñas Mercedes Fritis Mackenney y en toda su época escolar, se preocuparon de entregarle valores y una enseñanza de calidad. A sus mejores amigas las conoció ahí, y hasta el día de hoy son como hijas para mí. De alguna forma, siempre siguen conectadas a su querido liceo.
Un mechoneo amigable
Cada año en la universidad o para ser más justo en las universidades se repite la tradición del mechoneo…divertido para quienes lo hacen…humillante para quienes la padecen.
Ropas manchadas, sustancias mal olor, exposición pública del nuevo estudiante, el que muchas veces debe recurrir a la caridad del transeúnte para recuperar algunas de sus prendas.
Nunca le había gustado que el ingreso a la Educación Superior fuese traumática para los que llegaban a la Universidad de Atacama, Alma Mater regional que tenía sus raíces en la recordada Escuela Normal y en la inolvidable Escuela de Minas, la primera en esta modalidad que hubo en Chile.
En su imaginación fue ideando una forma diferente de darles la bienvenida a las alumnas de Educación Parvularia y lo harían utilizando sus experticias como educadoras, las estudiantes de la carrera serían recibidas con canciones, danzas, juegos…buscando que sus primeros días como universitarias fuesen felizmente inolvidables…
La iniciativa fue muy bien acogida por todas las académicas del departamento y contaban con el apoyo de alumnas de cursos superiores…el objetivo era uno solo…que el inicio de la vida universitaria fuese ideal y no una pesadilla.
El añoso y colosal palacete emblema de Copiapó y La Universidad fue testigo de una jornada de convivencia que demostraba que las cosas se pueden hacer en forma diferente…
Bailes, disfraces, juegos, canciones fueron los ingredientes con los que se creó un ambiente festivo en medio de la solemnidad habitual de la vida universitaria.
No era necesario traumatizar a las estudiantes…sólo se necesitaba imaginación y ternura.
Las sonrisas de todas las participantes fue el mejor testimonio de que el tradicional mechoneo puede ser cordialmente amigable.