Alberto Montt sólo necesita un gato
Las dicotomías entre el bien y el mal son el sello del dibujante Alberto Montt, quien esta vez explora el mundo de los felinos y su relación -o tiranía- para con los humanos.
"Algo alucinante que tienen los gatos es que están dónde y con quién quieren estar, cuando ellos deciden. Me gusta pensar que con los años estoy cada vez más cerca de eso", dice el autor.
El escritor Francisco Ortega ("Logia") -otro amante de los michos producto de su relación con Dana, la persa con quien convive-, detalla en la contraportada del libro que "Montt entiende a los gatos y su sicología porque sabe hablar con ellos. (…) Es un gato infiltrado disfrazado de dibujante, de otra manera no se explica este divertido y aterrador viaje dentro de la naturaleza de la especie que realmente gobierna este planeta".
Como el "miau" que se recoge y se hace chiquito sobre sus patas traseras para, en el momento justo, saltar sobre el gorrión que disfruta las migas abandonadas sobre el comedor de la terraza, grandes personalidades cazaron las ideas que los llevaron a la inmortalidad mientras acariciaban al gato.
Por ejemplo, cita Montt, al ex Presidente de Estados Unidos, Abraham Lincoln, quien tenía cuatro gatos en la Casa Blanca. O la historia más tierna del creador del concepto de electricidad vigente hasta hoy, Nikola Tesla, quien a mediados del siglo XIX, cuando era un niño y jugaba con su gato Mácak en un día extremadamente seco, vio una "lluvia de chispas lo bastante ruidosas para que se oyeran en los alrededores", escribió en la adultez, buscando describir la energía estática y, de paso, retratar el cosmos: "¿Es la naturaleza un gato gigante? Si es así, ¿qué es lo que acaricia su lomo? Solo puede ser Dios".
"La invención de la puerta para gatos es atribuida a sir Isaac Newton", cuenta el también autor de la página web "Dosis diarias", reconocida por sus historias en torno a la idea de que Dios y el diablo en realidad son amigos y que los humanos son meros conejillos de Indias ante sus ocurrencias. Con estas ideas el ilustrador ganó en 2011 el premio "The BOBs" al mejor blog en español, otorgado por la cadena de televisión internacional alemana Deutsche Welle; además de publicar una saga de tres libros con el mismo nombre y, más tarde, otros títulos como "Laura & Dino", "Fuera de servicio" y "No apagues la luz".
Muchos gatos
"Solo necesito un gato" comienza con la historia personal del autor frente a los gatos, ya que sus tías tenían muchos y el primer animal que aprendió a dibujar fue un minino: "Dibujas un ocho. Le pones orejas. Unos puntos para hacer la cara y una 's' para la cola ¡fácil!", le enseñó una de las tías. "Ella también me dijo que tienen una 'm' en la frente porque vienen del planeta Marte", y "desde pequeño me llamaba la atención lo suaves que son. No podía evitar tocarlos… Sin importar las consecuencias", como terminar con la cara y las manos arañadas.
Los felinos unieron al sobrino a las tías y, esta vez, también a los amigos de Montt, ya que el último capítulo del libro es una creación de 15 amigos, selección que "comenzó cuando le conté a Liniers ('Macanudo') que iba a hacer este libro: 'Sería lindo tener a Fellini -el realista gato de Enriqueta -adentro' y me dijo 'ah, sí, buena'. Luego se lo comenté a otro amigo y me dijo 'a mí también me gustaría colaborar' y así fueron sumándose, entonces cuando ya tenía unos seis o siete, pensé en hacer un capítulo. Invité a algunos (dibujantes) que sabía que les gustaban los gatos, o todo lo contrario, como la Catalina Bu ('Diario de un solo'), que prefiere mil veces un perro", ya que es coautora del libro "Solo necesito un perro".
Quizás una sorpresa del apartado es el dibujo de la modelo y actriz Josefina Montané: "La conozco desde hace muchos años y sé que ella ilustra, me gusta mucho empujarla siempre hacia el lado de la ilustración cada vez que puedo, que salga de ese mundo terrible de las teleseries y la farándula, la fama y la fortuna, y se dedique a este mundo horrible de depresión y angustia que es la ilustración", afirma Montt, imitando a, tal vez, su personaje predilecto, el diablo.
Una ilustración del libro.
El dibujante chileno Alberto Montt ya ha publicado 11 libros de ilustración.
Montt dibuja gatos de niño.
Por Valeria Barahona
Hay quienes dicen que un texto debe ser como un gato: misterioso, pero intenso. Suave al contacto, pero huraño ante avances indiscretos. Ser capaz de sacar garras y dientes, aunque sin olvidar que, tal vez, su principal función es dar un momento de paz sobre la cama o la alfombra. Una historia también tiene que contener imágenes perdurables, como el minino que duerme a contraluz mientras el sol se fija en las en los delicados pelos que sobresalen. Y avanzar, moverse con las palabras a ese ritmo elegante que solo consiguen las personas muy dueñas de sí: de esta manera camina Alberto Montt por las coloridas páginas de "Solo necesito un gato", publicado por editorial Planeta.
Planeta