Un recuerdo de don Héctor Volta
En relación al fallecimiento de Don Héctor Volta Rojas,que fue Alcalde de Chañaral y también se desempeñó como CORE destacar lo siguiente:
Fue una autoridad cercana a su comunidad,el poblador más humilde tenía acceso a su atención y lo que es más importante hacía todo lo que estaba en sus manos para solucionar los problemas incluso domésticos que se le presentaban.
A veces las autoridades se ven tan lejanas del ciudadano común sin embargo Don Héctor era un hombre sencillo permanentemente en contacto con sus vecinos y vecinas...frecuentemente le veíamos en los diferentes sectores de Chañaral, Barquito o El Salado.
Cuando se le invitaba a una ceremonia llegaba con mucha anticipación manifestando de esta manera la valoración que hacía por quienes lo habían invitado.
Otra de sus actitudes más memorables era acompañar al camposanto a chañaralinos que habían fallecido estando junto a sus familias en esos dolorosos momentos.
Una comunidad agradecida lo despedirá en su último recorrido por las calles de su amado Chañaral hasta el lugar donde descansará por toda la eternidad.
Don Hector Volta Rojas era un hombre creyente y Dios lo recibirá con un gran abrazo por todo lo que hizo por los habitantes de Chañaral,Barquito,El Salado y el gran amor que le entregó a sus familiares y seres queridos.
" Hay hombres que luchan un día...y son buenos
Hay hombres que luchan un año...y son mejores
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos
Estan los que luchan toda la vida...esos son los imprescindibles..."
BERTOLT BRECHT
Miguel Angel Aguirre
Apreciar la vida y las personas que nos rodean
En esta faja tan estrecha que es Chile, donde era impensado, hace unos meses atrás, que íbamos a enfrentar una situación tan compleja como es la salud de sus habitantes, nos encontramos en un proceso de adaptación de nuestras actividades diarias. Si hace unos días carecíamos de tiempo para estar en familia, de un momento a otro, la situación cambió y estamos enfrentados a adoptar una rutina que integra familia, hijos, padres y trabajo de una sola vez, nuestras costumbres cambian y hoy el almacén de barrio adquiere mayor valorización que ir al supermercado.
Esta es mi situación pero, también, hay otras donde la familia está lejos y poder programar ir a verlos se hace inviable por las circunstancias de traslados, barreras sanitarias y cuarentena preventiva. Hoy resulta primordial la conservación y valorización de la vida, cada minuto se aprecia y se agradece el compartir, se hace tan extraño el distanciamiento social y se añora compartir con tus colegas un café, una conversación.
Antes cuando la tecnología era aplicable para contactar a otras personas, fuera de la región, hoy es parte de nuestro día a día. ¿ Qué es lo normal? Hace unos meses la discusión del teletrabajo era más lejano, ahora ya es parte de nuestras vida. ¿Cómo nos adaptamos a lo que pueda venir más adelante, cuando la vida ante un virus es tan frágil? Las prioridades cambiaron. ¿Cómo enfrentarán las regiones estos nuevos escenarios? El 2015 y 2017 eran los aluviones y siguen siendo una preocupación con lo que ocurrió recientemente en la localidad del Tránsito. Hoy las circunstancias son más dinámicas y las estructuras que tiene el Estado deben ir mejorando.
La primera jefatura que tuve alrededor del año 2003, me decía "Paula el cambio es permanente y tienes que poder hacer frente aquello". Si en el año 2018, eran fundamental los espacios públicos, hoy nos encontramos en un frenesí por una vacuna o anti-virales que hagan frente ante este virus, invertir en ciencia, tecnología y salud puede hacernos replantear nuestras prioridades.
Últimamente, me alejado de escribir, pero se hace atendible cuando fallece una persona como Don Héctor Volta, siempre es valorable apreciar y atesorar las conversaciones: cuando se está analizando una iniciativa de inversión y, era para él posible extrapolar sus experiencias con ejemplos de su vida en minería a la actualidad; cuando se estaba exponiendo sobre la glosa social o en procesos de planificación regional, como Presidente de la comisión, siempre relevaba y valoraba los aspectos técnicos de mi persona y de mi equipo de trabajo; su espíritu siempre era alegre y una palabra de bondad era permanente en él, cuando uno se lo encontraba en su querida Chañaral o en Copiapó.
Don Héctor, si hubiésemos tenido una próxima conversación hubiese sido esta.
Paula Guerrero Zaro